Sebastián Aguirre Eastman
Colaborador
Su inspiración es el servicio a los demás. Es que ni cocinando, una de sus pasiones, deja de hacerlo. En casa prefiere atender a sus hijos, a las novias de ellos y a su esposo que preparar algo para ella sola. Y entre más invitados haya, mejor para ella. En el trabajo la situación no cambia: su labor se centra en instalar las capacidades para que otros las aprovechen y se destaquen.
La “culpa”, dice, la tiene la formación que recibió en EAFIT, donde más que las materias y el conocimiento que le ofrecían —“el conocimiento pasa, por eso nunca he dejado de estudiar”—, la impactaron más los fundamentos que le dieron como ser humano.
Cuatro cuadros, dos acrílicos sobre lienzo de Juan Raúl Hoyos y un par de obras más de Ana Patricia Palacios y Francisco Antonio Cano, decoran la oficina de la Presidencia de Servicios Nutresa, que también acoge la Vicepresidencia de Desarrollo Sostenible y la Dirección General de la Fundación Nutresa, todas del Grupo Nutresa. Los tres cargos los ocupa la misma persona, Sol Beatriz Arango Mesa, ingeniera de producción y especialista en Finanzas de la Universidad EAFIT, quien también cuenta con una especialización en Gerencia Estratégica de Pace University (Nueva York, Estados Unidos). Sol Beatriz fue reconocida en 2017 en los premios Egresados que Inspiran EAFIT, en la categoría Empresarios y Emprendedores Empresarios.
Sol Beatriz rompe el hielo con facilidad con una sonrisa amable, sincera, que acoge, que abraza, de ahí que cuando se le estrecha la mano transmite, de inmediato, humildad y calidez. La “culpa”, dice, la tiene la formación que recibió en EAFIT, donde más que las materias y el conocimiento que le ofrecían —“el conocimiento pasa, por eso nunca he dejado de estudiar”—, la impactaron más los fundamentos que le dieron como ser humano para desempeñarse en cualquier papel de su perfil profesional y entregar un trato respetuoso a los demás en ambientes de trabajo colectivo, colaborativo.
Una universidad moderna, innovadora
Sol Beatriz (Medellín, 1961) llegó por primera vez a EAFIT en 1979. En un perfil que publicó el periódico El Espectador, en 2011, la directiva contó que quería ser ingeniera civil como su papá, Francisco, pero luego terminó inclinándose por algo nuevo. Ese año (1979), recuerda, la Universidad creó el programa de Ingeniería de Producción, en un convenio de patrocinio y monitoreo de la entonces República Federal de Alemania.
La motivó el carácter innovador que reflejaba EAFIT. En esos años, se lee en una reseña histórica de la Institución, también fue creado el programa de Ingeniería Civil.
De su etapa como estudiante de pregrado recuerda, más que el tiempo invertido en las aulas, el que transcurría en la cafetería del tradicional corredor de Junín, un lugar de encuentro, de reuniones, donde se forjaron muchas de las amistades más valiosas de su vida, que, en su trayectoria profesional, incluso, le han servido para gestar negocios, transformar y generar proyectos.
Sol Beatriz confió en que de allí saldría el talento que el país requería para ese momento y quiso sumarse a ese grupo. Le pareció pertinente que la Universidad estuviera creando nuevos programas que se ajustaban a las realidades sociales, económicas y productivas. De entrada, la experiencia fue positiva en todo sentido. Se sentía segura, bien acogida por profesores y compañeros, quienes luego se convertirían en amigos de la vida. De paso, sació su curiosidad por saber qué era eso que tanto se hablaba sobre los alemanes en la Ingeniería de Producción.
“Todos mis profesores fueron a ese país y allí se prepararon”, comenta. El juicio con que lo hicieron y el conocimiento que le compartían ratificó su decisión.
De su etapa como estudiante de pregrado recuerda, más que el tiempo invertido en las aulas, el que transcurría en la cafetería del tradicional corredor de Junín, un lugar de encuentro, de reuniones, donde se forjaron muchas de las amistades más valiosas de su vida, que, en su trayectoria profesional, incluso, le han servido para gestar negocios, transformar y generar proyectos.
Era una Universidad, dice, que no tenía la infraestructura que tiene en la actualidad, pero que desde ese instante visualizaba con una gran proyección. Hoy, cuando visita sus instalaciones, ya sea para asistir a algún evento cultural o académico, Sol Beatriz se sorprende gratamente al ver cómo EAFIT se ha convertido en un motor de desarrollo e innovación para Medellín, Antioquia, Colombia y el mundo.
“Está entregando talento formado en valores y en las disciplinas que realmente insertan a Colombia en un entorno más contemporáneo”. Lo dice ella, justamente, que fue formada en EAFIT con unos valores que le han permitido destacarse en cada una de las facetas que domina.
“Tuve una etapa en mi vida en la que estuve muy dedicada a la producción, aplicando mi carrera; después a las finanzas, la planeación y la adquisición de empresas, pero ya luego estoy más viniendo a lo humano, al poder de las personas para transformar".
Entre lo racional y lo emocional
Sus ocupaciones diarias transitan entre lo racional y lo emocional. Un día puede comenzar revisando asuntos administrativos o de planeación, y en la tarde lo cierra imaginando un nuevo proyecto de responsabilidad social con la Fundación. En el año 2000, Sol Beatriz tuvo un punto de inflexión en su vida, al sufrir una enfermedad que superó con ayuda de todo su entorno familiar y laboral, pero que modificó su percepción de la existencia.
Tras liderar procesos de adquisiciones y fusiones empresariales, nternacionalizaciones y nuevos negocios, la ingeniera hizo un alto en el camino y repensó sus prioridades.
Su principal conclusión, además de ratificar el cariño que recibía de su esposo Sergio y sus hijos Sebastián y Santiago, y de sus compañeros, colaboradores y jefes en el trabajo, fue que había recibido una nueva oportunidad para mirarlo todo desde dos ámbitos: el componente duro y racional —la frialdad de una estadística o un informe— y el componente humano, es decir, “la gratificación de trabajar por y para las personas”.
No le fue difícil habituarse a esa nueva mirada. En EAFIT, afirma, entendió que sin importar el lugar o la posición que ocupara, el respeto por el otro era clave. No solo eso, también que no podía desprenderse de sus valores y que estos eran la base fundamental para entregarle valor a la sociedad.
Así comenzó una nueva etapa en la que quiso poner de primero, en su lista de prioridades, el servicio a los demás. Fue entonces el principio de un camino emocionante, en el que combinó algo que hacía muy bien, como era el manejo de lo racional (números y planeación), con encargarse de todo lo necesario para inspirar a otros a que lograran sus resultados, y para ello debía dar ejemplo.
Entonces, quiso estudiar —aunque nunca dejó de hacerlo— un posgrado en Finanzas en EAFIT, otro en Gerencia Estratégica en la Universidad de Pace, en Nueva York, y diplomados en Kellogs, Harvard, Emory, Oxford y Columbia University, entre otros, y aprender sobre desarrollo sostenible, cómo trabajar por un mundo mejor, y cómo generar impacto social y ambiental desde tareas que siempre habían tenido connotaciones económicas.
“Tuve una etapa en mi vida en la que estuve muy dedicada a la producción, aplicando mi carrera; después a las finanzas, la planeación y la adquisición de empresas, pero ya luego estoy más viniendo a lo humano, al poder de las personas para transformar, y a cómo se trasciende en los temas de sostenibilidad, cómo los negocios comprenden esto para poderlo aplicar en su día a día y cómo se les cambia a los ejecutivos la manera de tomar decisiones para que tengan en cuenta la dimensión económica, pero también lo social y lo ambiental, para que los resultados sean más duraderos y les creen valor a las organizaciones y cambien el país y el mundo”.
Servir, entonces, se convirtió en su lema. Hacerlo para cambiar, para transformar. Para que las personas quieran trabajar con ella y por ella —y por la organización—. Hacer cosas distintas todos los días fue su clave para sostenerse en la misma empresa por 25 años. Si no fuese así, no cree que hubiera durado todo ese tiempo.
Aprovechar las oportunidades
Una de sus frases preferidas ha sido “yo no sé, pero aprendo”. Cuando fue encargada del área de finanzas no tenía mucha experiencia en ese campo, pero consiguió una beca e hizo el posgrado en Finanzas. Fue así como asumió el riesgo, se atrevió. Así lo hizo y le fue bien. En ese sentido, cree que el recién egresado se apega en demasía al conocimiento que posee, pero el asunto está en dejar el miedo y lanzarse, prepararse. Esas son sus claves.
Ese mismo riesgo lo asume cuando viaja, conoce o cocina, su principal debilidad. Su más reciente viaje de turismo fue a Australia y Nueva Zelanda. Antes, a Japón y el sudeste asiático. En casa, y en todos esos lugares que ha visitado, aprende nuevas recetas, cuando no es que se las inventa tras hacer un resumen de otras preparaciones leídas y degustadas.
En la cocina también le gusta servir. Son sus hijos y su esposo los afortunados comensales que le dan el visto bueno a sus creaciones. Su casa es centro de reuniones. Cada que puede, invita a familia y a amigos. Cocina para todos. A todos atiende, siempre con alegría. Disfruta de la compañía. En el hogar y en el trabajo. Su familia es su principal fuente de inspiración. Luego está el arte, el que brilla en su oficina, pero también en los libros, en la naturaleza.
Además, ella se ha convertido en fuente de inspiración para muchos, incluyendo a quienes la eligieron como Egresada que Inspira EAFIT, un reconocimiento que, dice, ha sido la mayor sorpresa en su vida y que aún la emociona, por ser la Universidad que la formó y que la educó en los valores que hoy la convierten en un referente para muchos.
Egresados que Inspiran
En 2017, junto con Sol Beatriz Arango, fueron destacados en los reconocimientos Egresados que Inspiran EAFIT el ingeniero de sistemas Andrés Mejía Posada (Eafitense en el exterior–Junior), el ingeniero de producción Andrés Alberto López Isaza (Eafitense en el exterior–Senior), la especialista en Gerencia de Entidades Sociales y magíster en Gerencia de Empresas Sociales para la Innovación Social y el Desarrollo Local Lenis Yelin Araque (Educación, solidaridad y responsabilidad social), el músico Andrés Felipe Lopera Gómez (Cultura, arte y deporte), la ingeniera física Luz María Martínez Sierra (Ciencias, tecnología e investigación) y la ingeniera de sistemas y especialista en Finanzas María Clara Choucair Cárdenas (Empresarios y emprendedores–emprendedores).
El Comité Evaluador del reconocimiento recibió más de 370 postulaciones antes de llegar a la decisión final. Así, para el rector Juan Luis Mejía Arango, los egresados elegidos se distinguen por ser personas significativas para la sociedad desde sus diversos campos y por ser un ejemplo a seguir para las generaciones de estudiantes actuales.