Colombia ocupa el tercer puesto en Latinoamérica entre los países con más contribuciones al open source (código abierto) y es el número 30 en el mundo. El dato lo compartió Chris Aniszczyk, director de tecnología de Cloud Native Computing Foundation (CNCF), en EAFIT durante KCD Colombia, acrónimo de Kubernetes Comunity Days.
El encuentro, que se realiza en la Universidad el 5 y 6 de junio, reúne a líderes, promotores y entusiastas del código abierto, específicamente en aplicaciones para la plataforma Kubernetes y tecnologías cloud natives. El encargado de la instalación fue Chris Aniszczyk, quien se define como alguien que quiere construir un mundo mejor a través de la colaboración abierta.
“El código abierto es una infraestructura invisible. Mucha gente no sabe que cada cámara, televisión, software, sitio web o banco tiene código abierto. Esto contribuye a mejorar la economía, a que los ingenieros se vuelvan mejores ingenieros y usen mejores softwares para cerrar brechas. Porque el futuro de la tecnología es abierto. Si un país, una comunidad o un estudiante no se da cuenta de esto va a quedarse atrás”, dijo.
Los días del software privativo o no libre se acabaron. Ese fue uno de los mensajes que compartió el director de tecnología de CNCF, quien cree que Colombia es un gran lugar para cultivar y hacer crecer el open source. Esa percepción se la reforzó ver a los asistentes de KCD Colombia, quienes vienen de diferentes partes del mundo a colaborar y aprender juntos. “Este es un gran comienzo para más colaboraciones”.
Sobre por qué el open source tiene futuro en el contexto latinoamericano, Paola Andrea Vallejo Correa, doctora en Ingeniería Informática y profesora de la Escuela de Ciencias Aplicadas e Ingeniería de EAFIT, expresó que se trata de una alternativa que promueve la colaboración, un concepto que no es exclusivo de los países desarrollados y que, además, brinda la posibilidad de trabajar en conjunto, compartir recursos y aprendizajes.
“Es una alternativa económica y accesible para el desarrollo de software, tal vez esto favorezca a los países en vía de desarrollo, ya que es posible reducir costos al aprovechar o adaptar soluciones existentes. De alguna manera esto promueve el desarrollo tecnológico y la innovación sin depender de recursos financieros”, complementó la eafitense.
Una de las franjas de la economía que podría beneficiarse de este tipo de tecnologías y colaboraciones es la agrícola. Se espera que la producción de este sector aumente un 1.4 por ciento cada año, a lo que aportarán especialmente las economías emergentes, y se estima que el 87 por ciento del crecimiento de la producción mundial de alimentos provenga de la mejora del rendimiento.
Los datos los expuso Carolina Huertas Garcés, fundadora y CEO de AgrodatAi, solución digital gratuita que tiene el objetivo de ayudar a los productores agropecuarios a mejorar la producción y tener negocios más rentables. Actualmente cuenta con 380.183 productores que utilizan los servicios de Tulio, un chatbot que brinda asesoría e información que les ayuda a vender mejor sus cosechas y acceso a créditos financieros.
A pesar de que apenas el 27.5 por ciento de los hogares rurales del país tiene internet y que tan solo el 6 por ciento de los agricultores cuenta con una tablet, portátil o computador de escritorio, Carolina Huertas dijo en KCD Colombia que está convencida del poder de la tecnología para el crecimiento de los pequeños productores.
La graduada de EAFIT, quien fue incluida por la revista Forbes en la lista de las 100 mujeres más poderosas de Colombia 2023, cree que la tecnología podría ayudar a la gestión de riesgos agropecuarios; mejorar la conexión para la compra, venta y financiación; lograr exactitud en el suministro de abonos y alimentación para cultivos y animales; propiciar acceso al conocimiento y buenas prácticas, entre otros beneficios.
No obstante, para que alternativas como el código abierto se puedan expandir, es necesario conectar las necesidades de las industrias y con el quehacer de las instituciones de educación superior. Así lo expuso Chris Aniszczyk al concluir “que las universidades deben entrenar ingenieros y desarrolladores que contribuyan a proyectos de código abierto populares, como Linux o Kubernetes. Esos estudiantes van a conseguir trabajo, van a ser exitosos y van a retribuir a las universidades. El código abierto está dominando la economía en estos días”.
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Alejandro Gómez Valencia
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