Puntualizar los efectos principales de la contaminación sobre la pesca, el turismo y la salud de los pobladores vecinos a la bahía de Cartagena, así como concertar un acuerdo de voluntades entre actores sociales para mitigar este fenómeno en la zona. Esos son dos de los logros alcanzados por los socios e investigadores del proyecto Basic, que busca generar herramientas para el manejo integrado de los recursos hídricos en la costa cartagenera.
Basic es un esfuerzo conjunto para reducir los riesgos de la contaminación en esa parte de la costa Caribe de Colombia, realizado por el Centro Internacional de Investigación para el Desarrollo (Idrc) de Canadá, la Fundación Hernán Echavarría Olózaga, la Corporación Autónoma Regional del Canal del Dique (Cardique), y las universidades de Cartagena, Los Andes y EAFIT.
Esta semana, el martes 20 y el miércoles 21 de junio, fue presentado en la capital de Bolívar el resultado de la investigación y el trabajo comunitario e intersectorial adelantado como parte de esta iniciativa, en un evento realizado en la Universidad de Cartagena. En el encuentro participaron los eafitenses Juan Darío Restrepo Ángel y Marko Tosic, director y gerente del proyecto Basic, respectivamente, quienes presentaron el estado ambiental de la bahía con el apoyo de Andrea Luna, profesora de la Pontificia Universidad Javeriana.
"La bahía de Cartagena recibe gran parte de la contaminación y los problemas ambientales del país, trasladados por el río Magdalena. Aproximadamente el 10 por ciento de toda esa contaminación entra por el canal del Dique hacia la bahía", dice el investigador Juan Darío, director del doctorado en Ciencias de la Tierra de EAFIT.
El docente explica que el 80 por ciento de la población del país está ubicada en la cuenca del Magdalena, en donde se produce el 85 por ciento del producto interno bruto de Colombia y el 90 por ciento de la energía hidroeléctrica de Colombia.
Allí hay, además, explotación de gas, petróleo, minería, entre otras actividades humanas cuyos desechos viajan por el río y desembocan en la bahía por el canal, llevando plomo, estaño, zinc y otros elementos cuyos impactos en la salud pública y los recursos pesqueros se evidencian incluso en bahía de Barbacoas e islas del Rosario, en donde la plataforma de arrecifes, según los investigadores, ha muerto en un 70 por ciento en la última mitad de siglo.
Esta información es respaldada por Marko Tosic, para quien "la bahía tiene grandes problemáticas causadas por la contaminación por sedimentos provenientes del canal. Si esos niveles aumentan entre un 164 y un 260 por ciento para 2020 (como señala el estudio realizado por Basic), se puede esperar un incremento en los impactos identificados sobre el ecosistema y el turismo, pues estos también afectan la parte estética de la región".
Nuevas herramientas
A la bahía de Cartagena le hacía falta un diagnóstico científico, una radiografía que facilitara sacar conclusiones estadísticas sobre la situación ambiental de las aguas y los sedimentos, con estándares internacionales y protocolos científicos elaborados.
La anterior es la opinión de Juan Darío Restrepo, quien valora como único en Colombia este trabajo que durante tres años ha monitoreado 20 variables fisicoquímicas en sedimentos y aguas de mar y ríos, para establecer el estado de la bahía de Cartagena y los niveles de alarma de contaminación, conectando además estas realidades con las problemáticas sociales derivadas de los impactos sobre las comunidades que dependen económicamente de la bahía y sus aguas.
"En EAFIT tenemos una experticia cercana a los 25 años de trabajo en ciencias del mar, erosión costera y oceanografía —afirma el investigador—. Somos un grupo líder en materia de problemas ambientales, erosión y sedimentos en el río Magdalena y hemos trabajado, con el Grupo Argos, la problemática del canal del Dique en la bahía y en los arrecifes. Ya tenemos una experiencia en la región y hemos trabajado mucho en el Caribe".
Dicha experticia les permitió a los docentes coordinar este proyecto interdisciplinario, con miras a determinar el estado real de la contaminación y la incidencia en la misma por parte de las fuentes industriales y domésticas de la bahía.
La iniciativa cerró su primer capítulo esta semana con lo que Marko Tosic describe como "la socialización de los resultados para informar a los tomadores de decisiones sobre el estado medioambiental”, que se hizo también con la idea de generar alianzas entre los diferentes actores en la zona para crear una sensación de pertinencia y colaborar realmente en soluciones a esta problemática multifactorial.
Entre los propósitos, explica Juan Darío, está crear un comité de gobernanza ambiental para empezar a estructurar un modelo de gestión de la bahía como primera acción de la segunda etapa del proyecto, llamada Cartagena resiliente. Y agrega que para esto y para estructurar un sistema de alertas tempranas de la contaminación de las aguas, similar al Siata de Medellín, se requiere de la colaboración de todos los actores.
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Alejandro Gómez Valencia
Periodista Área de Información y Prensa EAFIT
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