En la respiración normal son los músculos del diafragma los encargados de crear una presión de vacío en el pulmón que succiona el aire del ambiente. Pero cuando hay una mala oxigenación esos músculos comienzan a cansarse y a no realizar bien su función. Es ahí cuando entran los ventiladores mecánicos para asistir este proceso, como el que creó recientemente la empresa Ion Heat, liderada por el eafitense Andrés Bernal Duque.
Se trata del dispositivo
IHT-2000 que, en palabras del ingeniero mecánico de la Institución, no solo ayuda en la acción de respirar, sino que permite que el paciente acceda a una mayor cantidad de oxigeno para elevar sus niveles a los clínicamente establecidos, de manera rápida.
“Estamos hablando de un dispositivo con ingeniería de precisión, mediciones confiables e interfaz intuitiva, que reúne las mejoras logradas en un año de trabajo constante. No se trata de un prototipo de emergencia como los que se concibieron durante las etapas tempranas de la pandemia, sino de un desarrollo que cumple con los estándares de los fabricantes internacionales”, explica el eafitense, quien en la actualidad se desempeña como presidente de Ion Heat.
Justamente, al hablar del proceso de creación, Andrés señala que el éxito de esta iniciativa se debió a que, desde el inicio, su compañía se comprometió con dos caminos: el del desarrollo de ingeniería, y el regulatorio.
“En lo que tiene que ver con el desarrollo de ingeniería, por ejemplo, nuestra meta era llegar a un producto mínimo viable, que nos permitiera iniciar con el proceso regulatorio, pero paralelamente seguir mejorándolo todos los días para entregar al mercado con dispositivo con los mejores estándares de calidad”.
En lo regulatorio, por otra parte, después de las pruebas internas y la investigación clínica en cinco pacientes, ahora cuentan con la aprobación del Invima para su estudio de la fase I en humanos, y se encuentran a la espera de arrancar la fase II con 20 pacientes, lo que significaría el último paso antes de salir al mercado. Hasta la fecha este es el único dispositivo que cuenta con dicho aval en Colombia.
Los ventiladores IHT-200 fueron probados en las unidades de cuidados intensivos de la Clínica Central Fundadores y del Instituto Neurológico de Colombia. Nelson Fonseca, especialista en Medicina Crítica y Cuidados Intensivos, y director de este estudio clínico, destaca: “Estamos hablando de un dispositivo seguro que ha demostrado que ‘comprende’ al paciente en todas las fases de su enfermedad”.
Conozca acá esta otra iniciativa de egresados eafitenses para ayudar a mitigar la pandemia por covid-19:
Un llamado a la acción que fortaleció desde EAFIT
Hace más de un año, cuando las noticias sobre el covid-19 comenzaban a ganar protagonismo en los noticieros nacionales, Andrés escuchó a una panelista invitada hacer un llamado a las fábricas nacionales para hacer frente a la crisis que afrontaría el país.
Como presidente de Ion Heat no solo se sintió personalmente interpelado con esta responsabilidad, sino que puso manos a la obra casi inmediatamente, haciendo parte, en sus inicios, de la alianza Inspiramed, responsables de la creación de los más de 650 videolaringoscopios que fueron entregados al personal médico de la ciudad. Más tarde, y acompañado de personal capacitado en diferentes campos de la ingeniería decidieron aventurarse en la creación de sus propios ventiladores.
“Teníamos la logística, la capacidad de importar al estar ubicados en una zona franca (Rionegro), la planta de manufactura y, sobre todo, la motivación: un amor de país que nos unió, un sentimiento de responsabilidad, y un llamado a la acción”, puntualizó el eafitense.
Andrés está convencido de que esta capacidad de respuesta se debe también a su paso por EAFIT, una Universidad que le inculcó el espíritu emprendedor, pero también la vocación de usar ese conocimiento para crear desarrollos en beneficio de la sociedad.
“Si tuviera que volver a elegir mi profesión, me decidiría otra vez por Ingeniería Mecánica, y la haría en EAFIT. A la U le tengo un cariño enorme porque me enseñó muchas cosas, entre ellas la cultura emprendedora y que la ingeniería es solo un aperitivo para salir con hambre al mundo, a tratar de entenderlo y cambiarlo”, concluye.