Con un enfoque en el que se habla de forma recurrente del narcotráfico como elemento nuclear del conflicto armado en Medellín, el Centro Nacional de Memoria Histórica (Cnmh) presentará este jueves a las 6:00 p.m. en el Centro de Desarrollo Cultural Moravia el informe Medellín: memorias de una guerra urbana, elaborado con el apoyo del Ministerio del Interior y la ayuda de investigadores de la Corporación Región, EAFIT y la Universidad de Antioquia.
“El proyecto nació de una iniciativa de la Alcaldía de Medellín en 2014, tras una discusión en el Comité de Justicia Transicional sobre si la ciudad podía ser sujeto de reparación colectiva. Eso generó nociones diferentes sobre el daño causado por el conflicto armado: unos resaltaron el tema del narcotráfico; otros, el de las guerrillas; otros, la acción del Estado, etc. Ahí vimos lo difícil de avanzar en la identificación de necesidades de reparación si no hay un relato sobre lo que nos ha pasado”, explica Martha Inés Villa Martínez, directora de la Corporación Región.
El Cnmh fue el encargado de acompañar este proceso y, con la experiencia adquirida tras construir el documento ¡Basta ya! Colombia, unió esfuerzos con la Corporación Región para convocar a las universidades participantes debido a que, en palabras de Martha Inés, son instituciones con un conocimiento acumulado importante en estudios sobre violencia en Medellín. Cerca de 50 personas trabajaron durante un año en el desarrollo y puesta a punto del documento, entre investigadores, relatores y colaboradores.
“El equipo de EAFIT se encargó del primer capítulo: Las variables culturales, sociales, económicas y políticas, así como de las economías ilegales que condujeron a Medellín a la tragedia. Mencionamos el narcotráfico, que es relativamente nuevo en informes de memoria histórica, en donde siempre aparecía el fenómeno como tangencial al conflicto. Lo peculiar del informe actual, uno de los casi cien que lleva el Cnmh, es que es en donde más aparece el tema del narcotráfico”, resalta Jorge Giraldo Ramírez, Decano de la Escuela de Humanidades de la Universidad.
En ese primer aparte se recogen las hipótesis sobre por qué la violencia se configuró, desde la década de los ochenta, como recurso de relacionamiento social, a partir de elementos como la importancia geoestratégica de Medellín para los actores armados y la falta de respuesta de la élite económica y política a la crisis social y económica de la ciudad.
Así lo considera la directora de la Corporación Región, quien agrega que “también hay explicaciones relacionadas con factores culturales y con la manera cómo la ciudad se construyó sobre ciertas nociones de ilegalidad favorables a la propagación de la violencia. A eso se sumó la falta de respuesta oportuna de la institucionalidad pública, nacional y local”.
Al respecto, Jorge Giraldo manifesta que el Estado aparece en varios momentos de dicho recorrido histórico: problemas de gobernabilidad en la ciudad como génesis de la crisis, desde 1960, y su desentendimiento posterior de fenómenos como el narcotráfico y la violencia urbana.
“Se mencionan también los casos en los que la fuerza pública se extralimitó o cometió actos prohibidos por el derecho internacional humanitario o por los instrumentos internacionales de protección de los derechos humanos. Pero también resaltamos la forma como el Estado nacional tuvo un papel definitivo en la recuperación de Medellín, y no solo el local, como muchas veces se piensa”, señala el decano.
Violencia sin rostro
Las cifras recogidas por el observatorio del Cnmh y la Unidad para la Atención y Reparación Integral de Víctimas indican que 6 de cada 100 personas han sido víctimas directas del conflicto armado y las violencias asociadas. En el 49 por ciento de estos casos, señala el informe, no se reconoce al autor, y en el 51 por ciento restante se señalan como victimarios a grupos paramilitares (25%), guerrillas (15%), grupos posdesmovilización (15%) y agentes del Estado (1%).
“Ese 49 por ciento de casos en que no se reconoce al autor obedece a dos cosas: primero, parte de la estrategia de los actores armados ha sido su mimetización, pues llegan encapuchados, sin decir quiénes son, aunque algunas personas logran identificarlos según ciertos contextos y dinámicas. Segundo, las dificultades de la justicia, pues no debería ser la gente la que establezca responsabilidades sino la investigación judicial, y eso ha avanzado muy poco”, comenta Martha Inés Villa.
Una de las hipótesis recogidas en el texto es que en la ciudad hay una porosidad enorme entre actores y prácticas criminales: todos los actores se relacionaron entre ellos y han recurrido a todas las prácticas de victimización conocidas. Sin embargo, los autores del informe Medellín: memorias de una guerra urbana advierten que este es un documento de memoria y no el resultado de una comisión jurídica o de la verdad, por lo que no está entre sus objetivos señalar responsables.
El informe buscaba responder qué pasó en Medellín en términos de conflicto armado y violencia; determinar un por qué ocurrió; cómo impactaron a la sociedad medellinense esas dinámicas de violencias; cómo respondieron los habitantes de la ciudad, y reconocer los actores armados participantes y los sectores de la población afectados, así como de qué manera fueron vulnerados sus derechos.
“En este momento de la historia del país es muy importante que la ciudad se pregunte, en relación con temas como la Comisión de la verdad, cómo va a aportar y de qué manera la institucionalidad de Medellín creará las condiciones para que las víctimas puedan dar su testimonio y poner su voz”, concluyó la directora de la Corporación Región.
Según el Observatorio del Centro Nacional de Memoria Histórica (Cnmh) y la Unidad para la Atención y Reparación Integral de Victimas (Uariv), en Medellín, entre 1980 y 2014, se calculan los siguientes datos: víctimas del conflicto armado, 132.529; desplazamiento forzado, 106.916 víctimas; asesinato selectivo, 19.832 víctimas; desaparición forzada, 2.784 víctimas; masacres, 921 (1.175 víctimas); acciones bélicas, 784 víctimas; secuestro, 484; violencia sexual, 336; reclutamiento forzado, 136; atentado terrorista, 80, y daño a bienes civiles, 12.
Este jueves, durante el lanzamiento del informe Medellín: memorias de una guerra urbana, habrá distribución gratuita del documento y, durante la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín, habrá tres momentos de entrega del mismo al público general. A partir de este jueves estará disponible la versión digital en los sitios web de la Cnmh y la Corporación Región. También se entregará masivamente en centros educativos, bibliotecas y otros lugares.
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Alejandro Gómez Valencia
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