Es inevitable que, por estos días, lo primero que hagamos al levantarnos es conectarnos a través de nuestros celulares o computadores para informarnos del acontecer local, nacional o internacional. Las pantallas se han convertido en esas ventanas que tenemos para enterarnos de lo que pasa en el mundo, y las redes sociales en medios de comunicación que consumimos casi a diario. Pero como ciudadanos digitales ¿cuál es nuestra responsabilidad frente a la avalancha de información a la que accedemos o compartimos todos los días?
Luis Miguel Muñoz Álvarez, egresado de Derecho de la Institución, es un usuario frecuente de Twitter. Él, por ejemplo, prefiere que entre las personas que sigue exista un balance de diferentes posiciones para evitar que sus plataformas se convierten en circulo de resonancia de un solo punto de vista.
A Mateo Tavera Vélez, ingeniero mecánico de la Universidad, no le gusta quedarse con lo que transmiten los medios oficiales del país y recurre también a plataformas alternativas; María Antonia Giraldo, egresada de la maestría en Comunicación Transmedia, realiza varias pausas a lo largo del día para evitar que el exceso de información la sature o la afecte emocionalmente; y Vanessa Garcés Zuluaga, de Ciencias Políticas, prefiere seguir las cuentas institucionales de diferentes organizaciones y procura contrastar siempre lo que recibe con otras fuentes de información.
Aunque pueden ser métodos muy diferentes, los cuatro egresados eafitenses coinciden en algo: actuar de manera responsable en estas plataformas para evitar la desinformación.
Y es que diseñar un meme, replicar un trino y elegir la manera de informarse en internet tienen efectos tanto en la salud pública como en la personal. De hecho, recientemente la Organización Mundial de la Salud definió el término infodemia como “una sobreabundancia de información, en línea o en otros formatos, que incluye los intentos deliberados por difundir información errónea”.
Por eso, algunos profesores de EAFIT explican por qué es necesario acceder a estas plataformas con integridad y responsabilidad, como Jonathan Echeverri Álvarez, docente del Departamento de Psicología de EAFIT, y quien señala la importancia del alfabetismo digital para hacer frente a la infodemia, buscando o aprendiendo maneras saludables de exponerse a la información y evaluar si es oportuno poner en marcha estrategias para definir espacios y momentos al hacerlo.
Recomendaciones como las anteriores también se comparten desde el Centro de Integridad de EAFIT y su documento relacionado con la educación para una ciudadanía digital íntegra, que se refiere a que no es suficiente con saber utilizar la tecnología, sino que se necesita integridad para crear y compartir información. Esto porque el poder que ofrecen los medios digitales a la ciudadanía también implica una responsabilidad de igual magnitud.
Así también lo cree Mauricio Velásquez Hurtado, profesor de la materia Tecnologías de la visibilidad en la maestría en Comunicación Política de la Universidad, quien dice que “el ciudadano hoy, en un contexto de emergencia de una pandemia global, está a merced de la ansiedad, y un ciudadano ansioso no tiene mucho margen para pensar y en algunas situaciones comparte cosas que bien no han sido confirmadas o que pueden ser fake news”.
El equilibrio entre la emoción y el pensamiento crítico
Otros eafitenses que llaman a la responsabilidad son los profesores Nicolás Ceballos Bedoya y Antonio Barboza Vergara, de la Escuela de Derecho.
Nicolás invita a verificar las noticias y las imágenes, así como a no promover o hacer eco de discursos de odio o que sean considerados delitos. El contenido, dice, tiene consecuencias, no se lanza a la nada y las redes sociales no son un juego.
“Todo ejercicio de la ciudadanía, sea digital o en las formas más tradicionales de la misma, debe estar orientado al pensamiento crítico. Lo que quiero señalar es que tanto en los medios tradicionales como en los digitales a cada ciudadano le corresponde someter a la razón, a la reflexión, al contraste y al juicio propio la información que se comparte y recibe, desde la autonomía”, expone, por su parte, Antonio Barboza.
El abogado señala otro reto adicional que también tiene que ver con la emoción. Analiza que, si bien la emotividad es importante, la ciudadanía digital está llamada a dar un paso más allá de la emoción para concretar propuestas, soluciones, estrategias, planes o programas.
Finalmente, Mauricio Velásquez, del Departamento de Comunicación Social, explica que en el contexto actual los medios digitales pueden ser herramientas de información y de desinformación, y esa es una razón más tener presente la relevancia de la responsabilidad y la integridad para ejercer la ciudadanía digital.
Hablemos de Ciudadanía Digital con los expertos
Precisamente, este martes 19 de mayo a las 5:00 p.m. en un entorno virtual, el Centro de Integridad de EAFIT propiciará la conversación Ciudadanía digital íntegra: ¿Para qué la ética en entornos digitales?, en la que participarán Perla Toro Castaño, responsable de comunicaciones de Comfama, y el profesor eafitense Jonathan Echeverri Álvarez. Los egresados están invitados a conectarse a través de este enlace.