Partiendo del liderazgo natural que tienen los docentes para activar esos elementos que subyacen a este modelo, es imprescindible reconocer que, entre los muchos instrumentos con los que se cuentan, el más poderoso de ellos para la materialización de este modelo es el currículo. Es por ello que formular preguntas, acuerdos y transformaciones alrededor del mismo puede significar la diferencia entre una meta alcanzada o una promesa pendiente.
Aquí hay entonces una reflexión profunda, que necesita de la plena conciencia de cada docente para reconocer qué es el currículo, quiénes hacen parte de su construcción, cuáles son las consideraciones particulares desde el campo de conocimiento específico y cómo puede diseñarse para apuntar a la excelencia del estudiante desde las dimensiones profesionales, culturales, ciudadanas y ante todo del ser humano. Generar un "momento" dedicado a ello es por lo tanto una tarea esencial de la Universidad y es esta la motivación para la creación de lo que se ha denominado Momento Docente 2018-1.