La transición hacia energías limpias es una estrategia fundamental para combatir el cambio climático. La ciencia lo confirma al señalar que una gran parte de los gases de efecto invernadero que cubren la Tierra proviene de la generación de energía, principalmente por la quema de petróleo, carbón y gas para producir electricidad y calor. Por eso, es esencial invertir en fuentes de energía alternativas que sean limpias, asequibles, accesibles, sostenibles y confiables, un llamado que la ONU reitera en el Día Internacional de la Energía Limpia, celebrado cada 26 de enero.
Las energías limpias, como la solar, eólica e hidroeléctrica, destacan por su bajo impacto ambiental. En Colombia, su desarrollo se ve favorecido por la particularidad geográfica del país, que cuenta con abundantes recursos hídricos y alta radiación solar en ciertas regiones. Esto ha permitido que la hidroeléctrica y la solar sean las fuentes renovables más implementadas.
Para Alexander Ossa Henao, profesor del área de Industria, Materiales y Energía de la Escuela de Ciencias Aplicadas e Ingeniería de EAFIT, el reto está en diversificar las fuentes de energía con opciones como la geotérmica y el hidrógeno verde, aún en etapas iniciales de desarrollo. En respuesta a este desafío, investigadores eafitenses, liderados por el profesor Alexander, diseñaron un electrolizador hecho de silicio capaz de generar altas eficiencias en la producción de hidrógeno verde, un tipo de energía limpia que no contamina el aire y solo emite vapor de agua.
“En la Universidad llevamos varios años investigando el desarrollo de sistemas de electrólisis con materiales económicos que mantengan la eficiencia en la producción del hidrógeno, similares a las obtenidas mediante la utilización de metales preciosos. Estudiamos el proceso de generación de energía utilizado por los seres vivos, en donde al interior de las células las mitocondrias son las encargadas de generar la energía requerida mediante procesos químicos”, afirma el profesor Alexander.
Actualmente, EAFIT trabaja con empresas del sector energético en la expansión del primer prototipo de electrolizador bioinspirado para la producción de hidrógeno verde. El objetivo es llevar la tecnología del laboratorio a una escala industrial, adaptándola a condiciones más complejas y reduciendo los costos de producción. Con esto, se espera acelerar la transición hacia energías sostenibles y disminuir la dependencia de combustibles fósiles.
En este sentido, Mauricio Arroyave Franco, profesor e investigador de la Escuela de Ciencias Aplicadas e Ingeniería de EAFIT, resalta que en 2024 las emisiones globales de CO2 alcanzaron aproximadamente 41.600 millones de toneladas, de las cuales 37.400 millones provinieron de la quema de combustibles fósiles, lo que representa el 90 % del total. En este contexto, afirma que “todas las formas de generación de energía limpia que sustituyan métodos contaminantes ayudarán a reducir significativamente el volumen total de emisiones”.
Avances en energías limpias
En el contexto global, países europeos y nórdicos han avanzado significativamente en el desarrollo de tecnologías como la energía eólica, solar y geotérmica, adaptándolas a sus condiciones geográficas. Andrés Felipe Sánchez, profesor de la Universidad de Antioquia adscrito al proyecto Hidrógeno Verde, señala que actualmente se está explorando con mayor intensidad la fisión nuclear, mientras que el hidrógeno verde se perfila como una alternativa para la movilidad y el reemplazo del gas tradicional, además: “los paneles solares han evolucionado con tecnologías que optimizan el aprovechamiento de la energía del sol. También destacan los parques eólicos y la energía mareomotriz, entre otras soluciones emergentes”, agrega el docente.
En general, el mundo está diversificando cada vez más su matriz energética, adoptando tecnologías limpias, muchas de estas renovables, lo que refleja una tendencia hacia la sostenibilidad y la reducción de emisiones. Las naciones más desarrolladas utilizan energía nuclear, especialmente en Estados Unidos y Francia, lo que les permite satisfacer una gran parte de sus necesidades energéticas con bajas emisiones, a través de la fisión nuclear. Otros métodos como la energía geotérmica y biogás también están ganando terreno, especialmente en países como Nueva Zelanda y Australia.
A nivel individual, el uso de vehículos eléctricos y sistemas de cocción eléctrica son medidas concretas que podrían reducir el consumo de combustibles fósiles en los hogares, sin embargo, el profesor Mauricio Arroyave advierte que la generación de energía sigue siendo un desafío de gran escala. “Más que pensar en que las personas vamos a aportar a la generación con métodos limpios, es importante tomar conciencia sobre el uso eficiente de la energía. Un menor consumo energético impactaría directamente en la reducción de emisiones”, concluye.
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Alejandro Gómez Valencia
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