“Así no te interese salvar la biodiversidad y nuestros ecosistemas por una cuestión moral, ¿realmente quieres arriesgar la seguridad alimentaria, la energética, la del agua y la salud?”, cuestiona Robert Watson, presidente de la Plataforma Intergubernamental de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (Ipbes, por su sigla en inglés), quien al respecto acota: “hemos estado hablando sobre la biodiversidad durante los últimos 25 o 30 años, pero continuamos perdiéndola”.
Aún así, 129 países confían en que todavía se puede hacer mucho por preservar esa variedad de la vida en la Tierra en todas sus formas, llamada biodiversidad. Por eso son miembros de Ipbes, el principal organismo mundial evaluador del estado de la diversidad biológica y de las contribuciones que hace la naturaleza a las personas.
Se debe “ver la biodiversidad como un asunto ambiental, social, económico y de desarrollo extremadamente importante”: Robert Watson, presidente de Ipbes.
Los equipos negociadores de cada Estado llegaron a Medellín para la sexta plenaria de Ibpes (Ipbes 6), realizada en marzo de 2018, con el propósito de “ver la biodiversidad como un asunto ambiental, social, económico y de desarrollo extremadamente importante”, expresa Robert Watson.
Así mismo, convencidos de que para que el conocimiento científico tenga eco en las decisiones políticas, la única manera de lograrlo es poniendo a hablar directamente a los científicos con los políticos, afirma Brigitte Baptiste, directora del Instituto Alexander von Humboldt.
La misión es reforzar las políticas públicas para la toma de decisiones, mediante la ciencia, para la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica, el bienestar humano a largo plazo y el desarrollo sostenible. Para eso, Ipbes se organiza en cuatro regiones: América, Asia-Pacífico, África-Europa y Asia Central.
Establecida en 2012 como organismo intergubernamental y abierto a todos los países de la Organización de las Naciones Unidas, Ipbes 6 hizo un repaso al marco conceptual de esta plataforma para desarrollar evaluaciones oportunas, adaptadas a las necesidades de políticas sobre el conocimiento de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos.
Para esta plataforma, seis ejes representan los sistemas naturales y sociales que operan simultáneamente en el tiempo y en el espacio: la naturaleza, los beneficios de la naturaleza para las personas, los activos antropogénicos, las instituciones y sistemas de gobierno y otros impulsores indirectos del cambio, los impulsores directos del cambio y la buena calidad de vida.
Advertencia del Ipbes 6
Antes de la plenaria, que por primera vez se hizo en Colombia, más de 550 expertos de 110 países fueron nombrados por sus gobiernos u organizaciones y seleccionados por Ipbes. Por tres años estuvieron revisando miles de artículos científicos, informes gubernamentales y otras fuentes de información, incluidos conocimientos indígenas y locales.
Todo para obtener conclusiones sobre la diversidad biológica costera, de agua dulce y terrestre de cada región. Lo destacable es que trabajan como voluntarios y muchos de estos expertos invierten 20 por ciento de su tiempo en estas evaluaciones, afirma Robert Watson.
Así lograron realizar un informe científico por cada región y un informe mundial sobre degradación y restauración de los suelos, para que fueran evaluados y aprobados por las delegaciones de Ipbes durante la intensa semana de trabajo en Medellín, entre el 17 y el 24 de marzo.
La conclusión es alarmante: la biodiversidad continúa disminuyendo en todas las regiones del mundo, lo que reduce significativamente la capacidad de la naturaleza para contribuir al bienestar de las personas. Una tendencia que pone en peligro las economías, los medios de subsistencia, la seguridad alimentaria y la calidad de vida de las personas en todo el mundo.
En definitiva, si no se priorizan las políticas para detener la pérdida de biodiversidad, no se alcanzarían los Objetivos de Desarrollo Sostenible que el mundo planea alcanzar en 2030.
Profesores delegados
La Universidad EAFIT estuvo representada en Ipbes 6 por siete profesores, quienes hicieron parte del equipo negociador del Gobierno de Colombia ante la plataforma: Nicolás Pinel Peláez, Juan Fernando Díaz Nieto, Luis Antonio Quintero Ortiz y Geovanny Bedoya Sanmiguel, por parte de la Escuela de Ciencias; Eleonora Dávalos Álvarez, de la Escuela de Economía y Finanzas; Alejandro Álvarez Vanegas, de la Escuela de Ingeniería, y María Alejandra González-Pérez, de la Escuela de Administración.
Para ellos fue también una experiencia única. Vieron la necesidad de fortalecer el área de comunicación interna para acelerar el proceso de negociación, les sorprendió el tiempo dedicado en las sesiones para llegar a acuerdos sobre conceptos como Madre Tierra y el blanqueamiento de los corales, y destacaron la capacidad de respuesta de la Universidad y la participación de sus estudiantes.
María Alejandra González, profesora del Departamento de Organización y Gerencia, explica que tuvieron papeles diferentes, por ejemplo, Nicolás Pinel y Juan Fernando Díaz participaron en las negociaciones en el comité técnico de polinizadores debido a su formación académica, su experiencia investigativa y el criterio científico.
El equipo de investigadores de EAFIT hizo parte de los 37 integrantes de la delegación colombiana, conformada además por representantes de la Cancillería, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, el Instituto Instituto von Humboldt, Invemar, Parques Nacionales Naturales de Colombia, Colciencias y el Instituto Sinchi.
“Estuvimos en el nivel más alto para la discusión de asuntos relacionados con diversidad y naturaleza en relación con asuntos humanos. Estuvimos desde un genuino interés, por un compromiso ambiental, y queremos seguir aportando para Ipbes 7”, afirma el decano de la Escuela de Ciencias, Luciano Ángel Toro.
Agentes de cambio
Además de varios eventos de Ipbes 6 que tuvieron como sede a EAFIT, 18 estudiantes de la Universidad también participaron de manera activa como voluntarios.
Manuela Gómez Valencia, estudiante de Administración de Negocios, expresa que participar en dicho evento la hizo sentir que no está sola y que poco a poco se aumenta la conciencia. “Lo que falta es conectarnos para luchar por el desarrollo sostenible”, puntualiza.
Por su parte, Juan Esteban Rivera Salazar, estudiante de Negocios Internacionales, aprovechó la plenaria para entender sobre diplomacia y consenso –asuntos retadores en su carrera– y sobre la necesidad de seguir comprometidos con la agenda 2030, pues considera que los estudiantes también pueden aportar como agentes de cambio.
De hecho, Robert Watson, presidente de Ipbes, considera que los jóvenes y los medios de comunicación son esenciales para la misión de Ipbes. Así lo reafirma Manuela Gómez: “Hay que dejar de esperar soluciones de arriba y sentirnos como transformadores para contribuir a hacer realidad esas recomendaciones”.
En conclusión, los estudiantes resaltan que es posible participar en cambios con alcance mundial y, gracias a su participación en Ipbes 6, pudieron ampliar el concepto de biodiversidad y entender el lugar que tiene en la agricultura y en la ganadería. Además, conocieron de primera mano el rigor en estándares utilizados por la delegación alemana y recordaron que, mientras en el colegio hacían ejercicios académicos de modelos o simulaciones de las Naciones Unidas, en la plenaria pudieron sentirse en una ONU real.