El doctor en economía Eddie Gerba, investigador activo de la Escuela de Economía de Londres (LSE), es uno de los expertos internacionales en macroeconomía y finanzas sostenibles que participan de la Conferencia Ifabs 2019, simposio que se realiza hasta este sábado 7 de diciembre en EAFIT, con la visita de 94 investigadores de distintas universidades y entidades internacionales.
Este encuentro académico, organizado por la Escuela de Economía y Finanzas de la Universidad, en alianza con el Banco de la República, la Red de Investigadores de Economía y la Universidad de Nottingham (Reino Unido), tiene el objetivo de discutir sobre los avances científicos en temas como mercados de capitales, la estabilidad financiera, políticas monetarias, fintech y finanzas sostenibles, entre otras áreas.
El investigador y consultor europeo, quien cuenta con diversas publicaciones en estos campos académicos, actualmente es asesor de política macroprudencial del Banco Nacional de Dinamarca. Durante la sesión especial que inauguró este simposio en Medellín, el jueves 5 de diciembre, compartió los avances de su investigación. En compañía de los coaturores Pablo Aguilar y Samuel Hurtado, del Banco de España; y Stephan Fahr, del Banco Central Europeo (Alemania), presentó el estudio Quest for Robust Optimal Macroprudential Policy.
¿Qué se entiende por regulación macroprudencial?
Se habla de estas políticas hace más de dos décadas. No obstante, no hay una definición única ni una implementación estandarizada de estas políticas. Además, hay temas que son más controversiales y divergentes, donde en algunos países creen que deberían incluirse dentro del campo de políticas macroprudenciales y otros países creen que no. Ejemplo de estos temas son desequilibrios macroeconómicos, controles de capital, shocks externos, pensiones y ahorros de largo plazo.
¿Por qué es importante la investigación en estos temas y discutir sobre estos en el marco del Ifabs 2019?
Es importante porque sin estas políticas tenemos inestabilidad. Y la inestabilidad es una condición que no permite que haya un sistema financiero sostenible. Entonces, primero se tiene que aclarar una de estas reglas para tener una sostenibilidad, esa es la precondición. Uno de los objetivos de la política macroprudencial es directamente tener una actividad sostenible. Esto es algo que se trabaja a un largo tiempo, que tiene sus fases.
¿Qué hallazgos encontró en el desarrollo de sus investigaciones que presenta en la Conferencia?
Una de las cosas que nos sorprendió al hacer el estudio es que cuando se implementan las políticas macroprudenciales óptimas, el beneficio de dos es más grande que la suma de cada una de las políticas macroprudenciales óptimas por separado. Hay sinergias. Lo que quiere decir es que, si implementas solo una política macroprudencial óptima, tiene ciertos beneficios. Y si implementas otra política macroprudencial óptima en aislamiento, al juntarlas los beneficios son más que la suma de estas dos.
¿En qué contexto económico desarrolla estás investigaciones y cuál es el panorama actual del sistema financiero?
Es un panorama difícil. Tanto en el ámbito mundial como para el mundo desarrollado donde investigo más. También sigo un poco lo que pasa en el mundo en desarrollo, pero no es mi área de competitividad. Es una situación difícil porque realmente no hemos salido de la crisis del año 2008, seguimos intentando luchar y salir de ese agujero. Algunos países han salido, otros países no los ha tocado. Los crecimientos que tenemos son mucho menores de los que teníamos antes de la crisis o que generamos históricamente en los años 60 y 70.
Hay otras vulnerabilidades que están emergiendo y esto hace que tengamos preocupación, en este contexto, de un crecimiento muy leve y gradual. ¿Otra reversa en las tasas de crecimiento de qué manera afectará la economía mundial? Y esto incluye tanto Europa, como Estados Unidos y Japón.
¿Qué desafíos encuentra para la estabilidad y sostenibilidad financiera?
Ya llevamos 12 años en este contexto de tasas de interés extremadamente bajas o negativas. Y además una política monetaria expansiva. ¿Qué significa esto?, que si han pasado 12 años y todavía no tenemos un horizonte de cuándo se va a terminar, esto ya está entrando en plazo medio, entonces estamos cambiando la estructura económica. Otro desafío es el cambio climático. Esto es aún más a largo plazo. Y el desafío aquí es identificar cuáles son los riesgos potenciales, las influencias que eso puede tener sobre el sector financiero sin exagerar un Armagedón, por así decirlo. Entonces es mantener un equilibrio científico en este debate, que en este momento es un poco difícil porque se ha politizado bastante. Y un tercer desafío es el movimiento de capital internacional. Realmente después de la crisis, donde hubo un paro en este movimiento de capital -al menos en Europa mucho capital se fue para Estados Unidos- y no se sabe realmente cuáles son los nuevos flujos de capital y si esos flujos de capital están contribuyendo realmente a una inestabilidad.
En Latinoamérica se han implementado algunas de estas políticas macroprudenciales, ¿cuáles son los efectos para la sostenibilidad financiera?
Una forma de política macroprudencial que se ha implementado en los años 80 o 90 era obviamente los controles de capital. Es un tema controversial, pero científicamente sí que entraría dentro de este campo. Los controles de capitales son una medida que se utilizaba muchísimo en Latinoamérica para protegerse contra las volatilidades que vienen del exterior y para mantener una estabilidad de su propia moneda. ¿De qué forma se utilizan?, se ponen unas estrictas reglas de qué capital puede entrar, de la conversión de su propia moneda doméstica al exterior, que en el caso de Latinoamérica es el dólar.
Otra forma ha sido poner unos colchones sobre el sistema bancario. Porque los sistemas bancarios latinoamericanos, conozco el caso de México y Brasil, fueron muy vulnerables a actividades domésticas que tenían sus propios riesgos, pero también por otras actividades o flujo de capital internacional. En Latinoamérica entendieron que tenía que subir esos colchones de capital para proteger el sistema doméstico.
¿Cuál es el papel del sistema financiero en problemas globales que impactan la sostenibilidad como el cambio climático o la pobreza?
Es algo que se debate muchísimo entre los bancos centrales, porque no es obvio el por qué la distribución de la riqueza. La distribución de los ingresos debería importar a los bancos centrales, ya que su objetivo es mirar la estabilidad agregada de todo un sistema. Entonces no se preocupan, en principio, según esos objetivos por grupos particulares. No obstante, cuando estás en unas situaciones extremas, donde hay un grupo muy grande que es pobre y se está haciendo más pobre, la pregunta es cuándo ese grupo minoritario pasa a ser mayoritario. Se ha visto en los últimos 10 años intentos de incluir este tema dentro de las discusiones y debates de los bancos centrales en el ámbito internacional. Mucho de eso promovido desde la política monetaria no convencional, ese cambio de dinero que se ha imprimido porque se ha visto que en algunos casos causa efectos distribucionales.
¿Cuál es la tendencia en sostenibilidad financiera?
En los bancos centrales esto es un tema muy nuevo, y se están considerando algunos caminos. En el sector privado estoy trabajando, justamente, con desarrollos sostenibles en los negocios. Existen tendencias y prácticas en el sector privado que se han implementado para incluir grupos más vulnerables, donde se intenta hacer un cálculo de costes de su actividad mucho más amplia y toma en cuenta un horizonte más largo de sus actividades.
¿Cómo ve la participación académica en la Conferencia Ifabs en Medellín y las discusiones que allí se desarrollan?
Hay muchos temas. Lo que tenemos que pensar es cómo vamos a tener una sociedad o un sistema sostenible, a la vez del sistema de producción que tenemos actualmente. Mi reacción inmediata es que son incompatibles, entonces tenemos que pensar profundamente de qué manera podemos aliviar estos dos: el sistema de producción, que es el motor de la economía mundial, con un sistema sostenible, una sociedad contenta y una distribución más equitativa de los recursos.
¿Es posible lograr esto?
Sí, lo veo posible pero hay que invertir muchos más recursos y se tiene que pensar mucho más profundamente sobre estos temas. Creo que en algún sitio esas ideas van a surgir, es lo que se llama movimiento de sociedades. Las ONG creo que juegan un papel muy importante, y los académicos porque pueden pensar más fuera de la caja.
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Alejandro Gómez Valencia
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