Sí, después de ingresar a la Organización Mundial del Comercio, y en tan solo seis años, China aumentó en un 83% su comercio. Pero ese no es un común denominador para el resto de naciones. De hecho, algunos argumentos matemáticos demuestran que los beneficios del comercio entre países están lejos de ser equilibrados para todas las naciones y de ser transformadores para generar desarrollo colectivo.
Así lo compartió el profesor David Atkin, del Boston Massachussets Institute (MIT), durante su ponencia en el Congreso Mundial de la International Economic Association que se realiza hasta el 15 de diciembre en EAFIT.
En este espacio el académico brindó, además, otra serie de razones para explicar por qué hay unas naciones que están más arriba y otras más abajo en la escalera del desarrollo.
Y, justamente, utilizó esa metáfora popular de la escalera del desarrollo para explicar que cada país está en un peldaño específico, unos más arriba que otros y que, por tanto, el desarrollo colectivo no es del todo eficiente. “Pero existe un tema en común: los sectores buenos y los sectores malos, los que se benefician con el comercio internacional y los sectores que más se afectan”, resaltó.
En su presentación citó a otros colegas como Chang, Hausman, Lin y Rodrik, quienes ya se han preocupado por abordar esos buenos y malos sectores, pero centró su investigación en mostrar cómo ha explorado la relación que existe entre globalización y desarrollo. “Porque lo que exportas importa”, agregó.
Por un lado, desde la relación entre desarrollo y comercio, están los países con capacidad de crecimiento que pueden adquirir y elaborar bienes más complejos porque tienen poder adquisitivo. Y, en sentido contrario, están los países especializados en elaborar bienes más complejos y que son los que más rápido crecen.
Además, según el académico, si bien el surgimiento de China en la dinámica comercial global frenó el desarrollo de otros países, esto sucede porque los bienes complejos aumentan capacidades de los países y así menos naciones tienen la posibilidad de exportar bienes complejos.
No obstante, recalcó que el comercio puede hacer que todos los países asciendan en la escalera, pero solo si más países aumentan la capacidad de agregar valor a sus exportaciones.
Desde lo empírico evidenció cambios en el empleo hacia los sectores que aumenten la capacidad tecnológica y enfatizó que su investigación es solo un mecanismo para analizar el comercio, pero no es la última palabra para decir si sirven o no, pues esto depende de las necesidades de los gobiernos en el diseño de sus políticas públicas.