En la actualidad se ha vuelto recurrente, por moda o por convicción, hablar de sostenibilidad. Y no importa la motivación, lo relevante es que la discusión está sobre la mesa y cuando llega por moda, cautiva de tal manera, que se vuelve en un tema estructural para las empresas y de reflexión permanente para las personas.
Hoy afrontamos como humanidad retos climáticos y sociales que exigen transcender nuestro modus operandi, tanto a nivel personal como empresarial. No es suficiente apagar la luz en casa cuando no la estamos usando, ni bañarnos con el agua necesaria sin desperdiciar, ni optimizar nuestros desplazamientos; así como en las empresas, no basta con cumplir las obligaciones contractuales y de Ley, no basta con tener estrategias de mitigación de nuestras emisiones de gases de efecto invernadero y compensarlas, y no es suficiente desarrollar acciones puntuales con las comunidades, si estas no tienen vocación de permanencia en los territorios.
Se hace urgente aportar esa milla extra en nuestras distintas acciones, dado que como señalan algunos científicos (controvertidos por otros), estamos cruzando los límites planetarios, aquellos que no deberíamos traspasar para evitar males mayores (Rockstrom, 2009), como la concentración de CO2 en la atmósfera y la pérdida de biodiversidad.
Debemos hacer un alto en el camino, hacer la reflexión personal, familiar y de nuestro entorno, de cuáles son nuestros hábitos de consumo: cuánta ropa compramos al año, cuánta mantenemos guardada sin usar, qué disposición le damos; de dónde vienen nuestros alimentos, contribuye mi consumo a fortalecer procesos productivos en comunidades vulnerables; cuántas veces al mes pedimos productos por e-commerce, cómo me desplazo a mi lugar de trabajo; separo los residuos en casa… Y desde una visión empresarial, cuenta mi empresa o la organización donde trabajo con una estrategia sostenible, existe un entendimiento de las necesidades y expectativas de los grupos de interés con los que nos relacionamos, se busca minimizar el impacto de nuestras operaciones en lo social y ambiental.
No son cuestiones fáciles y tampoco cambian de un día para otro, pero vale la pena la reflexión y empezar la acción.