David Arenas Vanegas, estudiante del pregrado en Administración de Negocios de EAFIT, cayó bajo el influjo del ajedrez cuando tenía siete años: en casa de su abuela, vio a sus tíos y primos librar batallas en las que, sin mediar palabra, la voluntad y la inteligencia se trasladaban a un tablero de 64 casillas, disputadas por pequeñas figuras en busca de acorralar al rey rival.
Esa pasión infantil, por la que llegó a veces tarde al colegio y rechazó algunas salidas a jugar con sus amigos, lo llevó a conseguir, el sábado 4 de junio, la mayor distinción posible para un ajedrecista: la de Gran Maestro Internacional. Tal hazaña la obtuvo, con tan solo 24 años de edad, luego de enfrentarse al cubano Lázaro Bruzón, un Gran Maestro contra quien jugó en el Campeonato Continental de Ajedrez de El Salvador.
¿Qué sensación le genera haber alcanzado el sueño de toda la vida: ser Gran Maestro Internacional de Ajedrez?
“Es increíble cuando consigues algo que te propusiste alcanzar desde niño, y para lo que te preparaste, entregaste y sacrificaste durante toda la vida. Se siente como que todo valió la pena y se ven los frutos de todo el esfuerzo”.
¿Había jugado antes contra Lázaro Bruzón y qué expectativas tenía?
“Había jugado varias partidas contra él, pero nunca le había ganado. La última que disputamos quedó en tablas. El sábado, yo trataba de no pensar mucho en que si ganaba lograba el título de Gran Maestro, porque me desconcentraba. Sabía que era duro jugar con las negras, pues, a este nivel, quien lleva las piezas blancas parte con iniciativa, pero solo quería jugar bien la partida, aunque con muchas ganas de ganarla”.
¿El ajedrez tiene para usted más de deporte o de ciencia?
“Para mí, el ajedrez es un deporte mental que requiere estar en óptimas condiciones físicas, pues, si estás en forma, el oxígeno circula más rápido hacia el cerebro, lo que ayuda a reducir el cansancio y a pensar mejor”.
¿Cuánto tiempo a la semana le dedica a la práctica del ajedrez y cómo se prepara para un campeonato?
“A la semana entreno más o menos 20 horas, más cuatro horas de ejercicio físico. Para un campeonato me preparo revisando las aperturas, que es la primera de las tres fases del ajedrez -apertura, medio juego y final-. La apertura marca el inicio del juego, el desarrollo de las piezas y la estrategia que se tendrá. Yo analizo un poco a los rivales y me visualizo en las partidas para trabajar el aspecto psicológico”.
¿Qué analiza en su contrincante durante una partida?
“Antes de una partida, miro qué juega el rival para plantear la estrategia a seguir. Durante la misma, se trata de un juego psicológico, en el que uno aprende a conocerlo: cuándo se siente incomodo o pasó por alto una jugada”.
¿Realiza otro tipo de ejercicios o actividades que le permitan aumentar su capacidad lógica?
“Realizo ejercicios de ajedrez que trabajan el cálculo abstracto y la lógica, pero no acostumbro adelantar otro tipo de actividades relacionadas con la lógica”.
¿De qué manera el ajedrez le permitió formarse como profesional?
“El ajedrez me ha abierto puertas en muchos campos. Me dio la posibilidad de estudiar en EAFIT gracias a una beca completa obtenida en 2009, una oportunidad que, gracias a Dios, decidí no desaprovechar. Pero no fue una decisión fácil, pues combinar el ajedrez con el estudio es complicado, debido a los tiempos de entrenamiento y a los viajes que, en ocasiones, duraban hasta tres meses”.
¿Y cómo le ha permitido la Universidad equilibrar ambas cosas?
“En EAFIT hay muchos profesores a los que les gusta el ajedrez y el deporte en general. Por esto, he encontrado mucho apoyo de su parte a la hora de aplazar trabajos parciales o explicarme conceptos por fuera de los horarios de clase. Sin ese apoyo, no habría podido salir adelante en mi carrera de Administración de Negocios”.
¿La está ejerciendo?
“Sí, en este momento trato de combinar ambas cosas en una fundación de ajedrez, llamada Magic Square, que creé con unos amigos. La idea es poner en práctica lo aprendido en la Universidad en pro del ajedrez, y sacar proyectos que beneficien a la comunidad y ayuden a impulsar este deporte. Queremos llevarlo a las escuelas para que los niños aprendan sus beneficios”.
¿Qué se viene en el futuro?
“Ahora firmé contrato con la Gobernación de Bolívar y la Liga de Ajedrez de ese departamento. Ellos me plantearon, a inicios de este año, un proyecto muy beneficioso en la parte económica y deportiva. Pienso terminar mi carrera en EAFIT, de la que me faltan tres materias, e irme a vivir a Cartagena, para entrenar y dedicarme dos o tres años de lleno al ajedrez. El objetivo es ser el primer colombiano en llegar a los 2.600 puntos en el sistema Elo, —un método matemático que permite determinar la habilidad de un jugador de ajedrez según su desempeño contra otros ajedrecistas—. Es una meta difícil, pero se puede conseguir”.
¿Cómo definiría el ajedrez en una frase?
“El ajedrez es mi vida y mi vida para el ajedrez”.
Por lo alto
David Arenas Vanegas, estudiante de Administración de Negocios en EAFIT y Gran Maestro Internacional de ajedrez, explica que, mediante la práctica de este deporte, se pueden alcanzar varios títulos: desde Maestro Nacional hasta Gran Maestro internacional, pasando por Maestro Fide y Maestro Internacional. "En 2005, a los 13 años de edad, me hice Maestro Internacional, tras ganar un panamericano sub 20. El año pasado completé tres normas en torneos internacionales, las que se requieren para el título de Gran Maestro Internacional, pero me faltaba el último requisito: llegar a 2.500 puntos en el sistema Elo, los que alcancé en El Salvador", señala.
Cuadro de honor
Con la obtención del título de Gran Maestro Internacional, David Arenas Vanegas se une a otros siete colombianos que han alcanzado esta distinción: Sergio Barrientos, Jaime Cuartas, Beatriz Franco, Nadia Ortiz, Gildardo García, Alder Escobar y Alonso Zapata.
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Alejandro Gómez Valencia
Periodista Área de Información y Prensa EAFIT
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