Santiago Higuita Posada
Colaborador
La madrugada del 23 de septiembre de 2018, con la pista aún húmeda en el viejo escenario de carreras de Fórmula 1, en la localidad de Zolder (Bélgica), el vehículo electrosolar del Equipo Kratos, un deportivo cupé blanco, con un panel de 168 celdas solares de 350 vatios y un cóndor de los Andes plasmado en su carrocería de carbono, tras 22 horas de rodar por el circuito logró la vuelta más rápida de la competencia.
Meses atrás, la mañana del 27 de abril, el nanosatélite Can Sat, del tamaño de una lata de refresco, durante la Misión Simple 3 en la que participaron eafitenses de distintos pregrados de la Universidad, logró conquistar la estratósfera alcanzando unos 52.500 pies de altura, elevado por un globo sonda con 13 metros cúbicos de hidrógeno desde la base militar Cacom-1, de la Fuerza Aérea Colombiana, en el Magdalena Medio cundinamarqués (Colombia).
Ambos retos científicos, que sirven para medir el desempeño de las universidades del mundo en competencias relacionadas con el desarrollo de tecnologías solares y aeroespaciales, lograron reconocimientos internacionales, al mostrar el potencial de la ciencia colombiana. Y, en particular, de los estudiantes protagonistas del Programa Kratos.
Este es el objetivo de este proyecto, una apuesta entre la Universidad y la empresa privada (EAFIT y Postobón) por las nuevas formas de enseñanza y metodologías de aprendizaje que involucran a los estudiantes en el mundo de la innovación científica, mediante competencias y populares 'challenge' o retos que organizan empresas y prestigiosas universidades en distintos lugares del planeta.
En los desafíos trazados se cumplió un año de éxitos en materia de innovación educativa. Y así lo destaca Alejandro Arias Salazar, un ingeniero de diseño de producto de EAFIT y experto en mercadeo, jefe de este pregrado de la Escuela de Administración y líder de Kratos.
“La educación en el mundo, en general, ha evolucionado muy poco. La computación en 50 años, la comunicación y la tecnología ya son otra cosa. Y la educación no evoluciona a ese ritmo, pero el mundo tiene nuevos desafíos. Por ejemplo, uno estudia localmente, pero compite globalmente. Con esa preocupación en mente, dentro de la Escuela se propuso nuevas formas de educar que sean más El programa Kratos complementa el proceso de educación de los estudiantes de EAFIT, por medio de la participación en retos de carácter internacional. La imagen corresponde al día del cierre del proyecto en 2018 con la presencia de todos los actores de esta iniciativa. Foto: Róbinson Henao 40 potentes y eficaces, y ahí es donde aparece el aprendizaje basado en retos, que es aprender haciendo”, manifiesta Alejandro.
“Creemos que se cumplieron las expectativas porque se generó un ecosistema de innovación tan chévere en la Universidad que, desde el primer momento, pensamos que los muchachos la iban a romper. Se cumplió y quedamos muy contentos con los resultados, de verdad que es bonito ver a estudiantes colombianos en esos escenarios”, expone el director Alejandro Arias.
Este programa, concebido por la Escuela de Administración y fundamentado en la educación basada en retos y experiencias pedagógicas, se selló oficialmente el 11 de septiembre de 2017 con la alianza EAFIT-Postobón y el apoyo de otras empresas en logística y comunicaciones, como TCC y RCN Televisión.
Fue así como los participantes del Programa Kratos, que reúne a estudiantes y profesores de diferentes pregrados de EAFIT y a sus grupos de investigación, llegaron al iLumen European Solar Challenge 2018, la competencia de resistencia para vehículos electrosolares más importante del Viejo Continente, donde se presentan equipos de países como Alemania, Holanda, Italia, Reino Unido y Australia, siendo Colombia el único representante latinoamericano en la competencia.
A su vez, el Global Space Balloon Challenge es una competencia organizada por reconocidas universidades estadounidenses, una singular prueba que busca probar pequeños satélites en la estratósfera como plataformas de telecomunicación, mediante globos de gran altitud que son usados, además, para experimentos científicos como medir condiciones atmosféricas o pruebas biológicas con tardígrados.
Las 24 horas de Zolder
“El más rápido de Europa. Kratos ha roto el récord de vuelta en la competencia y se queda con el reto Fast Lap. Martín Llano logró marcar un tiempo de 3:20 logrando 6 segundos de ventaja sobre el segundo”, manifestó con emoción el equipo eafitense ante la superación de uno de los retos luego de correr la vuelta más rápida en el circuito de Zolder, al superar así a uno de los principales rivales de competencia, el equipo alemán TyssenKrupp Blue Cruiser, de Bochum, y los siempre favoritos holandeses de Eindhoven.
El frío de la noche y la lluvia permanente sirvió como aliada para la estrategia del equipo colombiano, conformado por 21 estudiantes y un director técnico –45 alumnos participaron del proyecto–, que completó 35 vueltas en el circuito europeo y celebró la noticia, pues una de las metas propuestas desde el comienzo se logró.
“Cuando iniciamos el proyecto conocimos la dificultad de los retos que íbamos a enfrentar. No por los retos en sí, sino por los participantes que iban a estar ahí. Estamos hablando de instituciones como Cambrige, el MIT, Eindhoven y universidades que tienen unos presupuestos de varios millones de euros y en su equipo involucran uno que otro estudiante de pregrado y la mayoría de posgrado. Decidimos cambiar la estrategia, la mayoría de los equipos se enfocaron en resistencia y nosotros en particularidades de robustecido y velocidad, lo que nos permitió marcar la diferencia”, expresa el ingeniero de mecatrónica Leonardo Santa, director técnico del vehículo electrosolar Kratos.
Como parte de la experiencia de EAFIT en el diseño de autos solares, los antecedentes del vehículo Kratos se encuentran en el proyecto Primavera I y II, el primer carro solar de competencia fabricado en Colombia, gracias a los avances del grupo de investigación en Ingeniería de Diseño –GRID–. Este proyecto se desarrolló por la alianza EAFIT-EPM, empresa que apuesta por la investigación y el desarrollo de energías limpias.
Kratos cumple todas las expectativas, tiene unas bases sólidas en explorar nuevas formas de aprendizaje. Desde este punto de vista, el aprendizaje basado en retos tiene la mayor validez.
Esta innovación obtuvo el premio Nacional de Ingeniería en 2014, y en 2013 participó por primera vez en la competencia más importante de carros solares del mundo, el World Solar Challenge, que se realiza en Australia desde 1987 y recorre 3 mil kilómetros de territorio oceánico.
Dos años después, en 2015, el nuevo prototipo Primavera II, luego del mejoramiento en su eficiencia energética, se consolidó como el primer vehículo latinoamericano en recorrer la carrera sin remolcar durante la competencia.
Posteriormente, el carro electrosolar Cambria fue diseñado por eafitenses. En 2016 concursó en el iLumen European Solar Challenge, en el que obtuvo la distinción del Espíritu de carrera por su desempeño en la pista y trabajo en equipo. El reto de esta competencia de resistencia y estrategia fue desafiar al legendario modelo eléctrico de Tesla Motors —Model S—.
En 2018, finalmente con el aprendizaje acumulado en las competencias de vehículos solares, Kratos dio el gran paso al lograr sus primeros reconocimientos en innovación. El automóvil fue concebido desde cero, partiendo desde los primeros esbozos del diseño en una hoja de papel hasta el desarrollo de las partes mecánicas, eléctricas, la carrocería y el panel solar.
“Los resultados que esperamos alcanzar en esta carrera los logramos. Lo que no esperábamos fue el segundo puesto en innovación, donde tan solo nos superó el equipo más innovador en este momento en vehículos solares, el de Eindhoven, por muy poco. Ha sido un proyecto soñado. Tuvimos una etapa de revisar el estado del arte. Fuimos ajustando todo de una manera muy tranquila y organizada. Esa primera fase permitió que lo demás se desarrollara de una manera adecuada”, expresa Leonardo Santa.
A la conquista aeroespacial
Un premio a la mejor fotografía desde el espacio cercano y el mejor diseño de góndola – inspirada en la orquídea Cattleya, flor nacional de Colombia y representativa del campus universitario–, fueron dos galardones obtenidos por el equipo Kratos en el Global Space Balloon Challenge, competencia organizada por la Universidad de Michigan, la Universidad de Stanford y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), de Estados Unidos, que reúne a 500 equipos de 68 países para desarrollar nanosatélites capaces de transmitir datos desde la estratósfera.
En la creación del microsatélite Can Sat y el globo sonda participaron estudiantes de las distintas escuelas académicas de la Universidad: ingenieros, administradores y comunicadores hicieron parte del proyecto, que vinculó instituciones estatales como la Fuerza Aérea Colombiana y el grupo de Búsqueda y Rescate Aeronáutico de Colombia –BRAC–, quienes dispusieron de recursos técnicos y humanos para cumplir con la misión aeroespacial universitaria.
“Kratos cumple todas las expectativas, tiene unas bases sólidas en explorar nuevas formas de aprendizaje. Desde este punto de vista, el aprendizaje basado en retos tiene la mayor validez. Si le sumamos el resultado de los retos a los que se apuntó, no tiene precedente. Los chicos aprendieron a trabajar en equipo y habilidades muy requeridas para el siglo XXI como la inteligencia emocional, la comunicación asertiva, la resiliencia y el trabajo bajo presión”, expresa el ingeniero mecánico Juan Sebastián Rodríguez Cuartas, director técnico de Can Sat.
El reto aeroespacial fue logrado por la experiencia del Semillero de Investigación de Cohetería y Propulsión, vinculado al Grupo de Investigación en Mecánica Aplicada (Escuela de Ingeniería), que en 2016 desarrolló el primer satélite tipo Can Sat. A su vez, en 2014, el Grupo de Investigación en Electromagnetismo Aplicado –GEMA– elevó el primer globo de gran altitud EAFIT-HAB1, con el que participó en el Global Space Balloon Challenge de ese año.
En la Misión Simple-3 participaron, además, investigadores de la Universidad de Antioquia, la Universidad Nacional, la Universidad Pontificia Bolivariana y del Instituto Tecnológico Metropolitano –ITM–, instituciones que se han enfocado a estudiar la ciencia aeroespacial y la creación de nanosatélites como plataforma de enseñanza.
“Kratos tenía alrededor de 90 estudiantes en los diferentes proyectos, y cada proyecto hace que el alumno tenga cierto ADN. Los estudiantes del Can Sat tienen una afinidad especial por las ciencias espaciales, la astronomía y la instrumentación aeroespacial. Creo que un mejor escenario para poner en práctica esa pasión es muy difícil encontrarla. Tener un chico apasionado y llevarlo a realizar una misión aeroespacial es muy importante en términos de motivación para sacar nuevos proyectos”, complementa Juan Sebastián.
Los frutos de la cocreación
Luego de visitar más de 35 empresas y exponer las virtudes del Programa Kratos, Postobón se vinculó como principal aliado de este proyecto, al apostar por la innovación en la enseñanza de los estudiantes universitarios del país.
En una creación conjunta, la compañía colombiana trabajó de la mano de expertos eafitenses para la construcción de la marca, el diseño, la conceptualización y el desarrollo de los prototipos del vehículo electrosolar y el nanosatélite Can Sat.
“Creemos profundamente en el poder que tiene la innovación para asumir retos. El compromiso con el progreso de Colombia permite apoyar iniciativas disruptivas que ayuden a solucionar esas inquietudes que la sociedad tiene frente al desarrollo. Una de las formas como lo hacemos es impulsando la innovación abierta, para que de la mano de la academia seamos artífices del conocimiento necesario en el desarrollo sostenible”, expresa Martha Ruby Falla González, directora de Sostenibilidad de la compañía.
Para precursores de este programa como Manuel Esteban Acevedo Jaramillo, anterior decano de la Escuela de Administración, Kratos ha desafiado los imaginarios educativos del país con la transformación en la mirada de los estudiantes frente a sus propias capacidades. Así mismo, Félix Londoño González, asesor de investigación de la Universidad, considera la plataforma como un cambio de paradigma en la formación de los estudiantes universitarios.