Durante la crisis del aire que vivió Medellín en marzo y abril -y cuyos efectos aún siguen sintiéndose- el escritor Pablo Montoya Campuzano escribió una carta pública donde manifestaba sus reflexiones. El texto, que inicialmente fue publicado en el portal www.change.org, también logró resonancia en la comunidad académica de la ciudad y, meses más tarde, nació la iniciativa SOS Por el aire.
Se trata de una propuesta en la que participan diferentes universidades de la ciudad y que se presentó, de manera oficial, el martes 15 de noviembre en la Plazuela de San Ignacio, en el centro de Medellín, uno de los puntos con más altos niveles de contaminación de la ciudad.
Un total de 11 profesores de diferentes instituciones de educación superior, acompañados por Pablo Montoya, fueron los encargados de presentar el balance del estado actual de la calidad del aire en Medellín, y de reafirmar la importancia que SOS por el aire tiene como estrategia de ciudad.
Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT, resaltó la relevancia de la iniciativa al advertir que existen estudios que indican que en el mundo hay más muertes relacionadas con enfermedades pulmonares a causa de la mala calidad del aire que las atribuidas a homicidios. Por eso invitó a la comunidad académica y a la comunidad en general a vincularse al proyecto y a adoptar hábitos de movilidad que permitan mitigar la situación de riesgo en la que está Medellín.
“Esta es una movilización ciudadana. Como universidades es nuestra responsabilidad generar una reflexión sobre este tema, presentarlo a la ciudad y generar alianzas con las empresas y el Estado. Esperamos que de aquí se deriven otros foros, discusiones, iniciativas y, sobre todo, políticas públicas que le den un nuevo aire a Medellín”, expresó durante el acto Edison Neira Palacio, vicerrector de la Universidad de Antioquia.
El directivo acompañó en el panel a los docentes, investigadores y expertos de las universidades EAFIT, Nacional de Colombia, de Antioquia, Pontificia Bolivariana, de Medellín, Escuela de Ingeniería, y Corporación Lasallista, quienes tuvieron, cada uno, tres minutos para responder a los interrogantes: ¿Cómo ve la problemática del aire en la ciudad desde su campo de experiencia?, y ¿cuáles son las propuestas y acciones de mejoramiento de la calidad del aire, que plantea desde su experiencia académica?
Alejandro Álvarez Vanegas, docente del pregrado en Ingeniería de Procesos y representante por EAFIT en SOS por el aire, abrió la discusión con la problemática de la carga de aerosoles en la atmósfera y mencionó que se está llegando al “límite del planeta”.
“Los reportes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Reporte del Índice de Desempeño Global de Yale muestran que cerca del 92 por ciento de la población vive en lugares con mala calidad del aire. Esta cifra debe ponernos a pensar”, expuso.
Junto a él, María Victoria Toro Gómez, docente de la Universidad Pontificia Bolivariana, señaló la necesidad de enfocarse en un plan de reducción de emisiones, sobre todo teniendo en cuenta el crecimiento del parque automotor y del número de motocicletas en la ciudad.
Mientras que Cristian David Ramírez Sosa, líder de Gestión Ambiental de la Corporación Universitaria Lasallista, se detuvo en la topografía del Valle de Aburrá como una característica que no permite la dispersión de los contaminantes, y afirmó que la reforestación es una buena estrategia para contrarrestar esta situación. “Los árboles cumplen una función específica con esos agentes contaminantes. Es necesario preservar las zonas verdes de la región”.
El peatón y la salud pública como prioridades
Además de los aspectos ambientales, otro grupo de profesores se centró en el factor humano y, especialmente, en las problemáticas de salud pública que ha generado la crisis del aire.
Ese fue el caso del docente Juan Gabriel Piñeros Jiménez, coordinador del Grupo en Salud y Ambiente de la Universidad de Antioquia, y quien afirmó que la contaminación del aire es la quinta causa de muerte en el mundo.
“La gente se muere más por la calidad del aire que por la calidad del agua. Se estima que cerca de cinco mil personas murieron el año pasado por enfermedades relacionadas con la contaminación del aire, y los ministerios de Salud y Ambiente están trabajando en un sistema de vigilancia específico para este tema”, explicó.
Santiago Ortega Arango, docente de la Escuela de Ingeniería de Antioquia, por su parte, rescató que el Plan de Ordenamiento Territorial le hubiera dado prioridad al peatón, pero señaló que es una necesidad seguir fortaleciendo ese aspecto para que las ciudades sean más humanas. “Los instrumentos están, el apoyo de la academia está y, sobre todo, la urgencia está. Lo que sigue es tomar decisiones que garanticen una mejor ciudad y una mejor calidad del aire para nosotros y para las próximas generaciones”, agregó el académico.
La jornada de este martes culminó con la lectura, a cargo de Pablo Montoya, del Decálogo Universitario SOS por el aire, en el que las instituciones participantes de esta estrategia le entregaron a la ciudad 10 recomendaciones para mitigar la contaminación en la región.
“Es muy gratificante saber que lo que inicialmente era una inquietud individual se ha transformado en una reflexión colectiva y de ciudad, y que en el camino se han sumado otras universidades, académicos y corporaciones a esta apuesta, que es fundamental para salir de esta crisis”, puntualizó el escritor.
Estos son los puntos planteados por el Decálogo Universitario SOS por el aire, Universidades por el cuidado del ambiente.
1. Caminar debe ser la primera opción para movilizarse.
2. Las distancias medianas deben recorrerse en vehículos no motorizados, pues ellos no contaminan.
3. Para distancias largas se debe preferir el transporte público o buscar compartir el vehículo privado, hábitos de uso que hacen la vida más eficiente, saludable y colaborativa.
4. Atender en forma rigurosa el estado técnico-mecánico de los vehículos, ya que el deterioro incrementa la contaminación y decrementa la salud.
5. Contemplar la posibilidad de realizar trabajo en casa, suprimiendo algunos viajes que puedan ser reemplazados por reuniones virtuales o teleconferencias.
6. Planificar los horarios sociales y laborales de tal manera que se evite el tiempo pico de la movilidad en masa.
7. Estimular una cultura de respeto a las normas que ordenan las relaciones propias de una movilidad que incremente el bienestar de la ciudadanía.
8. Tanto los vehículos, camiones, buses, automóviles, motos, bicicletas, como los peatones, tienen derecho a coexistir en la calle, derecho que trasciende al disfrute si la cortesía hace presencia.
9. Integrantes importantes de la sociedad como niños, ancianos, mujeres gestantes y personas discapacitadas deben ser acogidas por todo el sistema de movilidad con paciencia y respeto; las autoridades tienen la obligación de velar por ello.
10. Aumentar los espacios verdes en la ciudad, pues son sinónimo de aire sano y bienestar ciudadano, además son elementos determinantes del sistema de movilidad en términos físicos, ambientales, sociales y culturales.
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Alejandro Gómez Valencia
Periodista Área de Información y Prensa EAFIT
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