Los recuerdos de Álvaro Mutis y el legado nadaísta de Gonzalo Arango fueron dos de los invitados a la presente edición de la Feria Internacional del Libro de Bogotá (Filbo). Llegaron en dos libros que presentó este fin de semana el Fondo Editorial de la Universidad EAFIT en la capital del país.
Fue la belga Anne Marie Van Broeck, escritora del libro Álvaro Mutis, memoria de Bélgica, quien se encargó de presentar su texto en un diálogo con Santiago Mutis, hijo del escritor; y Claudia Ivonne Giraldo Gómez, coordinadora de Procesos Editoriales de EAFIT.
La escritora contó que el libro “se tejió por bellas causalidades” y que llegó a esta historia porque adelantando su tesis doctoral sobre la historia de la presencia de Bélgica en Colombia le surgió la inquietud sobre la presencia de colombianos en su país.
Con esa pregunta se encontró la mención que hacía en sus textos Álvaro Mutis sobre Bélgica. Desde ese momento Anne Marie comenzó un periplo, no solo por los textos del literato, también para tratar de contactarlo y fue así como logró entrevistarse en varias oportunidades con él en México.
En las largas citas que concretaron, la atora indagó sobre los recuerdos que tenía Mutis sobre el belga puerto de Amberes, sitio en el que Mutis estuvo cuando era un niño gracias al trabajo de agregado cultural que su padre desempeñaba en Europa. Pero Anne Marie tuvo que ir más allá de esas charlas para revivir la memoria del escritor.
Y es que esa tarea reconstructiva tenía un alto grado de dificultad, tal como evidenció Santiago cuando le preguntó: “¿cómo escribir sobre la memoria de alguien que premeditadamente se proponía esconder pistas de su pasado?”. Ella le respondió que se valió, por ejemplo, de registros de los sitios que en los que se suponía que Mutis había estudiado cuando era niño.
Santiago manifestó estar muy agradecido con el texto sobre su padre porque, entre varias razones, reúne dos grandes temas que le interesaban: la historia y la naturaleza. Para tratar de explicar las razones por las que su papá acudió tanto a sus recuerdos para escribir y crear personajes, dijo que “un hombre que perdió a su padre muy joven, a Colombia muy joven, a Bélgica muy joven…. Ama la permanencia”.
Gonzalo Arango aún habla
Otro diálogo sobre recuerdos y literatura propuso EAFIT el sábado en la Filbo durante la presentación del libro Obra Negra, del escritor antioqueño Gonzalo Arango. Se trata, tal como señaló Claudia Ivonne, de una nueva edición de ese texto que presenta el Fondo Editorial de la Universidad para rescatar letras poderosas de autores que todavía tienen cosas importantes por decir.
En esta conversación participaron Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT; Jotamario Arbeláez, cofundador del movimiento nadaísta; y Eduardo Escobar, una de las voces más incisivas de la literatura nacional. La conversación giró en torno al aporte de Gonzalo Arango y a la ubicación que logró dentro de la cultura del país desde el Nadaísmo, ese movimiento vanguardista que tiene fecha de presentación el 18 de agosto de 1958. Ese día, en la plazuela de San Ignacio de Medellín, varios escritores quemaron algunas de sus bibliotecas personales para sentar un espíritu anárquico.
La charla giró en torno a ese tipo anécdotas y comentarios como los que hizo Jotamario, al decir que "Gonzalo se encerró en la biblioteca de la Universidad de Antioquia a leer los libros del índice y de ahí le salen sus ideas nadaístas, después de leer a los nihilistas".
Juan Luis Mejía propuso en la conversación el enlace que existe entre autores con disparidad generacional como Fernando González (1985 - 1964) y Gonzalo Arango (1931 - 1976), y señaló que gracias a la Fundación Otra Parte se presentó no sólo Obra Negra, también Última Página, otro texto en el que se demuestra la fortaleza como reportero que tenía Gonzalo.
Sobre ambos autores antioqueños Eduardo Escobar manifestó que "la gente hace su propia selección de cosas que tocan el alma, porque Gonzalo y Fernando son escritores que te construyen por un lado y te destruyen por el otro".
Tanto Obra negra como Álvaro Mutis, memoria de Bélgica tienen en común el empeño del Fondo Editorial por presentar libros con un valor agregado en el diseño y en el papel. Son, además, ejemplo de que las editoriales universitarias le están apostando a revivir para el público actual autores con ideas vigentes, que siguen despertando interés en lectores e investigadores, como se evidenció en los dos diálogos que propuso EAFIT en la Filbo.
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Alejandro Gómez Valencia
Periodista Área de Información y Prensa EAFIT
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