Pakistán será el epicentro, pero el impacto de la celebración será mundial. La cita es este sábado 5 de junio, fecha para conmemorar el Día Mundial del Medio Ambiente, que este 2021 tiene como lema restauración de los ecosistemas y de anfitrión al país asiático, así designado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma). ¿Qué implica esta celebración y qué marca en el calendario para la próxima década?
Este 5 de junio será el comienzo del Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de Ecosistemas 2021-2030 y, además, es la década de acción para la Agenda 2030. Así lo explica María Alejandra Gonzalez-Perez, coordinadora del área de ética y responsabilidad social en la Escuela de Administración de EAFIT, quien agrega que restaurar ecosistemas abarca un amplio espectro de acciones como sembrar árboles, reverdecer las ciudades, cambio de hábitos alimenticios, limpiar ríos y costas.
“Es una regeneración en la que los seres humanos tenemos que participar activamente en la recuperación de los ecosistemas que hemos degradado y destruido, pero también proteger los que están intactos”, dice María Alejandra.
Junto a la obligación que tenemos como seres interdependientes de proteger el ambiente, está el padecimiento de parte de la población mundial por la degradación de los ecosistemas. Según datos del Pnuma, a cerca de 3.200 millones de personas, el 40% por ciento de los seres humanos, se les afecta su bienestar por ese fenómeno.
"La restauración y regeneración ganan mucha fuerza porque no se trata solo de reducir los impactos y dejar de destruir sino también reconstruir. Hay muchos ecosistemas muy degradados que necesitan restablecerse. La sostenibilidad sin regeneración creo que no es viable. Hay que empezar a regenerar y hay que traducirlo en acciones concretas", manifiesta Alejandro Álvarez Vanegas, profesor de las Escuelas de Humanidades y de Ingeniería de EAFIT.
Las palabras del profesor Alejandro, quien dicta cursos en el pregrado en Diseño Urbano y Gestión del Hábitat de la Universidad, concuerdan con los objetivos de la celebración que, además de convocar a prevenir, detener y revertir la degradación del medioambiente, buscan ayudar a erradicar la pobreza, combatir el cambio climático y prevenir una extinción masiva.
Compromiso colectivo
En Colombia, en particular, la restauración de los ecosistemas es uno de los grandes desafíos para la próxima década. La mayor parte de los hábitats han sido transformados o degradados por causas como los cultivos ilícitos, el uso inadecuado del suelo para actividades agropecuarias, la minería y las especies invasoras. Con esto, señala el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, se ha disminuido la capacidad de prestación de servicios ecosistémicos tan importantes como el suministro de agua, alimentos y la regulación del clima, entre otros.
Para enfrentar esta situación en el país se ha gestado en un horizonte de 20 años, el Plan Nacional de Restauración Ecológica, Rehabilitación y Recuperación de Áreas Degradadas (PNR), con el que se pretende promover procesos integrales de restauración ecológica.
De acuerdo con Marcela López Serna, ingeniera ambiental y profesora del Núcleo Formación Institucional en Cultura Ambiental de EAFIT, para lograr avances en materia ecológica es necesario contar con indicadores asociados a los resultados ambientales, más allá del número de árboles sembrados, que dispongan de monitoreo y control constante, así como permear los proyectos de restauración con una visión de cuenca y de conectividad ecológica.
"Si como sociedad entendiéramos que el medio ambiente es la base para que la humanidad tenga bienestar y para lograr economías vibrantes, celebrar el Día Mundial del Medio Ambiente sería la oportunidad para celebrar la vida, las relaciones interpersonales, las relaciones sanas con otras especies que habitan el planeta Tierra", expresa Marcela López, quien observa que aún existe una brecha entre las políticas nacionales o corporativas y lo que realmente se ejecuta en los territorios.
"En la medida en que tomemos acciones individuales encaminadas a generar grandes cambios y que ejerzamos nuestra voz política, estaremos un poco más cerca de lograr la restauración de los ecosistemas ", Marcela López Serna.
A pesar de la situación de crisis climática y una posible sexta extinción en el planeta, Cristina Romero Ríos, profesora del Departamento de Ingeniería de Procesos y del NFI en Cultura Ambiental de la Institución, ve esperanza porque esos temas toman cada vez más relevancia, son temas de conversación en la población y observa una preocupación en los estudiantes por contribuir desde sus carreras para mejorar la situación.
“Esto no es solo de los gobiernos, no es solo de las grandes empresas, como tampoco es solo de cada ciudadano, es un compromiso de cada uno de los miembros de la familia humana. En la medida en que cada quien se pregunte cómo las acciones que tiene en el día a día aportan o no a restaurar la Tierra tendremos una respuesta de qué tan optimistas podremos llegar a ser frente al futuro”, sostiene la profesora
Además de la importancia de unificar los esfuerzos de los individuos, las organizaciones, de las empresas y de los tomadores de decisiones en ciudades y países para conseguir un mayor impacto, María Alejandra Gonzalez-Perez advierte que la restauración que se propone con esta conmemoración debe estar apoyada en la ciencia.
Ciudadanía ambiental
Frente a la ciudadanía ambiental hay que avanzar mucho en el reconocimiento del valor intrínseco y práctico de los ecosistemas, desde su aspecto económico, pero también en el sentido de relacionarse de forma distinta con la naturaleza.
"No hay mucha certeza de que la situación vaya a cambiar positivamente. Hay esperanza porque hay señas de que esto puede realmente cambiar, pero debemos tomarla más en serio. No estamos generando acciones concretas y estamos lejos de tener una educación amplia y profunda en temas ambientales y sostenibles", señala Alejandro Álvarez.
En ese sentido, Marcela López considera que la ciudadanía está empezando a ser más consiente de la interdependencia hombre-naturaleza. "Hay una línea muy delgada por la que a veces transitamos y es que todo se convierte en una moda. Se habla del tema de manera superficial y se desarrollan estrategias basadas en lo que la gente quiere oír. Creo que podemos ser optimistas en la medida que dediquemos más esfuerzo a impartir conocimientos sobre el funcionamiento del planeta y a fortalecer el pensamiento crítico", comenta la experta en gestión de la biodiversidad.
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Alejandro Gómez Valencia
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