En medio de unas elecciones atípicas marcadas por la pandemia del covid-19, enfermedad que ha golpeado la salud pública estadounidense con más de 220 mil muertos por el virus, el candidato republicano Donald Trump y el demócrata Joe Biden, quienes aspiran a ocupar la Casa Blanca en los próximos cuatro años, llegan a la última semana de campaña en una reñida disputa por los votos electorales de los estados claves que determinarán, finalmente, al presidente de ese país.
Con posiciones enfrentadas en muchos de los temas de la agenda política, los que han dominado la discusión pública en los últimos meses en cuanto al manejo de la crisis sanitaria del coronavirus, y con algunas coincidencias en materia económica como el apoyo al tratado comercial con México y Canadá (T-Mec), los sondeos de intención de voto muestran la ventaja del candidato demócrata en algunos de los estados federados a pocos días de las elecciones, mientras que en otros estados considerados swing states o estados bisagra el resultado aún es difuso. Hasta el momento, cerca de 59 millones de estadounidenses han votado de manera adelantada a través de mecanismos como el correo postal.
“El manejo de la pandemia es un factor absolutamente relevante en esta campaña electoral en Estados Unidos, pero además de esto, como cada cuatro años, el tema económico es otro de los asuntos a considerar. Primero porque la realidad es que Donald Trump ha hecho un ejercicio muy importante, en términos de la administración de la economía estadounidense y los resultados son positivos. Segundo porque los detractores de Trump alegan que todo no puede quedar reducido a unos resultados económicos y poner en detrimento la misma salud de los estadounidenses”, indica Luis Fernando Vargas-Alzate, doctor en Estudios Políticos y coordinador del área académica de Relaciones Internacionales en la Escuela de Administración de EAFIT.
Durante los meses de campaña son varios los temas que han pasado por la discusión pública, siendo la gestión de la pandemia uno de los centros del debate, lo que podría estar influyendo en la intención de voto de los estadounidenses y marcando una distancia entre los dos candidatos. Según la plataforma de análisis de encuestas de opinión FiveThirtyEight, Biden mantienen una intención de voto del 52,1 % a nivel nacional, unos 9,8 puntos porcentuales por encima del actual presidente republicano.
“A esos temas habría que incluir, por supuesto, unos de política internacional e incluso de política exterior, asuntos que tienen que ver con la participación de Estados Unidos en el escenario multilateral. Si bien no son absolutamente centrales en el proceso electoral, de una y otra manera, terminan influyendo en el electorado más ilustrado que entiende de estas realidades”, complementa el analista internacional, Luis Fernando Vargas-Alzate.
Otros aspectos que han orientado las discusiones y que ayudaron a definir en gran parte del electorado su decisión hacia las banderas demócratas o republicanas, es la elección de magistrados de la Corte Suprema de Justicia, que en este país son postulados por el presidente y confirmados por el Senado, también el impacto industrial sobre el cambio climático, las políticas de inmigración, las protestas sociales vinculadas al racismo, las relaciones internacionales y el desempeño económico.
“Probablemente ninguno de estos será decisivo en esta última semana. Todos son temas de interés para la población, pero lo que pase en estos días no producirá cambios en el voto. Una parte importante de la población ya votó de forma anticipada. Y las diferencias entre los candidatos y los dos partidos son tan marcadas que casi nadie está indeciso o cambiará de opinión en el último momento. Las campañas se han enfocado, sobre todo la de los demócratas, en invitar a votar a aquellos que no lo hicieron hace cuatro años”, explica Daniel Vásquez Vega, profesor de la Escuela de Derecho de EAFIT y actualmente estudiante de doctorado en Derecho de la Universidad de Minnesota (EE.UU).
En el año 2016 durante las presidenciales entre Donald Trump y Hillary Clinton, a diferencia del presente año donde el candidato republicano busca ser reelegido, a estas mismas alturas de campaña se experimentaba la caída de Clinton en las encuestas y, aunque resultaría ganando el voto popular, no alcanzaría los votos del Colegio Electoral necesarios para alcanzar la presidencia del país norteamericano. En esta oportunidad, Joe Biden mantiene la ventaja en la intención de voto a pocos días de elecciones, lo que sin embargo no garantiza su victoria, pues podría aparecer algún factor sorpresa a una semana de cerrar las urnas, sostienen algunos analistas.
“Viendo los datos al 26 de octubre esto todavía está muy nebuloso. Y unas elecciones las cambia cualquier cosa. El supuesto ganador sería Biden, pero eso mismo pasaba en 2016 cuando también las encuestas decían que iba a ganar la señora Clinton de manera contundente. Las encuestas nos han demostrado, incluso en Estados Unidos donde tienen un sistema estadístico tan potente, que se equivocan. La disputa está en los estados donde no sabemos qué va a pasar: la parte del norte de Estados Unidos en Michigan, Minnesota, Wisconsin y Ohio, o en Carolina del Norte, Georgia y en Florida que tiene 29 votos electorales o Texas con 38 votos electorales no lo sabemos”, dice Juan David Escobar Valencia, experto en geopolítica y director del Centro de Pensamiento Estratégico de EAFIT.
La manera como se han desarrollado las distintas campañas en medio de la pandemia, como destacan los analistas internacionales, es reflejo de las posturas ideológicas de los propios partidos Demócrata y Republicano. Una muestra de esto, por ejemplo, es que mientras la campaña de Biden ha insistido en el uso de máscaras o tapabocas y en la realización de eventos al aire libre con normas de distanciamiento físico, la campaña de Trump ha tomado una vía más desafiante frente a los posibles riesgos de la pandemia.
“Si de aquí al 3 de noviembre se anuncia que salió la vacuna, eso sería un golpe positivo para Trump porque él ha estado promoviendo que esta va a salir muy rápido. Si eso fuese posible, no creo que suceda, en términos de la importancia de la pandemia sería muy determinante para la elección”, expresa el analista Juan David Escobar, coordinador de la especialización en Estudios Políticos de EAFIT.
“Creo que estas elecciones pueden ser una de las que más implicaciones tengan para el mundo en décadas recientes. La reelección de Trump implicaría una consolidación de políticas públicas que se niegan a combatir las causas del cambio climático, lo cual, de acuerdo con los expertos constituye la amenaza moderna más grande para la humanidad. A su vez, continuaría el proceso de reorganización geopolítica que ha implicado para el mundo; bajo la administración de Trump Estados Unidos se ha alejado de sus aliados tradicionales como la OTAN”, comenta el magíster en Derecho, Daniel Vásquez.
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Alejandro Gómez Valencia
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