“EAFIT se ha construido alrededor de las ideas que va poniendo en práctica”, “somos los herederos de unos hombres y de un legado que llevamos y admiramos”, “la Universidad es una gran conversación entre generaciones”, “esta Institución es un laboratorio para la democracia”, “no somos, vamos siendo”. Estas fueron algunas de esas frases y reflexiones inspiradoras que, por poco más de dos horas, el rector Juan Luis Mejía Arango, con su tradicional estilo, compartió con los eafitenses durante la presentación del informe
Construcción colectiva de una idea de Universidad.
La cita fue el jueves 10 de diciembre, a través del canal institucional de
Youtube, para asistir a este recorrido por cerca de 17 años de logros y aprendizajes, pues como mencionó el directivo al comienzo del encuentro, sería un poco diferente, no solo por la contingencia actual derivada de la pandemia, sino también por ser la última en su cargo como Rector.
Sí, fue una jornada llena de emociones, agradecimientos y recuerdos, propia de un líder inspirador que guio con transparencia, sabiduría y visión estratégica a EAFIT, y que durante la mañana de este jueves compartió con la comunidad un propósito colectivo. “Este no es el informe de un año, y tampoco de mi Rectoría, sino de un período, una evaluación y un recuento de lo que ha sido esta Universidad durante los últimos años. Y hemos decidido llamarlo ‘Construcción colectiva’, porque somos la unión de distintos estamentos y esfuerzos”, expresó.
Y, por ese mismo motivo, señaló que la presentación iniciaría desde 1996, con la Rectoría de Juan Felipe Gaviria Gutiérrez, a quien destacó como el arquitecto de la idea de Universidad humanista que es EAFIT hoy, y que estaría dividida en tres grandes momentos: La Universidad de docencia que continúa su marcha y se engrandece; la Universidad de docencia con investigación y la consolidación de los ejes misionales; y la Universidad para todas las generaciones que conecta propósitos con conocimiento.
Desde el Auditorio Fundadores, lugar al que se trasladó para la trasmisión, y en el que estuvo acompañado por Claudia Restrepo Montoya, rectora designada desde enero de 2021; los vicerrectores y los decanos; los representantes estudiantiles y profesorales; y otros directivos de la Universidad, el Rector también aprovechó para destacar el legado de los fundadores, del Consejo Superior y sus presidentes, y de los anteriores rectores que lo precedieron en el cargo.
“Somos una construcción colectiva, pero también un sueño construido sobre hombros de gigantes, los herederos de hombres que admiramos y recordamos, y de quienes siempre llevaremos su legado, y cuyas ideas hemos puesto en práctica y nos han guiado a través de las diferentes etapas que vamos a ver a continuación”.
A su vez, al final del acto, le dio la bienvenida a Claudia Restrepo en su cargo como nueva directiva de EAFIT, y le entregó el Escudo de la Universidad y una pluma como símbolo del nuevo capítulo institucional que comenzaría a escribirse con su liderazgo.
“Solo tengo palabras de orgullo y gratitud para ti, Juan Luis, nos dejas un testimonio inmenso de todo lo que hemos construido juntos como comunidad. Hoy recibo una nueva apuesta y ten por seguridad que llevaré este escudo en alto”, manifestó la Rectora designada.
La Universidad de docencia continúa su marcha y se engrandece
Al mirar el campus eafitense desde arriba es imperdible situar, justo en el centro, el edificio del Centro Cultural Biblioteca Luis Echavarría Villegas. Ese lugar, el corazón de la vida académica e investigativa de EAFIT, le dio un sentido de universalidad a la Institución y se convirtió en el símbolo de la transformación de una Universidad que ascendía constantemente en la búsqueda del conocimiento. Y con su construcción comenzó el Rector la primera parte del informe, cuando la Misión de la Universidad era “la formación de personas comprometidas con el desarrollo integral de la humanidad”.
Otro momento determinante de esa época, continuó relatando el directivo, fue la convicción permanente con la calidad, que inició con la inscripción de siete programas al Sistema Nacional de Acreditación en 1997, y que hoy se refleja en la Acreditación Institucional de Alta Calidad y sus posteriores renovaciones; en el 100 por ciento de sus pregrados acreditables con dicho aval y en la obtención de este para nueve maestrías y dos doctorados; en las acreditaciones internacionales; y en las certificaciones de calidad obtenidas por las dependencias.
“EAFIT era una antes y después de someterse a este tema de la calidad. Cada Acreditación Institucional nos ha señalado el camino para edificar nuestros planes estratégicos de desarrollo. La calidad ya se nos volvió cultura”, apuntó. Así mismo, narró que otro de los hitos de este periodo fue el carácter humanístico que imprimió a finales del siglo pasado Juan Felipe Gaviria a su rectoría, con la incorporación de las humanidades y el derecho; el avance posterior hacia los segundos y terceros ciclos universitarios; y la incorporación de la dimensión cultural con sus componentes de memoria, fomento a la creación artística, diseminación de la agenda de manifestaciones artísticas, capacidad relacional y cultura ciudadana. “Gracias a esto la Universidad hoy no solo es la diversidad de áreas del conocimiento, sino una gran conversación entre generaciones.
Y sobre este último aspecto, también resaltó los esfuerzos por romper el paradigma de que la vida universitaria estaba limitada a cierto periodo de edad, y poder abrirla a otros grupos mediante iniciativas como Saberes de Vida y la Universidad de los Niños, y posteriormente con programas como el de Alta Dirección. “EAFIT fue tomando poco a poco la decisión de ser una Universidad para todas las generaciones. Esta es una construcción que seguimos fortaleciendo con el Itinerario EAFIT 2030”.
Al final de este primer capítulo, el directivo se detuvo en la construcción de la Universidad Parque como otro de los hitos de este momento, mencionando que los espacios físicos también debían transformarse para estar a la altura de las ideas y la transformación académica.
La universidad de docencia con investigación y la consolidación de nuestros ejes misionales
En esta segunda etapa de la transformación educativa, la Universidad continuó con el ascenso al conocimiento, pero esta vez desde una mirada diferente. En el año 2008 nace un nuevo Proyecto Educativo Institucional (PEI) donde la formación está centrada en el ser humano y en su capacidad de aprendizaje, en la formación teórico-práctica, el bilingüismo, la investigación formativa y el pluralismo participativo.
"Empieza otra gran ruptura que es el paso de la enseñanza al aprendizaje, es decir, el reflector deja de estar en el profesor para estar en el estudiante. Eso es un revolcón en la educación y, en ese proceso, todavía estamos. Es un gran cambio", manifestó.
Esa transformación, precisamente, de ser una institución destinada a la formación técnica y tecnológica para convertirse en una universidad con investigación, lo que sin duda es un factor determinante para el progreso social, económico, científico y cultural del país, fue uno de los grandes avances que impulsaron a los posteriores desarrollos científicos y a la innovación educativa dentro del campus.
Este propósito, aseguró el Rector, se consolidó a partir de la renovación de la Acreditación Institucional de Alta Calidad, entre el periodo 2010-2018, donde se construyó un plan de desarrollo alrededor de preservar la excelencia académica y mejorar la proyección nacional e internacional de la Institución. Hitos importantes en este proceso fueron la creación del Reglamento de Propiedad Intelectual (2009), la Declaración de principios de gobernabilidad y administración (2012), y del Comité de Ética (2014), pensados acordes con el principio de integridad.
Así mismo, durante estos años, también se comienza a realizar la gran reforma curricular que permitió generar una mayor flexibilización académica, creando la impronta que identifica a los egresados eafitenses. Esta renovación buscó articular los pregrados y los posgrados a través de sus líneas de énfasis. Por otra parte, en investigación se estructuró un modelo que conectó el ecosistema educativo y científico: Universidad de los Niños, semilleros, grupos de investigación y programas de doctorado y maestría.
Fue en este camino donde también se crearon los primeros centros de pensamiento, hoy determinantes para la divulgación de la producción académica y científica de la Universidad. Es el caso del Centro de Pensamiento Estratégico (2005), el Centro de Estudios Asia Pacífico (2006), el Centro de Análisis Político (2006), el Centro de Estudios Urbanos y Ambientales (2010), el Centro de Investigaciones Económicas y Financieras (2012) y el Centro de Estudios en Lectura y Escritura (2015).
Como parte de esta apuesta decidida por la investigación, se destaca que el Consejo Superior destinó al menos el 10 por ciento de los ingresos de la Universidad al desarrollo científico. De esta manera, el presupuesto en este campo ha ido creciendo: pasó de 6500 millones de pesos, en al año 2004, a cerca de 74.968 millones en el año 2020. Esta inversión se ha reflejado en el fortalecimiento de los 44 grupos de investigación, muchos de estos en las máximas categorías del Ministerio de Ciencias y Tecnología.
"Este cambio si no está acompañado de una formación permanente del profesorado no es posible. Por eso, inicialmente, se creó Proyecto 50 hace 10 años. Ahora es el Centro para la Excelencia en el Aprendizaje (EXA). Juntamos todas las unidades que estaban dispersas en la Universidad y se logró crear este potente centro de innovación para la transformación educativa", indicó el Directivo.
Esta evolución se ha materializado en una docencia e investigación más pertinente con la generación de conocimiento conectado a las necesidades de los territorios, también en la creación de nuevas escuelas y programas de aprendizaje activo como Kratos. A su vez, se han consolidado apuestas como EAFIT Social y el Centro de Filantropía como parte esencial de los ejes misionales.
La Universidad para todas las generaciones
“Una de las áreas más importantes de EAFIT en el futuro será la educación permanente”. Con esta frase, comenzó el Rector el tercer apartado de la presentación en el que se pudo apreciar cómo la comunidad eafitense pasó de estar conformada por 55.000 personas en el año 2014 a 118.000 en 2020, gracias a cifras que se duplicaron en, por ejemplo, la cantidad de estudiantes de posgrado, docentes de planta, egresados y matriculados en cursos de idiomas.
En ese propósito de ser la Universidad para todas las generaciones, explicó Juan Luis Mejía, se adelanta una transformación del modelo educativo en la Institución en siete grandes áreas. Esa transformación ya se percibe en “la tercera generación de programas”, tanto de posgrado como de pregrado que se han venido creando en los años recientes y entre los que figuran las maestrías en Ciencia de Datos y Analítica, en Biociencias, y en Estudios del Comportamiento, así como los pregrados en Ingeniería Agronómica, en Diseño Interactivo, y en Diseño Urbano y Gestión del Hábitat.
En este segmento también se mostraron los seis rasgos que identifican a la impronta eafitense: Compromiso con sostenibilidad, Ciudadanía integral, Identidad cultural y consciencia global, Actitud y perspectivas científicas, Emprendimiento e Innovación, y Acción comunicativa. Esos rasgos se conectan con las interacciones entre el sistema de aprendizaje y el sistema de descubrimiento y creación para tener una formación integral. En esa interacción son una guía las agendas de conocimiento a las que le apunta EAFIT, que son apuestas de investigación basadas en tendencias internacionales y nacionales, así como en apuestas institucionales.
Otra gran evolución en la Universidad es el cambio que implica la formación por competencias. Así lo señaló el Rector al mencionar que ahora, más que los títulos, se valora cuáles son las competencias que se adquieren y eso genera transformaciones en temas como, por ejemplo, la evaluación. En EAFIT ya el 40 por ciento de los pregrados están diseñados en el método por competencias y 45 por ciento está en ese camino.
Hay otras transformaciones en la Universidad muy importantes para el desarrollo institucional como lo es la transformación digital que, como dijo el Rector, no se refiere solo a máquinas, se refiere ante todo a cultura. En este campo hizo un énfasis en la importancia de Epik, uno de los proyectos más relevantes para la Universidad que estará al aire en el segundo semestre del próximo año. Se trata de una solución tecnológica para unificar en un mismo software el ciclo de vida académica del estudiante: selección y admisión, matrícula, calificaciones y asistencia, evaluación al profesor, gestionar balance académico y gestión de grados.
Casi el 99 por ciento de los docentes de planta tienen, mínimamente, título de maestría y ya se cuenta con más doctores que magísteres. Se destaca también el crecimiento del material bibliográfico al pasar de 124.403 ejemplares impresos en el año 2004 a tener 424.137 en 2020, mientras que en títulos en formato digital se pasó en el mismo período de 23.448 a 525.817. El aumento de la velocidad de internet de 3.7 megabytes en el año 2004 a una de 2.100 megabytes en 2020.
Esas son solo algunas de las cifras de esa construcción colectiva de idea de Universidad, como reiteró el Rector al cierre de su presentación. “Todo esto ha sido una construcción colectiva, no es un informe mío, es un informe de todos nosotros, son ustedes los que han construido esta Universidad”, concretó el rector caminante, el cercano a los estudiantes, el alumno permanente, el que disfruta de las orquídeas y el que se sentía pleno cada vez que al encontrarse con un estudiante en el campus este simplemente lo llamaba “Hola, Juan Luis”.