La depresión, los trastornos de conducta alimentaria, el trastorno de déficit de atención o hiperactividad y el trastorno negativista desafiante son algunos de los trastornos de la salud mental más frecuentes en niños y niñas. También están los trastornos del neurodesarrollo, como por ejemplo los trastornos del espectro autista, entre otros. Mucho menos frecuente es la esquizofrenia infantil, que hizo famosa a la joven estadounidense Jani Schofield, la persona más joven en la historia en ser diagnosticada con esta grave enfermedad.
Jani era una niña bastante particular: desde su nacimiento miraba fijamente a sus padres y se destacaba con respecto a otros niños en su capacidad intelectual. Sin embargo, también se mostraba agresiva con familiares y compañeros de clase. Desde su cumpleaños número 3 empezó a hablar de amigos imaginarios, los cuales eran absolutamente reales para ella, siendo algunos inofensivos, mientras otros le pedían que hiriera a sus padres o a sí misma.
Este es uno de los casos más extremos, pero los trastornos de la salud mental son mucho más frecuentes de lo que imaginamos. Es importante conocer, conversar y compartir con personas de confianza sobre nuestra salud mental, de igual manera en que hablamos de una gripa o un dolor de estómago.
¿Qué es la salud mental y cómo cuidarla? Escucha 1,2 3 por la ciencia, un programa de la Universidad de los Niños en Acústica, emisora web de la Universidad EAFIT. En esta ocasión nos acompañan Sofía Londoño, de la Universidad de los Niños EAFIT y María Aurora Gallo Rodríguez, terapeuta ocupacional y miembro de la Asociación Antioqueña de Amigos, Familias y Personas con Esquizofrenia.
Todos los seres humanos sienten emociones y es imposible estar alegre todo el tiempo, así que es necesario dar espacio e importancia a la tristeza y la rabia, comprendiendo sus efectos en el cuerpo y en nuestra capacidad para realizar tareas cotidianas. El objetivo es hacer una gestión saludable de las emociones, en lugar de negar, ignorar o estancarnos en alguna de ellas.
Sin embargo, un estado de ánimo depresivo, de excitación o de irritabilidad puede ser recurrente, y entorpecer una y otra vez nuestra capacidad para desarrollarnos y realizar actividades sencillas. Este puede ser un síntoma de un trastorno de la salud mental, que requiere de un diagnóstico y tratamiento por parte de profesionales de la salud como psicólogos y psiquiatras.
Jani Schofield es la persona más joven en la historia en ser diagnosticada con esquizofrenia.
No hay síntomas únicos, pues la variedad de trastornos que puede sufrir nuestra mente es muy amplia. Sin embargo, de manera general, son señales de alerta:
Los amigos imaginarios son bastante frecuentes en niños y niñas, y por lo general no deben preocupar a los padres o cuidadores, pues se trata de un producto normal de la mente infantil. Casi todos los niños y niñas tienen la capacidad para reconocer que sus amigos imaginarios solo existen en su mente, siendo compañeros de juego o personajes de historias fantásticas.
Solo en los casos raros de esquizofrenia infantil, como el de Jani Schofield, los niños y niñas son incapaces de distinguir bien la diferencia entre los personajes que son producto de una alucinación y, por ejemplo, sus compañeros de clase. En estos casos es vital el acompañamiento de un profesional en psiquiatría.
Establecer lazos de comunicación, así como el acompañamiento y apoyo de la familia, son el pilar fundamental de todo tratamiento médico.
La principal herramienta para detectar problemas de salud mental es la observación y la escucha, así que estar atento a las señales de alerta y establecer lazos de comunicación, en un ambiente de seguridad y confianza, es importante tanto en los casos de trastornos leves como en los más graves.
Recurrir a los psicólogos y psiquiatras es necesario cuando se presentan las señales de alerta, son ellos quienes pueden aplicar herramientas de diagnóstico profesional que pueden incluir entrevistas, evaluaciones y exámenes médicos.
Algunos trastornos pueden requerir tratamientos temporales, terapia psicológica y en algunos casos, la prescripción de medicamentos. Esto último siempre debe estar bajo una estricta vigilancia médica, pues los niños son más sensibles a los posibles efectos secundarios de la medicación psiquiátrica. Sin embargo, el acompañamiento y apoyo familiar son el pilar fundamental de todo tratamiento médico.