Diminutos, con largas y finas patas, los mosquitos se posan sigilosamente en la piel de los seres humanos para succionar sangre. Son comunes en todas partes, aunque, si se presta atención, pueden aparecer con más frecuencia en ciertos momentos del año. La mayoría de ellos se mantienen inofensivos, sin embargo, algunas especies transmiten enfermedades que pueden llegar a ser mortales.
La proliferación de zancudos (término popular para referirse a los mosquitos) en estos días tiene diferentes explicaciones. El cambio climático y los reservorios de agua pueden ayudar en la reproducción de estos insectos, así como el calor, que favorece el desarrollo de las larvas. Por su parte, las lluvias y las aguas estancadas que quedan a su paso ayudan a que las hembras puedan poner huevos.
Daniel Rojas Díaz, investigador y profesor del Departamento de Matemáticas de EAFIT, explica que, si bien se conocen estas generalidades, la dinámica específica de los mosquitos a nivel local todavía es desconocida. De igual forma, mediante la identificación de lugares, zonas o regiones que reúnan características ambientales para que estos insectos sobrevivan o proliferen, es posible identificar criaderos y zonas de riesgo, así como simular intervenciones para definir estrategias óptimas. Todo esto se logra mediante una herramienta útil: el modelado de nicho.
“Se trata de determinar las condiciones que favorecen la ocurrencia de cierto fenómeno de interés, y se distingue porque solo se dispone de información donde ocurrió el fenómeno. Esto hace que no se pueda determinar la probabilidad de que ocurra, sino las condiciones óptimas para que suceda”, afirma el investigador.
Los modelos matemáticos son estructuras que tratan de representar un fenómeno real a partir de expresiones matemáticas o estadísticas. De acuerdo con Alexandra Cataño López, profesora de la Escuela de Ciencias Aplicadas e Ingeniería de EAFIT, el modelado de nicho y otros tipos de modelos toman información de la dinámica de especies, como los mosquitos, y extraen características importantes de su crecimiento (temperatura, humedad, altitud, entre otras) y las extienden a eventos presentes o futuros.
“En algunos casos, se cuenta con un software en el que se ingresa la información, por ejemplo, coordenadas y capas ambientales, que son archivos de información climática. Con eso, el programa procesa la información y genera mapas de los lugares donde es más probable que esté la especie”, afirma la profesora.
También es posible estructurar un modelo desde cero, eligiendo un lenguaje de programación, las variables a utilizar y cómo se ingresará la información. En casos como el dengue, explica Alexandra, se buscan expresiones matemáticas y se escogen valores para algunos parámetros, usando datos reales para entrenar el modelo. Finalmente, se brinda una franja de tiempo amplia para que el modelo simule el futuro, aunque es un tema de cuidado, ya que las predicciones no son perfectas.
Prevenir enfermedades transmitidas por mosquitos
Daniel Rojas, añade que, en el caso de los mosquitos transmisores de enfermedades, estos tienen un nicho que depende de condiciones ambientales y factores socioculturales que varían con el tiempo y hacen que la distribución espacial se modifique. Por ello, poder identificar previamente estos cambios o pronosticarlos, es fundamental para tomar decisiones e intervenir en favor de la prevención de enfermedades.
El aumento de los mosquitos puede traer consigo un mayor riesgo de contagios por fiebre amarilla, dengue, zika y chikunguña. Los más peligrosos son los zancudos con rayas blancas (Aedes aegypti y Aedes albopictus), transmisores de estas enfermedades. Según datos del Sistema Nacional de Vigilancia en Salud Pública (Sivigila), al 13 de junio de 2024 se presentaron 6.592 casos de dengue en Antioquia, de los cuales 54 (equivalentes al 0,8 %) están clasificados como dengue grave.
El profesor Daniel expresa que, a pesar del esfuerzo de instituciones públicas por recopilar información, todavía no se ha incluido en modelos de nicho debido a la falta de combinación de estos datos con variables ambientales y socioculturales. “Ahora estamos en conversaciones con el SIATA (Sistema de Alerta Temprana de Medellín y el Valle de Aburrá) y la Secretaría de Salud de Medellín para poder unificar la información y proponer los modelos”.
Por ahora, las recomendaciones para la ciudadanía incluyen avisar a las autoridades sobre la presencia de las especies más riesgosas de zancudos en sus espacios cotidianos, para así alertar a las comunidades y tomar medidas individuales, como el uso de repelentes corporales, la implementación de pruebas diagnósticas ante la presencia de síntomas y, desde las instituciones, eliminar criaderos e incorporar controladores biológicos.
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Alejandro Gómez Valencia
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