Margarita Zuluaga Esquivel
Colaboradora
Colombia es un país de gente joven. Según el censo vigente (2005) la mayor parte de la población está entre los 15 y los 35 años, por lo que la actual oferta en capacitación, empleo, programas sociales y de entretenimiento está orientada a ese grupo etario.
En Europa y Oceanía la situación es diferente, pues ambos continentes han tenido periodos de envejecimiento poblacional, en los que debieron recurrir a la “importación” de sangre joven, de ahí la invitación a familias con niños pequeños para que migraran, por ejemplo, a Australia. Esa decisión solo la toma un gobierno luego de revisar su censo poblacional y realizar estudios estadísticos prospectivos que le puedan mostrar la necesidad de abrir sus puertas a los extranjeros.
Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), el Censo Nacional de Población y Vivienda, que se realiza en 2018, responde a tres preguntas básicas: cuántos somos, dónde estamos y cómo vivimos.
Ese es un solo ejemplo de la importancia de mantener los censos poblacionales actualizados. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), el Censo Nacional de Población y Vivienda, que se realiza en 2018, responde a tres preguntas básicas: cuántos somos, dónde estamos y cómo vivimos. Esas preguntas desglosan realidades como si la población ha envejecido o, por el contrario, hay muchos niños, si son mayoritariamente hombres, qué nivel de escolaridad tienen, si la población se ha trasladado de la zona rural a la urbana, cuántos hogares habitan por vivienda, cuántas personas componen cada hogar y cuál es la cobertura de servicios públicos, entre otros datos.
Esta herramienta, que ha sido usada en los últimos 400 años, es considerada como el insumo de información fundamental para planear y hacer seguimiento al desarrollo de los países.
Pero, ¿qué se hace con esa información? “Sustenta todas las decisiones de la política pública sobre la provisión de servicios de educación, servicios públicos, vivienda, género, cuidado de niños, adolescentes o
adultos, y esas decisiones afectan a cada uno de los residentes en el territorio colombiano”, precisa Mauricio Perfetti del Corral, director del DANE.
Perfetti agrega que todos los documentos de política pública en alguna parte de la sustentación refieren a la población como base del mismo, así como las leyes de la República y la asignación de recursos en el Sistema General de Participación y en el Sistema General de Regalías.
Por esa razón, esta herramienta, que ha sido usada en los últimos 400 años, es considerada como el insumo de información fundamental para planear y hacer seguimiento al desarrollo de los países. Con el paso de los años, los entes territoriales (gobernaciones y alcaldías) han implementado otros instrumentos para recaudar información complementaria al censo poblacional como son las Encuestas de Calidad de Vida, que recurren a preguntas diversas para ahondar en las necesidades de las poblaciones y así poder implementar proyectos o programas específicos.
Datos para el seguimiento
Un ejercicio específico de análisis de los resultados del censo poblacional es el que realiza el Observatorio de Políticas Públicas del Concejo de Medellín, para el que esa base de datos que permite saber cómo son los ciudadanos y dónde están, es “el primer aporte para mejorar la eficiencia y combate la corrupción, en la medida en que se impedirá que, bajo procedimientos maliciosos o mala asignación, el Gobierno Nacional y los gobiernos territoriales pierdan los recursos escasos con los que cuenta el Estado colombiano”, explica Aura Marleny Arcila Giraldo, presidente del Concejo de Medellín.
La concejala hace énfasis en que los datos del censo son la base para establecer el sistema municipal de indicadores y su función de control político tiene éxito en la medida en que haya disponibilidad de datos que determinen el tamaño y la cobertura de las acciones adelantadas por la municipalidad. “De hecho, el Concejo de Medellín, con el apoyo técnico de las universidades EAFIT y de Medellín, viene realizando desde hace una década seguimientos técnicos de política pública en el marco del Observatorio de Políticas Públicas del Concejo de Medellín, que es usuario fundamental de los datos censales y de los datos producidos por la municipalidad y los centros de investigación de las universidades y Think Tanks de la ciudad”, precisa la concejala.
Foto: Róbinson Henao
Se podrá conocer dónde están los colombianos, si en el campo o la ciudad, y dónde existe mayor concentración poblacional, lo que permitirá asignar de mejor manera los recursos públicos, y planificar y gestionar el territorio.
En otras palabras, los resultados del censo poblacional no solamente son importantes para establecer políticas públicas, sino que además soportan el sistema de indicadores, como única posibilidad objetiva para conocer avances en cobertura y calidad de los programas y proyectos establecidos por los gobiernos.
Estudios de mercado
Elaborado por una entidad estatal y usado por la gran mayoría de oficinas del Estado, son muchos otros los que revisan el censo en búsqueda de información de interés. El sector privado es un ejemplo de aquellos que buscan en el censo datos que les puedan servir para ampliar sus nichos de mercado.
“Para el sector privado las decisiones están relacionadas con el volumen del mercado que comprende un volumen de población. En tal sentido, los censos proveen ese insumo, pero también información sobre la distribución de la población por la geografía (urbana o rural), edades, género, tamaño de los hogares, lo que finalmente les perfila mercados para consumo de bienes y servicios”, explica Perfetti.
Para el mercado es vital conocer su público objetivo, con sus respectivas necesidades y qué mejor que un estudio censal actualizado para conocerlo y definir estrategias en cuanto a producto, publicidad, precio y plaza.
También la academia
Partiendo de la información censal, los gobiernos buscan soluciones a las necesidades que plantean las ciudades y sus habitantes, y a esos retos que periódicamente se van presentando. El cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) para 2015 y su posterior reemplazo, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), trazaron la agenda tanto de gobiernos, sector privado, academia y organizaciones sociales, entre otros.
Uno solo de los objetivos imponía un reto mayúsculo: erradicar la pobreza extrema y el hambre. El dato del censo sobre cómo se vive sirvió para conocer la línea base, es decir, de dónde se parte y hasta dónde se puede llegar de acuerdo con los insumos disponibles. Al cierre de 2015 hubo buenas noticias, pues Colombia logró reducir el número de población en pobreza extrema, aunque todavía hay una gran brecha en ese aspecto, entre la población rural y la urbana.
La posibilidad de contar con información de partida para saber cuan ambiciosa es la meta, es tan importante como los estudios pos censales que realiza la academia. “Los estudios pos censales son fruto del uso de los censos por parte de la academia. La caracterización del proceso de transición demográfica, los cambios en la pirámide poblacional, la urbanización acelerada del país y los cambios demográficos de Colombia son producto de estudios académicos”, confirma el Director del DANE.
Los censos y su uso por parte de las universidades
Alejandro Torres García, docente del Departamento de Economía de EAFIT, se refiere a la importancia de los censos para la academia.
¿Qué aportan los resultados del censo a los proyectos de investigación de la Universidad?
En general, los resultados del censo serán de utilidad para todos aquellos investigadores de las áreas sociales, incluyendo los nuestros. En principio, el censo permitirá tener un número exacto de habitantes del país, su localización y sus principales características demográficas y habitacionales. Esta información, al combinarse con otras bases de datos, será de gran utilidad para seguir avanzando en estudios de distinta índole.
¿Hay algún proyecto concreto que haya gestionado la Universidad teniendo como base los resultados del censo? ¿Se ha realizado conjuntamente con algún ente territorial?
Hay varios proyectos de investigación y consultorías que usan como insumo bases de datos del DANE, como la Encuesta Continua de Hogares (ECH), la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) o la Encuesta Anual Manufacturera (EAM). Con la información de estas encuestas se han adelantado estudios sobre empleo, educación, crimen, productividad laboral o desempeño exportador, por mencionar algunos. Estas bases podrán combinarse con los resultados del censo para profundizar en estos resultados o avanzar en nuevas líneas de investigación.
¿Se tiene conocimiento del uso de los resultados del censo para establecer estrategias de negocios en el sector empresarial?
Es posible estudiar temas como productividad, empleo, comercio internacional, entre otros, fundamentales para impulsar el desarrollo empresarial de largo plazo.
Desde el punto de vista de la macroeconomía, ¿qué aspectos específicos de los censos son importantes?
La realización regular de censos es fundamental en el proceso de planificación económica y el desarrollo de políticas públicas y sociales. En concreto, conocer cuántos somos, nuestras edades, sexo y grupos étnicos nos permitirá construir indicadores demográficos y económicos más certeros que den cuenta de nuestra estructura poblacional y etaria.
Por otro lado, podremos conocer dónde estamos ubicados, si en el campo o la ciudad, y dónde existe mayor concentración poblacional, lo que nos permitirá asignar de mejor manera los recursos públicos, y planificar y gestionar el territorio. Finalmente, obtendremos información básica sobre la calidad de la vivienda, lo que permite aproximarnos al nivel de necesidades básicas que están cubiertas en este sentido y hacia dónde deben dirigirse los esfuerzos futuros en esta materia.
Desde su punto de vista, ¿los resultados del censo ayudan a un gobierno a establecer políticas macro y micro económicas? ¿Ayudan a establecer estrategias de desarrollo económico?
Definitivamente. Permiten conocer quiénes somos, dónde estamos y qué necesitamos, lo que facilita el proceso de asignación de recursos públicos, la construcción de políticas públicas eficaces y la mejor focalización de los subsidios estatales.