Paula Colorado Chávez
Colaboradora
Para impulsar el intercambio comercial de bienes y servicios, y otras relaciones multilaterales, Colombia ha firmado hasta la fecha 16 acuerdos comerciales con diferentes países del mundo. Sin embargo, durante los últimos años el país ha disminuido sus cifras tanto en importaciones como en exportaciones.
Al respecto, María Alexandra Guerra Aranguren, docente del Departamento de Negocios Internacionales de la Universidad EAFIT, explica que para 2016, por ejemplo, las exportaciones del país cayeron 13 por ciento respecto a 2015, comportamiento que se debe en especial a la influencia del precio internacional del petróleo y a la dependencia económica a este producto.
En la actualidad, el semillero está conformado por 10 estudiantes de Negocios Internacionales, aunque está abierto a otras áreas del conocimiento.
En este escenario, ¿el país cómo puede aprovechar los acuerdos comerciales para aumentar las exportaciones? A estudiar y debatir sobre los procesos de negociación y los acuerdos suscritos por Colombia se dedica un grupo de estudiantes liderado por María Alexandra Guerra, magíster en Comercio Internacional, con el fin de identificar nuevas oportunidades.
El semillero de investigación en Aprovechamiento de Acuerdos Comerciales (SIAAC) comenzó labores en julio de 2016 para integrar las áreas del Departamento de Negocios Internacionales: Internacionalización, Negociación internacional e intercultural y Comercio exterior. Además, es una de las aristas del Observatorio de Negociación y Aprovechamiento de Acuerdos Comerciales (ONAAC), dirigido por María Alejandra Calle Saldarriaga, docente del departamento de Negocios Internacionales.
El ONAAC no solo respalda al semillero, sino que es un espacio de aprendizaje para estos estudiantes que inician su proceso de investigación y están interesados en participar en discusiones en torno a los acuerdos comerciales que tiene Colombia: de qué se tratan, qué información hay contenida en estos, entre otros aspectos.
Seguimiento a los TLC
El observatorio monitorea y analiza los tratados de libre comercio (TLC) como una manera de contribuir desde la academia para que el sector empresarial colombiano pueda acceder con mayor efectividad a los mercados internacionales.
La crítica a estos tratados, explica la docente María Alexandra Guerra, es que no se ven los resultados, pues por el mero hecho de suscribir TLC la economía de un país no va a cambiar por sí sola, sino que requiere de un proceso por parte de las empresas para que se puedan beneficiar.
Por eso, los temas que trabajan el observatorio y el semillero se fundamentan en la política comercial del Estado y para eso toman como referencia los informes del (ya extinto) Centro de Aprovechamiento de Acuerdos Comerciales (CAAC).
La magíster en Comercio Internacional explica que el CAAC fue parte de una política comercial que elaboró informes para ver el potencial de cada región del país. Además, para dar continuidad al estudio que se venía haciendo sobre el TLC con los Estados Unidos, el primero y el de mayor relevancia para la economía colombiana. Aunque ese centro cerró en 2014, la información quedó y es un insumo muy valioso para revisar por regiones, sectores y productos potenciales a la hora de firmar acuerdos comerciales.
Entre los sectores identificados por las investigadoras para utilizar el aceite de aguacate se destacan la industria cosmética, farmacéutica y gastronómica, en esta última como sustituto del aceite de oliva.
Por ahora, la tarea del observatorio apenas comienza y Valentina Arango Orozco, coordinadora estudiante del semillero, afirma que el primer año de investigación del ONAAC ha sido para su conformación y estructuración. A partir de 2018, la intención es enfocar los estudios en casos particulares que se puedan aplicar en el sector empresarial.
De hecho, señala esta estudiante de séptimo semestre de Negocios Internacionales de EAFIT, el proyecto piloto que adelanta el observatorio este año se centra en productos naturales que favorezcan la industria cosmética.
En este piloto, específicamente analizan el tratado con Corea del Sur, uno de los últimos suscritos por el país. El objetivo es definir cómo las plantas nativas de Colombia, de las que se pueden extraer esencias naturales, aceites, entre otros productos, pueden utilizarse en la industria cosmética –por ejemplo, para el cuidado de la piel– como parte de un encadenamiento productivo, indica la estudiante.
De ahí que Valentina Arango enfatice en que, para los integrantes del semillero, este proyecto les permite adquirir conocimiento sobre encadenamiento productivo, sobre el mismo sector cosmético y sobre el comercio con otras regiones del mundo.
“Participar del semillero y del observatorio es una oportunidad muy valiosa porque son temas que a veces no se alcanzan a ver en clase. Además, tenemos a los profesores de planta del departamento para darnos una guía, una charla o apoyar el proceso”, puntualiza la eafitense.
El aguacate, una opción
Hacer investigaciones enfocadas en productos y servicios innovadores con valor agregado para el país es uno de los aspectos que más resalta Sandra Marcela Rodríguez Ortega, integrante del semillero. Ella se graduó como negociadora internacional de EAFIT en 2017 y tuvo la oportunidad de vincularse a este grupo de estudiantes luego de realizar su práctica académica en las oficinas de Procolombia en Portugal y España.
Ella hizo parte de un proyecto enfocado en el aguacate Hass que, junto con las semilleristas Manuela Velásquez Ochoa y Angie Palacio Valderrama, reformularon varias veces para encontrar el sentido adecuado de la investigación.
Estas tres eafitenses se centraron en el aceite de aguacate para exportar a los Estados Unidos, debido a que Colombia produce esta fruta o verdura. Sin embargo, si se compara con México –el primer productor en el mundo–, el país tiene cifras muy bajas de exportación. Según datos de Trade Map, mientras que México exportó 1’910.825 toneladas en 2016, Colombia lo hizo solo con 18.201 toneladas.
“Encontramos que exportarlo es muy difícil por el cuidado que se debe tener con la fruta. Por eso, buscamos productos alternativos a partir del aguacate y que sirvieran en otras industrias con el fin de proponerle a Colombia cómo ingresar en una cadena de valor agregado global”, acota la egresada.
Entre los sectores identificados por las investigadoras para utilizar el aceite de aguacate se destacan la industria cosmética, farmacéutica y gastronómica, en esta última como sustituto del aceite de oliva. Además, encontraron procesos como el prensado hidráulico en frío que permite conservar los valores nutricionales y extraer la pulpa y el aceite de esta fruta.
También construyeron una matriz de mercados donde evaluaron el aceite de aguacate para Europa, Chile y los Estados Unidos, país que identificaron como uno de los mayores importadores de aguacate del mundo. Un hecho que, asegura la egresada Sandra Rodríguez, con tiempo y con esfuerzo podría servir para diversificar el mercado.
Aunque la investigación aún no está terminada, esta negociadora internacional de EAFIT considera que puede significar, en un futuro, un insumo valioso para el gremio aguacatero del país.
Por todo lo anterior, concluye Sandra Rodríguez, una de las grandes enseñanzas que le dejó el semillero fue aprender a estructurar una investigación como estas desde el punto de vista de los negocios internacionales.
Investigadora
María Alexandra Guerra Aranguren
nternacionalista, Universidad del Rosario;
especialista y magíster en Comercio
Internacional, Universidad Sergio
Arboleda. Es docente del Departamento
de Negocios Internacionales de la Universidad
EAFIT, en el área de Comercio
Exterior en las materias de Transporte
Internacional y Gerencia de Comercio
Exterior. Es la coordinadora del semillero
de investigación en Aprovechamiento de
Acuerdos Comerciales. Anteriormente se
desempeñó como ejecutiva del Centro
de Comercio e Inversión de la Cámara de
Comercio Colombo-Americana.