Jonathan Montoya Correa
Colaborador
¡EAFIT es testimonio de confianza! Esta fue la frase que encontró la comunidad universitaria y la ciudadanía en general el 20 de febrero de 2018. En las pantallas de los computadores, en el correo, en los medios de comunicación internos y en las piezas gráficas dispuestas en el campus, así como en algunos medios masivos de comunicación, y en otros espacios informativos de la Universidad, unos y otros se toparon con una gran noticia.
Justamente, con esta frase se les hacía partícipes a ellos y al país de uno de los logros más importantes de los últimos años para la Universidad: la renovación de la Acreditación Institucional de Alta Calidad por parte del Ministerio de Educación Nacional (MEN).
La Resolución 2158 del 13 febrero de 2018 contenía, entre sus páginas, la recompensa al trabajo incansable por parte de estudiantes, empleados docentes y administrativos, directivos, egresados, e instituciones aliadas que se involucraron en este proceso desde su fase inicial, y que continuaron confirmando su compromiso a través de los siguientes pasos del proceso, incluyendo la Autoevaluación Institucional, en 2016; y la visita de los pares evaluadores externos, en 2017.
Y, en este mismo documento, el MEN se acogía al concepto emitido por el Consejo Nacional de Acreditación (CNA) para conceder este aval a la Institución por los próximos ocho años (hasta 2026).
"Pueden confiar en la Universidad porque estamos haciendo la tarea bien cada día, con valores, y siempre en la búsqueda de la excelencia y el mejoramiento continuo," Juan Luis Mejía.
Para Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT, el verdadero mensaje de esta renovación es que, a través de esta, se le envía un mensaje claro y contundente a la comunidad: “Pueden confiar en la Universidad porque estamos haciendo la tarea bien cada día, con valores, y siempre en la búsqueda de la excelencia y el mejoramiento continuo”.
De igual manera, el directivo señala que la Acreditación Institucional de Alta Calidad es una muestra de la cultura de autoevaluación y el mejoramiento continuo que se encuentra arraigada en todos los estamentos de la Universidad, y que se ha visto reflejada no solo en la consecución de este aval y de los dos anteriores (en 2003 y 2010), sino en todos los programas y dependencias que han sido acreditados o certificados por entes nacionales e internacionales a lo largo de la historia institucional.
De hecho, la etapa previa de la Autoevaluación, en la que participaron todos los estamentos, había arrojado una nota de 4.55 dentro de una escala de 0 a 5, lo que confirma que la Universidad cumplía plenamente las características y factores de calidad definidos por el Consejo Nacional de Acreditación (CNA) de Colombia. Se trató de una calificación que no solo anticipaba la buena noticia que estaba por llegar, sino que fue superior a las alcanzadas en los procesos similares, realizados en los años 2002 (4.31) y 2008 (4.37).
Así mismo, además de este logro que reconoce la calidad de toda la Institución, la Universidad ha alcanzado en sus 58 años de historia avales similares para 17 de sus pregrados y de seis de sus posgrados, es decir, el ciento por ciento de sus programas susceptibles de obtenerlo.
La etapa previa de la Autoevaluación, en la que participaron todos los estamentos, había arrojado una nota de 4.55 dentro de una escala de 0 a 5, lo que confirma que la Universidad cumplía plenamente las características y factores de calidad definidos por el Consejo Nacional de Acreditación (CNA).
Razones para ser un testimonio de confianza
La Resolución 2158 consigna los aspectos más destacados de la Universidad en 32 numerales y destaca favorablemente cómo su Misión, Visión y Valores Institucionales han sido apropiados por la comunidad universitaria, “consolidando una identidad institucional y una orientación de servicio hacia la región y el país”.
La cultura de la innovación y el emprendimiento, así como el retorno que se deriva de la transferencia de I+D+I también obtuvo un alto grado de ponderación. El aval reconoce, por ejemplo, la estrecha colaboración con el sector empresarial, representada en las alianzas como la que existe actualmente con el Centro Argos para la Innovación y el Centro de Desarrollo Tecnológico de la Industria del Plástico, entre otros.
Juan Luis Mejía considera que esa vinculación con el sector productivo es uno de los sellos más favorables, pues “no es fácil en un país como Colombia ese vínculo tan directo, tan fuerte con el sistema productivo de la región”.
Al aspecto anterior se suma la consolidación de una importante infraestructura de apoyo a la investigación, pues en el informe se reconoce el proceso de fortalecimiento de una comunidad científica en la Universidad –con referencia a la posición de más del 60 por ciento de sus grupos de investigación en las categorías más sobresalientes de Colciencias–, el incremento en el número de publicaciones científicas en los índices ISI y Scopus, y la labor de transferencia de tecnologías con 40 patentes, secretos industriales y spin off, entre otros.
A su vez, el acceso a la educación superior de estudiantes con bajos recursos económicos —a través de un sólido programa de becas— generó una impresión positiva en los entes evaluadores, quienes destacaron, especialmente, el programa de Becas con Aportes de Empleados y su enfoque de nivelación en las áreas de competencias comunicativas y matemáticas.
Sobre este último tema, Alberto Jaramillo Jaramillo, director de la Oficina de Direccionamiento Estratégico de la Universidad, sostiene que uno de los aspectos especiales de esta tercera Acreditación Institucional es que resaltó, sobre todo, proyectos que se creían muy internos y que en el entorno se valoran mucho. “Esto, en el ámbito nacional, se traduce en innovación”.
El directivo se refiere, especialmente, a la participación en el Proyecto Innovacampus, que se hizo para construir propuestas de innovación curricular; y a la creación, en el año 2010, del Laboratorio para la Innovación y el Aprendizaje, que desarrolla proyectos “orientados a lograr el aprendizaje activo a través del diseño de ambientes de aprendizaje y nuevas metodologías pedagógicas para el uso de las TIC dentro del aula de clase”.
En ese mismo sentido Claudia María Zea Restrepo, vicerrectora de Aprendizaje de EAFIT, añade que esta Acreditación hace un reconocimiento y da un voto de confianza a las acciones que se han venido realizando para transformar las experiencias y los ecosistemas de enseñanza y de aprendizaje, que han llevado a la creación, justamente, de una Vicerrectoría de Aprendizaje.
La apuesta por una formación integral a través del Centro de Integridad, la oferta cultural y las actividades extracurriculares; el incremento de la oferta académica que pasó de nueve maestrías y dos doctorados en 2008 a más de 30 maestrías y 6 doctorados en la actualidad; los indicadores de crecimiento y cualificación de la planta docente, el desempeño de los estudiantes en las Pruebas Saber Pro 2016, y la apuesta por aspectos como la responsabilidad social también hicieron parte de la lista de distinciones que, en conjunto, se convirtieron en elemento de valor para que la Institución alcanzara esta Acreditación.
Universidad acreditada para afrontar el futuro de la educación
Frente a los aspectos por mejorar, Alberto Jaramillo afirma que entre los deberes de la Institución está repensarse continuamente y responder a la cultura de calidad que exige reconocer esas oportunidades y trazar acciones para resolverlas.
Y agrega que entre algunas de esas líneas de acción se incluyeron aspectos como la transformación de los procesos educativos con el aprendizaje como proceso central, gestión que se adelanta, justamente, con el apoyo de la nueva Vicerrectoría de Aprendizaje, que busca poner al estudiante como centro y protagonista de su propio proceso, de manera que su paso por la Institución se convierta en una experiencia de vida.
“Otro tema es la transformación digital. No solo en lo que se refiere a mayores recursos o más tecnología, sino a mejores metodologías, procesos y resultados con su uso, y que estas pasen a apoyar el fortalecimiento de la Universidad. Hay un camino para recorrer hasta 2026 y tener una Universidad acreditada nos da la seguridad y la confianza para seguir trabajando arduamente”, destaca Alberto.
En materia de desarrollo sostenible, por otra parte, la Universidad continuará alineando sus diferentes proyectos, actividades y estrategias con las principales metas colectivas de la humanidad y, especialmente, con el Pacto Global y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), ratificando su compromiso con la sociedad, con el medio ambiente, y con las necesidades de las futuras generaciones.
De igual forma, señala Jaramillo, la renovación de la Acreditación institucional coincide con la culminación del Plan Estratégico de Desarrollo 2012-2018 (centrado en la preservación de la excelencia académica, la consolidación de la Universidad de docencia con investigación, y el mejoramiento de la presencia nacional e internacional), y el comienzo de la formulación de una nueva hoja de ruta institucional.
Las nuevas Vicerrectorías de Aprendizaje; Administrativa y de Proyección Social; y de Creación y Descubrimiento serán unidades claves en la formulación de dicho Plan. Para Claudia Zea, vicerrectora de Aprendizaje, las condiciones están dadas para llevar la Universidad hacia metas más ambiciosas, transformadoras y que aporten al progreso del país.
Claudia se refiere a algunos objetivos, como seguir consolidando la Universidad como un centro de pensamiento educativo y cultural; la atracción, permanencia y graduación de los estudiantes; la generación de condiciones de excelencia; la diversificación de oportunidades de formación integral; el aseguramiento del aprendizaje y de la calidad; y la construcción de comunidad educativa.
Por otra parte, Paula Andrea Arango Gutiérrez, vicerrectora Administrativa y de Proyección Social, comparte que si bien los frentes de las finanzas sostenibles y de proyección social han sido destacados y constantes en la trayectoria institucional esta es una labor de nunca acabar.
Una evidencia de ese compromiso es la reciente creación de la Dirección de Desarrollo Institucional y Egresados, específicamente con el Centro de Filantropía, y la presentación de la iniciativa EAFIT a tu alcance, una herramienta que permite que los jóvenes puedan acceder a la educación superior a través de diferentes opciones de financiamiento.
Por ahora, los esfuerzos están concentrados en la formulación de este nuevo Plan de Desarrollo que buscará darle respuestas a las nuevas dinámicas e inquietudes de la educación superior. “Uno de los retos es redefinir la Visión de la Universidad, que fue establecida en 1996. Esta es una tarea primordial para poder plantear el futuro de la Universidad a través de un Plan Estratégico de cinco o seis años. La sugerencia es que sea de 2019 a 2024”.
Para Alberto, una vez se establezca este punto de partida será más prudente trazar las grandes avenidas o ejes estratégicos que le permitan a EAFIT seguir transitado por la senda de la excelencia y la calidad. Y, tanto en la formulación de la Visión como del Plan, la participación de los eafitenses y la búsqueda de un impacto positivo y permanente en la sociedad serán fundamentales.
Panorama de la calidad en Colombia
De 289 instituciones de educación superior que existen en el país, 52 cuentan con Acreditación Institucional de Alta Calidad conferida por el Ministerio de Educación Nacional. Se trata de un reconocimiento voluntario que evidencia el compromiso con el que cada una de estas entidades pares afronta los desafíos particulares de sus comunidades, y se prepara para los retos del país.
Comparativo histórico de EAFIT en los otros momentos de Acreditación
La evolución de EAFIT en sus tres momentos de Acreditación
“EAFIT reúne las condiciones suficientes para merecer la confianza de la sociedad colombiana”, mencionaba la Resolución 2086 del 5 de septiembre de 2003, con la que el Ministerio de Educación Nacional otorgaba, por primera vez, la Acreditación Institucional de Alta Calidad. Pero “suficiente” nunca ha sido un término con el que la Institución se ha conformado y, para la renovación de este aval, en 2010, las cifras e indicadores ya mostraban una amplia evolución.
Desde ese entonces, y hasta esta tercera Acreditación Institucional, el de EAFIT ha sido un recorrido permanente de crecimiento, y los siguientes indicadores confirman cómo la Institución ha respondido positivamente a las oportunidades de mejora que se han indicado en cada Acreditación: