diálogos con las Farc, un panorama diferente por lo que había que revaluar lo que se ofrecía a los oficiales”, explica el mayor Hernando Vallejo, de la Escuela de Posgrados Miguel Antonio Lleras.
En este punto de la historia entra en escena Isabel Gutiérrez Ramírez, directora de EAFIT Bogotá, abogada y politóloga eafitense, con experiencia en temas de seguridad, debido a su paso por Naciones Unidas e Ideas para la Paz, un centro de pensamiento estratégico que acompaña procesos para contribuir a la
construcción de la paz en Colombia. Gracias a su gestión se le ofreció a la institución policial un curso “hecho a la medida”.
“Les llamó la atención la capacidad que tuvimos de diseñarles un proceso de formación que pasara por todas las áreas del conocimiento”, recuerda Isabel, quien agrega que el diseño del curso tomó cerca de seis meses.
Alguien que puede dar fe de que el curso diseñado por EAFIT para la Policía Nacional es un acierto es uno de los oficiales que participó en el proceso y se graduó el año pasado. Se trata del teniente coronel Hernando Lozano González, director de la Escuela de Inteligencia y Contrainteligencia Teniente Coronel Javier Antonio Uribe Uribe. A sus 38 años, el teniente coronel Lozano es un hombre con un largo recorrido en la Policía Nacional, a la que ingresó cuando contaba con tan solo 18 años de edad.
El recorrido comenzó como técnico profesional en Policía Judicial, luego realizó el pregrado en Administración Policial y diferentes cursos y seminarios, hasta llegar a graduarse como abogado de la Universidad la Gran Colombia. A esto se le suman varias especializaciones. Estudiando fue como logró llegar
a teniente. Precisamente, para conseguir su último ascenso como teniente coronel, el año pasado estudió con EAFIT.
"El curso me generó un cambio personal y profesional trascendental. Es una buena experiencia, todo un cambio que nos permite pensar de manera estratégica y táctica", dice el teniente coronel Lozano.
En esta última fase de estudios su familia fue fundamental, pues viajar de manera continua a EAFIT, en Medellín, lo obligaba a alejarse unos días de sus más cercanos. “La familia siempre es un apoyo, los que estamos en esto por vocación sabemos que es necesario hacer este tipo de actividades y es fundamental el apoyo de ellos”, agrega.
Mezcla de saberes
Después de haber recibido la solicitud de la Escuela de Posgrados de la Policía, EAFIT Bogotá se atrevió a hacer una “mezcla” de conocimientos para que su oferta resultara atractiva. Eso recuerda el mayor Vallejo, que el curso tenía ingredientes de las escuelas de Administración, Economía y Finanzas, y Humanidades. “Antes, nuestros estudios eran más empresariales y una de las principales necesidades y una de las debilidades era la falta de liderazgo público, por eso nos interesó que la oferta de EAFIT mezclara saberes”, dice el mayor Vallejo.
Añade que los oficiales se enfrentaron a fortalecer tres aspectos: desde el ser, el saber y el hacer, que se traduce en “ser persona, ser estratégico y ser transformador”, apunta el Mayor. Esto se logró al completar los cursos en seguridad, sociedad, economía y habilidades gerenciales.
Este reto va de la mano con las realidades sociales del país. Los policías ingresan a la mayoría de los territorios urbanos y rurales, y allá deben llegar como autoridad, pero también como seres humanos, que comprenden lo que les preocupa a los ciudadanos, algo así como generación de empatía. Sobre estos aspectos versó el plan de estudios.
El curso se diseñó de manera que se pasó de una visión global de la seguridad a una visión particular de las necesidades del ciudadano, porque lo que preocupa ahora son asuntos más cotidianos como el hurto del celular o del automóvil. Sobre estos elementos se estableció el plan de estudios. Lo anterior
se resume en la capacidad que adquieren los estudiantes de “leer el entorno”.
“Es necesario que haya una relación fuerte, determinante y de confianza entre los ciudadanos y las instituciones del Estado. Este curso desarrolla habilidades y competencias basadas en el principio de respeto a la diferencia, debido a que en Colombia hay poblaciones diversas y culturas ancestrales, así como poblaciones en situaciones especiales, como las personas en situación de indigencia. Es un curso que transita por todas las esferas de la sociedad”,
explica la directora de EAFIT Bogotá.
Como estudiante, el teniente coronel Lozano resalta que el curso tuvo su foco dirigido al ciudadano y a las problemáticas que lo aquejan, que tienen enfoques locales, pero que trascienden lo regional y lo nacional.
“Todo el pensum fue pensado en el ciudadano, teniendo presentes la planeación estratégica y la prospectiva. Desde la planeación pudimos repasar lo que afecta al ciudadano, valorar sus preocupaciones y aprender a combatirlas. Desde lo prospectivo aprendimos a mirar los escenarios futuros”, dice.
Este último aspecto es muy importante,toda vez que, así como la Policía se prepara para atender las realidades de la nueva Colombia, lamentablemente también lo hace la delincuencia. “La delincuencia se va transformando, por lo que estudiamos escenarios de prevención, identificamos los modus operandi,
hacemos análisis de inteligencia y así es como la Policía le ha ido cerrando espacios al crimen”.
Desde otras escuelas y programas, EAFIT se ha comprometido con la era del posacuerdo a la que acaba de ingresar el país. Formar a los oficiales de la Policía Nacional es un reto que también puede verse como una manera de aportar a la construcción de una nueva Colombia, en la que es fundamental que la autoridad y la ciudadanía entren en confianza y se encuentren en un punto común: que finalmente todos son, ante todo, seres humanos.