La industria 4.0, o cuarta revolución industrial, como también se le ha llamado en el mundo, mucho más que un fenómeno tecnológico es un suceso profundamente humano y social. Así lo considera la doctora en economía Ana Teresa Lehmann, exsecretaria de Estado de Portugal para la Industria y profesora asociada de la Universidad de Porto, quien habló en EAFIT, entre otros asuntos, de las posibilidades que tienen en esta nueva era las empresas de países emergentes como Colombia.
La amplia experiencia de esta investigadora en temas de competitividad empresarial, la internacionalización de la industria en la era digital, la atracción de inversión extranjera indirecta, la innovación y políticas públicas fueron tratados en la conferencia Industria 4.0 y digitalización de la cadena de valor, que ofreció Lehmann el lunes 4 de febrero en la Universidad.
“Estamos hablando de transformación digital de la industria, no toda la digitalización de la sociedad. ¿Qué es lo que llamamos la cuarta revolución industrial? Hoy en día no se innova con una sola tecnología, tiene que haber una convergencia de distintas tecnologías y la industria 4.0 corporiza muy bien eso: internet de las cosas, software, robótica, programación, etc. Lo que es importantísimo es que todo esté conectado”, explicó la experta.
La profesora tiene autoridad para hablar porque lideró en Portugal una estrategia para la industria 4.0 y hasta el pasado octubre fue responsable de la implementación de un programa exitoso en materia de digitalización en el país lusitano, siendo hoy uno de los referentes dentro de la Unión Europea por sus estrategias para la atracción de inversión extranjera indirecta en ciudades como Braga y la digitalización de la gobernanza. Un ejemplo es el gobierno digital, que permite generar servicios y trámites burocráticos virtualmente, y tiene entre sus planes extender la digitalización a todos los sectores de la industria.
Ciudades como Lisboa, incluso, se están convirtiendo en centros tecnológicos con la presencia de oficinas de Google y otras empresas dedicadas a la industria 4.0, en parte, gracias a las políticas públicas dirigidas al desarrollo de ecosistemas de innovación y el apoyo a clústeres empresariales como el Centro para la Excelencia, la Innovación e Industria del Automóvil (CEIA).
Un aspecto central dentro de la discusión de la industria 4.0, más allá de la necesidad de desarrollar infraestructuras virtuales y conectadas, sugirió la investigadora, es la competencia humana y la formación de habilidades digitales para el futuro, lo que se convierte en uno de los grandes retos de la sociedad para la rápida adaptación a esta revolución tecnológica.
“Es este componente humano y social el que va a dictar los sucesos de la adaptación a la cuarta revolución industrial, porque la tecnología siempre se está desarrollando, siempre se puede comprar, pero lo que no es tan evidente es que las personas estén preparadas. Por eso es importante que universidades, asociaciones empresariales y todos los actores se enfoquen en esto”, dijo Ana Teresa Lehmann.
La industria 4.0 en Colombia, particularmente, pasa por un momento de popularidad por la reciente designación de Medellín como una de las capitales de la cuarta revolución industrial, realizada por el Foro Económico Mundial que anunció desde Davos (Suiza), en su habitual reunión anual, la creación de un centro para la innovación y el emprendimiento en la Corporación Ruta N.
Esta decisión, que coloca a la ciudad a la vanguardia latinoamericana de la innovación en industria 4.0, es un primer paso para aumentar y fortalecer los ecosistemas empresariales en materia de innovación tecnológica con la incorporación de las herramientas digitales y la inteligencia artificial a la industria.
“Los estudios demuestran que el impacto en la eficiencia, en la competitividad de las empresas y las ciudades realmente es importante. Por ejemplo, el gobierno digital puede mejorar el desempeño. Y también hay unas implicaciones que no son tan evidentes para el ciudadano, como el cambio climático. La digitalización es como una gran amiga del medio ambiente, porque se usan muchos menos recursos”, sostuvo la académica.
Uno de los mayores desafíos en materia de competitividad en la industria 4.0 está relacionada a la internacionalización del mercado y su integración en la cadena de valor global, ya que la disrupción causada por las tecnologías emergentes ha condicionado los modelos de negocio. Por esta razón se habla de una desterritorialización del concepto de mercado.
“Esa fragmentación de las actividades de valor es una gran oportunidad porque permite una división del trabajo y de las tareas entre distintos países. Hoy día una empresa que está creciendo tiene una oportunidad inmensa. Puede que no tenga recursos, pero si tiene éxito en entrar a la cadena de valor global de un grupo económico, puede ser mucho más grande”, señala.
Para dar el paso definitivo hacia la Industria 4.0 es indispensable crear las condiciones que permitan la innovación de los ecosistemas digitales, tanto en el sector público como privado. Como parte de la experiencia portuguesa –dijo–, las políticas públicas debe centrarse en conceptos como los digital innovations hubs, centros de aprendizaje y difusión de tecnologías lideradas por multinacionales, conjunto de empresas startup y universidades para promover conocimientos y apropiación de las herramientas digitales.
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Alejandro Gómez Valencia
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