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EAFIT innova con espacios vanguardistas que conjugan infraestructura y concepto

​​Los espacios de aprendizaje son mucho más que un lugar neutral en el que se realizan actividades académicas. Estos deben ser escenarios activos que inviten a trabajar de diversas formas, con un modelo educativo centrado en formar estudiantes capaces de gestionar el conocimiento, de seleccionar lo que es apropiado para un contexto en específico y de aprender de manera permanente. Así, 2017 comenzó para los estudiantes de EAFIT con aulas mejoradas y adaptadas a los retos actuales que plantea la educación.

​Natalia Mojica Herazo
Colaboradora


Equipo de trabajo de Proyecto 50 de EAFIT

El ecosistema de aprendizaje activo de EAFIT continúa en permanente evolución. Con un conjunto de espacios diseñados para el aprendizaje centrado en
el estudiante, donde convergen diversos elementos metodológicos, tecnológicos, de infraestructura y recursos educativos se fortalece el propósito de mejorar la experiencia de aprendizaje del estudiante tanto fuera como dentro del aula de clase.

Este 2017 recibió a la comunidad eafitense con 40 aulas activas ubicadas en los bloques 33, 34 y 35, y un nuevo espacio en el cuarto piso del bloque 19 denominado Aula Invertida, que está pensada especialmente para trabajo colaborativo en grupos grandes. Estos espacios se suman a la Sala de Aprendizaje
Activo inaugurada a finales de 2016 en el primero piso del Centro Cultural Biblioteca Luis Echavarría Villegas.

Bloques 33, 34 y 35 dan paso al aprendizaje activo​

Cumpliendo con la promesa de marca de Inspira Crea Transforma y de acuerdo con la visión y el Proyecto Educativo Institucional, en donde se quiere mejorar la experiencia de aprendizaje con el uso de tecnologías avanzadas y un​ modelo pedagógico centrado en el estudiante, la Institución transforma su planta física para consolidar así un ecosistema de aprendizaje activo. De esta manera, con el rediseño de sus aulas en los bloques 33, 34 y 35 se promueve en los estudiantes un espíritu innovador, creativo, reflexivo, de trabajo colaborativo y autónomo, y, sobre todo, de aprendizaje activo.

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Estas transformaciones son parte del constante proceso de innovación para el aprendizaje que ha fomentado la Universidad desde hace varios años, especialmente a partir de hitos importantes como la creación en 2010 de Proyecto 50.​

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Estas transformaciones son parte del constante proceso de innovación para el aprendizaje que ha fomentado la Universidad desde hace varios años, especialmente a partir de hitos importantes como la creación en 2010 de Proyecto 50 (Laboratorio para la Innovación y el Aprendizaje); y la construcción
de muchas otras obras entre las que se cuentan el Edificio de Ingenierías, el Laboratorio Financiero, la Sala de Audiencias y la Fábrica de Aprendizaje, espacios para aproximarse a los entornos laborales del mundo real; el sistema de súper cómputo Apolo; los espacios para la construcción de narrativas, tales
como el Medialab, el Centro Multimedial y el Centro de Lectura y Escritura (Celee), y los espacios de aprendizaje experiencial como la cocina de Idiomas EAFIT.

“Las Aulas de Aprendizaje Activo son una tendencia que actualmente se trabaja en el mundo en los ámbitos de la educación y la investigación. Muchas instituciones están pensando en implementar este tipo de innovaciones”, afirma Claudia María Zea Restrepo, jefa del Laboratorio para la Innovación y el
Aprendizaje Proyecto 50.

De acuerdo con Claudia, EAFIT primero ofreció las condiciones para que se pudiesen implementar nuevos métodos. “Se había avanzado en un primer proceso que era darles a los docentes herramientas para repensar los currículos, las metodologías y ahora es necesario que también se adapten los espacios
físicos como condición necesaria para poder desarrollar ese tipo de aprendizajes. Estos espacios posibilitan la realización de actividades con más interacción, más colaboración y participación”.

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“Las Aulas de Aprendizaje Activo son una tendencia que actualmente se trabaja en el mundo en los ámbitos de la educación y la investigación. Muchas instituciones están pensando en implementar este tipo de innovaciones”, afirma Claudia María Zea Restrepo​.

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Estos espacios de aprendizaje activo potencian la estrategia centrada en el aprendizaje del estudiante por medio de experiencias de colaboración y de reflexión individual permanente, donde se promueve el desarrollo de habilidades de búsqueda, análisis, síntesis de información y adaptación activa a la solución de problemas.

Las aulas activas de los bloques 33, 34 y 35 cuentan con sillas nodo móviles que permiten fácil cambio de disposición en el aula, tablero de 360 grados que aprovechan la flexibilidad del espacio, equipos táctiles todo en uno para la gestión de contenidos digitales, conexiones eléctricas de piso para no interferir
con la distribución física, sistema de sonido de alta calidad y equipos de proyección de imagen con una tecnología ecológica y amigable con el medio ambiente.

Para su conformación se retoman las taxonomías de aprendizaje como recurso de diseño pedagógico, donde se define una categorización de los diferentes dominios cognitivos tales como conocimiento, comprensión, aplicación, análisis, síntesis o evaluación, integrados con las competencias del Siglo XXI y bajo
un modelo que permita desarrollar niveles de desempeño desde el ser, el saber y el hacer.

“Además, el aprendizaje se está planteando en el ámbito de competencias para la vida, que son el trabajo en equipo, aprender a aprender, creatividad e innovación, solución de conflictos y pensamiento computacional. Estas capacidades se hacen necesarias para formar a los estudiantes de una manera completamente íntegra, para que puedan afrontar nuevos y complejos problemas”, afirma la directora de Proyecto 50.

Edificio de Idiomas (Aula Invertida)

Una de las metodologías de aprendizaje activo que dan vida y sentido a estas transformaciones físicas se conoce con el nombre de aula invertida. Aunque no hay un único modelo, la idea fundamental es invertir la dinámica de aprendizaje en una clase: los estudiantes consultan recursos de aprendizaje dispuestos en plataformas en línea y enriquecidos como recursos multimediales, previo a la sesión presencial.

De esta forma, el aula se convierte en el lugar de participación activa en la resolución de problemas, estudios de casos, simulaciones y muchas otras actividades conectadas directamente con ese momento de preparación fuera del aula, fomentando, además, el desarrollo de dominios cognitivos de alto nivel
y la optimización en el manejo del tiempo.

Esta dinámica se facilita a través del mobiliario flexible conformado por sillas que están diseñadas para mantener una posición activa; tableros que abarcan la mayor parte de las paredes del salón; y colores que buscan incentivar la creatividad, la actividad y la concentración mental. Este espacio cuenta con 18 mesas redondas con la posibilidad de separarse en medias lunas, 160 sillas nodo disponibles para usar junto con las mesas en grupos de trabajo colaborativo, 18 televisores que facilitan la proyección por cada una de las mesas, sistemas proyectores de tiro corto, conexiones de piso, sistema de sonido y tableros portátiles para usar por mesa.

“Me gusta mucho el manejo del color y que el mobiliario permita adoptar múltiples configuraciones porque son versátiles. También, es interesante que los docentes podamos contar con varios tableros en el aula porque no necesitas estar borrando, entonces, al finalizar la clase, los estudiantes se encuentran 
con una especie de narración”, comenta Juan Esteban Escalante Gómez, profesor del Departamento de Organización y Gerencia de la Escuela de Administración. “EAFIT, como parte interesada, está haciendo todo lo que está a su alcance para que la experiencia en las aulas sea muy gratificante”, comenta.

Un modelo de espacio de aprendizaje activo que tiene especial énfasis en grupos numerosos es el de aula de pedagogía inversa tipo Scale Up. Este nombre hace referencia a un ambiente de aprendizaje activo centrado en el estudiante usando pedagogías invertidas (Student-Centered Active Learning Environment
with Upside-Down Pedagogies). Este tipo de espacio de aprendizaje fue inicialmente propuesto por Robert Beichner en la Universidad Estatal de Carolina del Norte (Estados Unidos), como una forma de facilitar las interacciones entre estudiantes y profesores en el contexto de asignaturas ofrecidas a grupos numerosos, inicialmente en el área de la física y con múltiples casos de aplicación que han evolucionado a lo largo de más de 20 años de trabajo.

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El aula se convierte en el lugar de participación activa en la resolución de problemas, estudios de casos, simulaciones y muchas otras actividades conectadas.​

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​Sin embargo, su alcance se ha extendido a otras disciplinas y tamaños de grupos, pues los hallazgos principales de varias experiencias muestran que un factor que hace una gran diferencia en el éxito de los estudiantes es cuando estos sienten que alguien se interesa por su desempeño, por lo cual la calidad de las relaciones que tienen los estudiantes con otros estudiantes y con el profesor marca una gran diferencia.

Para profesores como Joshua John Henry Large, docente de la Escuela de Administración que ya ha iniciado procesos de innovación pedagógica en su asignatura y que ha tenido la oportunidad de disfrutar junto a​ sus estudiantes esta nueva aula, la existencia de este espacio ha sido una respuesta y, a la vez, un detonante de nuevas formas de comprender y diseñar la experiencia de aprendizaje. “Iniciamos con la grabación de las charlas y la creación de un espacio virtual y yo, realmente, no pensé en las consecuencias presenciales. Los estudiantes tenían que ver los videos antes de llegar a la clase, pero en la clase no estuvimos utilizando el espacio físico para desarrollar otras actividades. La segunda etapa natural después de crear ese espacio virtual era la migración a un espacio físico para, realmente, realizar la promesa fundamental de este concepto de aula invertida que es liberar tiempo con los videos para desarrollar actividades”.

Después de usar el espacio durante algunas sesiones de clase en este semestre Joshua ha compartido sus observaciones sobre lo que ha logrado. “El nuevo espacio del bloque 19 ha sido clave porque con la distribución de las mesas redondas, con un espacio plano es bastante más fácil que los estudiantes se comuniquen en grupos y que desarrollen proyectos conjuntos en sus grupos. En ese sentido ha sido un gran éxito”.

Espacios vanguardistas

Inversiones de esta naturaleza les brindan a los miembros de la comunidad eafitense, especialmente a docentes y a estudiantes, espacios vanguardistas, dinámicos, dotados con la última tecnología y diseñados para brindar las comodidades, herramientas, infraestructura y mobiliario necesario para
generar ambientes de aprendizaje que enriquezcan sus experiencias dentro de las aulas.

Alejandra Vidal Ramírez, docente de Innovación y Emprendimiento de la Escuela de Administración, explica que captar la atención de los jóvenes es cada vez más difícil porque están hiperconectados, y considera que con una estrategia distinta para transmitir los contenidos puede surgir un mayor interés por los temas vistos en clase.

“Las Aulas de Aprendizaje Activo realmente cumplen con la necesidad de libertad para movernos en el espacio”, añade Alejandra, quien, además, realiza actividades lúdicas, como metodología para que sus alumnos se apropien de las herramientas de innovación y emprendimiento.

La comunidad estudiantil, por su parte, se muestra también satisfecha y sorprendida con los cambios y es importante notar el sentido de pertenencia que existe hacia el nuevo mobiliario de la Institución. “Ha sido una experiencia muy interesante porque cambia completamente la perspectiva, se aprovecha
más el espacio, las clases son más dinámicas y la interacción con el profesor y los demás compañeros es mucho mayor”, comenta José Luis García Arriola, estudiante de segundo semestre del pregrado en Música. “Me gusta ver que la Universidad está cambiando y mejorandolas instalaciones. Eso habla muy bien
de la Institución, porque se preocupa por el bienestar de la comunidad eafitense”, comenta Felipe Fogth Albisser, estudiante de tercer semestre de 
Ingeniería Mecánica.

Comprometida con el cambio social, la Universidad le apunta a la innovación educativa por medio de la transformación en la infraestructura y el acompañamiento metodológico en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Por esto, proyectos como la trasformación de las aulas de clase a ambientes
de creación a través del aprendizaje activo hacen de EAFIT una universidad que inspira, crea y transforma.​​