Los modelos serán gemelos digitales de modelos humanos. Estarán desfilando en un escenario gemelo de un centro comercial del sur de Medellín. La ropa que estarán exhibiendo será gemela digital de la colección de una reconocida marca de ropa urbana. Todo estará ocurriendo en el metaverso y los espectadores invitados lo observarán con gafas especiales.
Se trata de marketing, de hacer presencia en uno de los espacios digitales de frontera más populares del momento a los que marcas y empresas nacionales están acudiendo. Así lo ha notado Mariano Restrepo Estrada, graduado eafitense quien trabaja como consultor estratégico para el metaverso y se encarga de crear experiencias como el desfile con modelos, escenario y ropa digital que espera sea noticia en unas ocho semanas, cuando pueda compartir más información.
Ese interés de las empresas por hacer presencia en los mundos virtuales inmersivos está en aumento desde que Mark Zuckerberg habló del tema. Y aunque ha recibido críticas de algunos sectores por tener poco insumo concreto al respecto, profesionales cercanos a estos escenarios virtuales como Christian Andrés Díaz León, jefe del pregrado en Diseño Interactivo de EAFIT, reconocen que las palabras del CEO de Facebook incrementaron la atención hacia ese sector.
El profesor, quien justamente lideró el lanzamiento de su pregrado en un mundo virtual inmersivo, ha recibido incluso consultas de entidades bancarias que quieren comprar parcelas virtuales y construir sedes. La pregunta que él les devuelve es “¿para qué quiere la parcela?”. Hacerse esa pregunta es la recomendación de los expertos porque si bien puede ser claro que el objetivo es el mercadeo, estar en esos mundos virtuales podría aprovecharse mejor con un propósito más específico.
Gemelos digitales
Uno de los términos más comunes cuando se habla de metaverso es el digital twin o gemelo digital. Los más populares son los avatares de las personas, pero las empresas también pueden darles uso. Mariano, por ejemplo, está trabajando en la posibilidad de crear un mundo virtual inmersivo para una empresa de minería.
La idea es construir el gemelo digital de una de las minas en Colombia a las que esa empresa debe traer constantemente visitantes. La recreación de la mina le ahorraría dinero y tiempo en relación con el desplazamiento, además del componente de disminución del riesgo en cuanto a la seguridad del personal.
La simulación de escenarios para entrenamiento de equipo humano es otra de las alternativas que tendría el metaverso para las compañías. Por ejemplo, el profesor Christian Díaz ha creado espacios virtuales inmersivos para que médicos se capaciten y adquieran experiencia en la realización de procedimientos de complejidad alta.
El docente, además, menciona otra de las posibilidades para las compañías cuando dice que, a una escala mayor, una empresa podría duplicar en el metaverso su centro de logística o de operaciones. Uno de los beneficios es que se obtendría una observación más holística de la empresa y se tomarían mejores decisiones.
¿Comprar una oficina en el metaverso? Adquirir una parcela, edificar un espacio y ambientarlo con el espíritu de la marca de la empresa o de la marca personal. Realizar allí, en el metarverso, en un espacio controlado, reuniones con los clientes es otra de las alternativas en las que una empresa o un emprendedor podría sacar provecho.
Para financiarse
El emprendedor tiene una nueva colección de su producto. Para llevarla al mercado requiere una inversión de cerca de 500 millones de pesos que puede conseguir en el metaverso. Ese es uno de los ejemplos que comparte Mariano Estrada en relación con otra posibilidad para un empresario: obtener financiación.
De una manera simple, el procedimiento consistiría en convertir esos 500 millones de pesos en ‘activos digitales’ del metaverso y ofrecerlos. Los interesados en la colección comprarían esos activos y serían como una especie de “socios”. Cuando los productos se comercialicen en internet los ‘inversores’ recibirán directamente las ganancias proporcionales a la cantidad de activos que adquirieron.
En este momento, no obstante, y tal como advierte Mariano, estamos en un proceso de acercamiento a esas posibilidades. Es necesario obtener más conocimiento sobre cómo operan y se requerirá confianza de parte de los inversores, que seguramente se mostrarán escépticos ante la aparición de proyectos engañosos.
A pesar de la expectativa que se ha generado también hay un llamado a la mesura como el que hace José Alejandro Betancur Álvarez, director del Centro Nodo de EAFIT. Desde su punto de vista estamos en un momento de confusión e incertidumbre frente al metaverso porque no está claro cómo se va a desarrollar. “La tecnología produce sorpresas que nadie puede anticipar y en los próximos 10 años vamos a tener muchas variantes y cambios. Hay que ir dando pasos firmes para podernos anticipar a los desarrollos que están por venir”, concluye.