Ver los archivos históricos de EAFIT no solo remiten a una época en donde aún las fotos eran en blanco y negro, y los pocos edificios construidos eran de apenas un par de pisos. Esa memoria fotográfica también da cuenta de ese gran lote en el que se erigió la Universidad, la riqueza de flora y fauna del lugar, del potencial de construcción y de las bondades estratégicas de la ubicación.
La historia de EAFIT no solo rememora a aquellos visionarios que lideraron la creación de la Institución, sino que permite ver en esos recuerdos aquellos espacios de estudio, los tableros, los lugares de encuentro como la cafetería o los lagos que rodeaban diversas especies de animales. Muchos de los empleados, docentes y egresados cuentan anécdotas de aquellas memorias que les quedan de los momentos más significativos de sus comienzos en la Universidad.
Seis décadas después, EAFIT cuenta con un campus extenso que en su infraestructura física alberga 378 espacios de aprendizaje distribuidos en 14.462 metros cuadrados y 109 laboratorios destinados para prácticas académicas y administrativas de diversas áreas del saber en 7907 metros cuadrados. Así mismo, la Institución tiene 4588 metros cuadrados para la Biblioteca, 45.692 para zonas verdes y deportivas, y 27.849 más para parqueaderos.
En palabras de Paula Andrea Arango Gutiérrez, vicerrectora de Sostenibilidad y Proyección Social, la Universidad ha pasado de tener una infraestructura física y tecnológica bastante convencional, a una mucho más diversa, heterogénea, moderna, adaptable y sostenible.
“Diversa porque los bloques no siguen de forma necesaria un patrón homogéneo y cada uno tiene su particularidad arquitectónica; moderna en la medida que se propende por espacios cómodos y vanguardistas en los que la gente no solo siente que cumple su propósito académico o su misión laboral, sino que está en un espacio confortable, lleno de color y comodidad en donde se propicia la interacción”, apunta la directiva.
Agrega que EAFIT se ha propuesto ser adaptable porque, justamente, su arquitectura va acompañando los propósitos de aprendizaje e investigación y que va acompasando esos nuevos descubrimientos y creación académica e intelectual que caracteriza a la Universidad.
“Por último tenemos un compromiso de sostenibilidad ambiental, buscamos que los espacios sean lo más amigables posible con el medio ambiente y que el uso de los recursos sea lo menos lesivos”, agrega.
Estos conceptos se han logrado a través de estos 60 años y se han pensado como espacios aliados que aporten y enriquezcan al quehacer académico, administrativo, cultural y deportivo de los grupos de interés de la Universidad.
Espacios vanguardistas acogen hoy a los estudiantes eafitenses que cursan sus programas de pregrado y posgrado. La tecnología es una aliada de la educación.
De ahí que escenarios como el Aula de Pedagogía Inversa, el Edificio de Ingenierías, la Sala de Realidad Aumentada, la Fábrica de Aprendizaje, el Centro Multimedial, el Laboratorio Financiero o el Mercalab, entre otros, sean hoy protagonistas en la dinámica eafitense y entreguen referencia de las potencialidades de la Institución en términos de infraestructura y espacios para el aprendizaje.
La tecnología como apalancadora de la formación y la investigación
Los referentes históricos de EAFIT también han mostrado aquel hito que dio paso a la era de los computadores cuando en 1975 llegó al campus el primer IBM 370/115. Se trataba de una pantalla, una CPU, un teclado y un mouse que se veían como toda una novedad y que abrirían la puerta para el ingreso del progreso tecnológico.
“La incorporación de la computación en la Universidad permitió, no solo la creación del programa de Ingeniería de Sistemas, sino tener una mirada de cara al futuro y una disposición a incorporar los diferentes avances de la ciencia y la tecnología para mejorar los procesos de formación”, Juan Guillermo Lalinde.
Para que haya una educación de calidad se requiere de espacios arquitectónicos que faciliten el proceso de aprendizaje.
Hoy en día estos equipos se han simplificado, han modificado sus tamaños para permitir mayor comodidad en los usuarios y en EAFIT se han multiplicado para atender las necesidades de la academia y del equipo administrativo.
“La incorporación de la computación en la Universidad permitió, no solo la creación del programa de Ingeniería de Sistemas, sino tener una mirada de cara al futuro y una disposición a incorporar los diferentes avances de la ciencia y la tecnología para mejorar los procesos de formación. Con la adquisición del primer computador se inició un proceso de adopción de la tecnología que luego condujo a grandes logros. Basta con mencionar el papel fundamental que la Universidad EAFIT jugó en el año 1993 para traer el internet a Colombia, el trabajo desarrollado por el Centro para la Excelencia en el Aprendizaje (EXA) en la incorporación de las TIC en los procesos educativos o la creación del Centro de Computación Científica Apolo en 2012", describe Juan Guillermo Lalinde Pulido, coordinador científico de Apolo.
Es que es este último la prueba de que las oportunidades tecnológicas se pueden aprovechar para facilitar procesos, acortar tiempos, y apoyar el aprendizaje y la investigación. Este supercomputador llegó a EAFIT como un dispositivo especial para resolver problemas científicos y ahora su alto rendimiento permite que varias máquinas trabajen en paralelo y soportar desarrollos desde todos los campos. En términos generales es una especie de máquina en el tiempo para predecir resultados, anticipar problemas y superar retos en menos tiempo de lo que toma un cálculo en un computador normal.
“La Universidad ha hecho un gran esfuerzo por la arquitectura física y desde el área de la tecnología ya nos planteábamos el tema de la virtualidad. Ha sido uno de los retos más importantes de EAFIT en muchas décadas”, Ernesto Garnica.
Cada una de las aulas eafitenses está dotada con equipos tecnológicos que permiten una mejor apropiación del conocimiento y la interacción entre profesor y estudiantes.
“La principal diferencia de EAFIT es que el centro no se visualizó como un proyecto, sino como una infraestructura de apoyo a la investigación y se constituyó como un centro que ofrece servicios. Si bien hay una infraestructura muy significativa, el principal logro es tener un equipo humano altamente capacitado que se encarga de resolver todos los problemas técnicos, de manera que los investigadores se puedan dedicar a su área de trabajo sin tener que preocuparse por los detalles técnicos. Ese trabajo estrecho con los investigadores y la participación activa en el concierto internacional ha permitido que el centro sea un socio estratégico para el desarrollo de investigación científica de alta calidad en la Universidad, permitiendo que los investigadores trabajen en problemas más grandes o más detallados obteniendo resultados rápidamente", agrega el docente Lalinde.
Se suma también la adopción de tecnologías de la cuarta revolución industrial, tema que se trabaja hoy en día en los programas de formación y del que se realizan investigaciones activas para repensar el funcionamiento mismo de la Universidad. “En ese sentido, se está consolidando una transformación que permite que la Institución responda apropiadamente a las necesidades y que sea a la vez un ejemplo de cómo se deben abordar los retos que nos trae la sociedad del conocimiento", agrega Juan Guillermo.
De otro lado, hay un despliegue que desde 2019 busca renovar la arquitectura digital de la Universidad. La Dirección de Informática (Dinfo) ha sido la dependencia que ha liderado este proceso de transformación que en sus inicios tuvo una visión digital fuerte y que ante la crisis por el covid-19 se fortaleció y salió avante con destacados resultados.
“La Universidad ha hecho un gran esfuerzo por la arquitectura física y desde el área de la tecnología ya nos planteábamos el tema de la virtualidad. Ha sido uno de los retos más importantes de EAFIT en muchas décadas y hemos tenido la oportunidad de responder en un corto periodo. El de la tecnología es un espacio muy amplio en el que hemos sobresalido por tener una buena combinación de herramientas tecnológicas, proyectos de innovación y reinvención, así como equipos funcionales que permiten utilizar lo mejor posible esas soluciones en los ámbitos en los que operamos (docencia, investigación, descubrimiento y creación, y trabajo administrativo)", cuenta Ernesto José Garnica Barraza, director de Informática.
Para el inicio de la modalidad de alternancia, EAFIT dotó sus espacios de aprendizaje y laboratorios con tecnología de punta con el fin de que quienes estén de manera física y remota logren sus objetivos.
De hecho, la situación que se presenta justo en el cumplimiento de los 60 años de historia de la Universidad lleva a sus procesos a reinventarse y adaptarse a las nuevas dinámicas de la sociedad. Precisamente, el aprendizaje remoto y la transición a la virtualidad es un punto de partida para recrear la experiencia de sentir el campus desde las herramientas digitales, desde el portal web, las aplicaciones disponibles y las herramientas de aprendizaje que han dado cuenta de que la Institución se pone a la vanguardia y permanece en el tiempo a través de nuevos retos.
“Tenemos un Propósito Superior ambicioso y correspondiente con las responsabilidades que nos atañen. Ese reto de construir humanidad y sociedad también lo podemos cumplir a través de las herramientas tecnológicas con medios cada vez más ricos que permitan replicar, compartir e irradiar las capacidades que tenemos como academia y lugar de interés para toda la sociedad. Además, buscamos potenciar las capacidades que ya tenemos para acercar a nuestros públicos de interés a escenarios de aprendizaje, espacios de colaboración y demás que nos permitan superar las barreras de los lugares y el tiempo", agrega Ernesto.
Todos los planes que en la actualidad se desarrollan en la Universidad en el campus principal y en sus extensiones en los demás territorios alinean sus propósitos al Itinerario EAFIT 2030, buscan aportarles valor a las acciones institucionales y miran de cara al futuro en consonancia con los retos que impone la sociedad.