El Estado social de derecho, la Corte Constitucional y la acción de tutela para la protección de los derechos fundamentales de las personas, así como el paso de una democracia representativa a una participativa son algunos de los logros más importantes de la Constitución de 1991 en Colombia. Este 2021 que se conmemoran 30 años de la elaboración de esta hoja de ruta puede ser el momento para identificar los avances y retos en la tarea de garantizar la protección plena de los derechos y libertades de los colombianos.
Con relación a la efeméride, que se celebrará oficialmente el 4 de julio, día en que fue promulgada la nueva carta política en la Gaceta Constitucional en remplazó a la anterior Constitución Política de 1886, Mauricio Uribe López, jefe del Departamento de Gobierno y Ciencias Políticas de EAFIT, destaca entre los hitos de la Constitución la intención de consagrar al país a asegurar las condiciones mínimas de existencia y establecer derechos, libertades y oportunidades sin discriminación.
La tarea de avanzar en ese ideal constitucional de una igualdad real y un Estado social de derecho efectivo, tal como indica el docente e investigador, implica cambios transcendentales y la orientación de las políticas públicas hacia una mayor convergencia regional, la inclusión social y productiva de la población rural, y hacia la reducción de la concentración de la riqueza y el ingreso.
Según manifiesta el doctor en Ciencia Política de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (México), desde que se implementó la carta política ha habido avances en términos generales en la protección social. Una muestra de esto es que el censo del año 1993 evidenció que la incidencia de la pobreza por necesidades básicas era de 35.8 %, mientras que en 2018 se redujo a 14.3 %. Sin embargo, advierte, esto no ha sucedido en todas las regiones del país donde hay altos índices relacionados con el incumplimiento en garantizar las necesidades básicas.
En ese sentido, Alejandro Torres García, profesor de la Escuela de Economía y Finanzas de EAFIT, señala que para cumplir con esas responsabilidades es necesario que el gasto público sea sostenible y al mismo tiempo generar mayor responsabilidad social en la tributación por parte de los ciudadanos. En términos numéricos, explica el economista, el gasto público paso del 9 % del PIB a inicios de la década del noventa a más del 20 % en la actualidad. Eso se ha traducido en una serie de mejoras en los indicadores de cobertura en temas de salud y educación.
El comienzo de una nueva época
De acuerdo con los investigadores eafitenses, para un país siempre será importante recordar sus hitos institucionales, y en este caso la Constitución de 1991 marcó el inicio de una nueva era política y social en el país, por más que algunos de esos cambios aún estén por materializarse.
En esa nueva etapa, tal como dice Juan Sebastián Aristizábal Gómez, jefe del Centro de Análisis Político de EAFIT, "fue fruto de un amplio consenso entre varios actores, incluso de algunos que acaban de firmar la paz, lo que lo hace más potente. De manera decidida hay que implementarla, entenderla y orientarla. Es importante recordar esta fecha de cambio institucional porque recuerda de dónde venimos y hacia dónde vamos".
Con relación al contexto en el que se originó la Constitución, Humberto de la Calle Lombana, quien representó al Gobierno Nacional en el mandato de César Gaviria ante la Asamblea Nacional Constituyente de 1991, indicó en un evento virtual realizado en marzo de 2021 por el Semillero de Investigación en Derecho Constitucional de EAFIT, que el clima político que se vivía en el país era de una crisis muy profunda, en la que hubo un descrédito muy acentuado de la clase política y magnicidios de candidatos presidenciales como Luis Carlos Galán y Carlos Pizarro Leongómez.
"La Constitución no brindó de inmediato un esquema de negociación en la búsqueda de la paz, entre otras cosas porque los actores no se pusieron de acuerdo. Solo parte de la guerrilla acudió a la Constituyente con ese propósito”, dijo el político quien consideró que, si bien aún hay manifestaciones impactantes de violencia en el país, a ese documento nacional se le puede entender como precursor de la paz.
Avances en la igualdad de género
"Un efecto de estos 30 años es la apropiación ciudadana de la idea de derechos constitucionales y derechos humanos. Creo que las personas se han apropiado de este discurso y que la tutela que introdujo la Constitución de 1991 ha contribuido al empoderamiento de las ciudadanías. Se refleja en las demandas y movilizaciones sociales que hoy estamos viviendo; una ciudadanía cada vez más consciente de sus derechos", dice Antonio Carlos Barbosa Vergara, doctor en Derecho de la Universidad Pompeu Fabra y profesor del Departamento de Derecho de EAFIT.
Uno de los avances que se alcanzaron gracias a la consagración de la Constitución de están relacionados con la igualdad de género y la mayor participación femenina en los asuntos públicos, como se reflejó en la Asamblea Nacional Constituyente de esa época.
Artículos constitucionales relacionados a la igualdad material, a la participación en la administración pública, a las relaciones familiares basadas en la igualdad y en la prescripción de la discriminación contra la mujer, entre otros, fueron algunas de las transformaciones sociales.
"Fuera del escenario político existió un ejercicio de cabildeo fuerte que tuvo eco. Así fue que la Red Mujer Constituyente, que estaba comprendida por aproximadamente 75 organizaciones de todo el país, desarrolló distintas actividades buscando que sus propuestas fueron debatidas en el seno de la Asamblea", recuerda la politóloga Carolina López Tobón, coordinadora de proyectos en el Centro de Análisis Político.
La organización de las mujeres para incluir asuntos de sus intereses dentro de la agenda, explica Valeria Mira Montoya, magíster en Gobierno y Políticas Públicas, permitió debatir sobre temas como el divorcio, la libre opción de maternidad, la función social del trabajo y el cuidado, y la separación entre la iglesia y el Estado. "Estos debates fueron claves para posicionar, al menos formalmente, a las mujeres como ciudadanas de pleno derecho en la nueva era constitucional", asegura la profesora de la Escuela de Derecho.
Si bien se han logrado estos avances, aun existen desafíos para la protección de los derechos fundamentales de las mujeres, en particular los relacionados a la feminización de la pobreza, la participación política igualitaria y el bajo nivel de reconocimiento en procesos de reconciliación y construcción de paz en el país.
Precisamente desde el Centro de Análisis Político de EAFIT se están abordando los retos de la Carta Magna a través de la mirada de profesores e investigadores de diferentes escuelas de la Universidad. Los análisis se publican todos los miércoles en las redes sociales de la dependencia en una iniciativa que comenzó en mayo y se extenderá hasta julio.
"Puede ser una buena excusa para el país en estos 30 años, y en medio de la crisis que atravesamos, poder pensar la Constitución como una ruta de futuro. Ha estado ahí y quizás no sea implementado con la urgencia y decisión necesaria, hoy puede ser la Constitución de 1991 la respuesta", indica Juan Sebastián Aristizábal.
La historia Constitucional
Colombia en su historia republicana ha tenido nueve constituciones nacionales, ocho de las cuales surgieron en el siglo XIX, entre los años 1821 y 1886. Estas fueron en 1821 (Gran Colombia), 1830 (Estado de la Nueva Granada), 1832, 1843, 1853 (República de la Nueva Granada), 1858 (Confederación Granadina), 1863 (Estados Unidos de Colombia), 1886 (República de Colombia) y, finalmente, la de 1991.
Como antecedente, además, surgieron constituciones provinciales entre 1811 y 1815. Entre estas la Constitución de Cundinamarca, en 1811; la Constitución del Estado de Antioquia, en 1812; la Constitución Política del Estado de Cartagena de Indias, de 1812; y las constituciones provinciales de Antioquia, Neiva y Mariquita, en 1815.
Uno de los hitos más recordados de la Constitución de 1991 fue la convocatoria de la séptima papeleta, promovida por un grupo de jóvenes universitarios quienes impulsaron la Asamblea Nacional Constituyente ante la necesidad de modernizar al Estado y sus instituciones.
La Constitución de 1991, en su aspecto formal, está compuesta por 13 títulos, 380 artículos y 67 artículos transitorios. En 30 años de consagrada la carta magna, ha tenido más de 40 reformas.
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Alejandro Gómez Valencia
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