Una poética construida letra por letra -cuya capacidad de encontrar registros para dar forma a personajes verosímiles en obras de teatro, poemas, cuentos infantiles, y novelas para jóvenes y adultos- ha permitido a la obra de la escritora argentina María Teresa Andruetto llegar a confines del mundo tan variopintos como China, Turquía, Galicia (España), Portugal, Alemania e Italia.
Esa capacidad de alcanzar lectores en todos los puntos cardinales, mediante una obra en constante fluir entre la narrativa, la lírica y el drama, ha sido posible, en palabras de Darío Jaramillo Agudelo, poeta colombiano, gracias a sus cualidades más evidentes: disciplina, dedicación, seriedad para trabajar y, sobre todo, un enorme talento.
No en vano, el poeta se empeñó en dirigir la compilación y edición del libro Antología, María Teresa Andruetto, publicado por la Editorial EAFIT, con el fin de recoger lo mejor de la poesía de la escritora y hacer evidente por qué su obra ha sido reconocida con premios tan importantes como el Hans Christian Andersen (2012) y seleccionada como parte de la Biblioteca de Literatura Juvenil para el catálogo anual de White Ravens (Alemania), entre otras distinciones.
La poesía de María Teresa Andruetto, en opinión de Darío Jaramillo, "encuentra lo lírico en lo cotidiano y logra invocar la emoción poética con un tono conversacional. Está llena de talento, transparencia y claridad. Ella es una gran escritora".
El lanzamiento de
Antología, María Teresa Andruetto, será este domingo 7 de mayo en la Feria Internacional del Libro de Bogotá, a las 5:00 p.m. en la sala Jorge Isaacs. Allí, la escritora hablará sobre su obra, cuyos esbozos aparecen plasmados en la siguiente entrevista.
Usted ha transitado con éxito por la narrativa (cuento y novela), la lírica y el drama (teatro), ¿se encuentra más cómoda en alguno de estos géneros?
Son búsquedas que responden a distintos momentos. La poesía, que es la más esquiva de todas esas aguas, sucede en momentos personales de mayor vulnerabilidad. La narrativa depende, no mucho pero un poco más, de mi voluntad. Las experiencias de escritura teatral no han sido tantas y han surgido en relación con otros: propuestas por actores o directores de teatro.
Entre la contundencia del cuento y las posibilidades de extensión de la novela, ¿cuál encuentra más apropiada a la creación de conflictos, personajes y pactos con el lector?
Cada género tiene lo suyo. Una novela lo entretiene a uno durante un par de años y admite momentos de mayor o menor intensidad. El cuento se parece más al poema. Hundirme en un cuento me da mucha alegría.
¿Escribir exige una dosis de compromiso social?
No creo que sea un deber del artista tratar ciertos temas. A mí me aparecen ciertos asuntos porque han atravesado mi vida. De todos modos, lo que más me preocupa es la escritura misma, las formas. Creo que la política del arte consiste no tanto en hablar de ciertos asuntos sino de provocar un espacio de disenso, un espacio donde el receptor (en nuestro caso un lector) pueda ingresar, sacudir sus certezas en busca de una voz propia.
En relación con los miedos y las adversidades, ¿se escribe para comprenderlos y superarlos o solo es posible trasladarlos al papel una vez se tiene dominio sobre estos?
Creo que se escribe para comprender. Se escribe buscando un otro que nos comprenda. Se escribe sobre lo que no se sabe. Sobre todo, sobre lo que no se sabe acerca de uno mismo. En el proceso de creación, es muy importante no saber.
¿El dolor y la carencia son las mejores musas o se puede crear en literatura desde la felicidad y la plenitud?
No creo que sea necesario sufrir para crear. Hay obras espléndidas escritas desde el regocijo de vivir. Emily Dickinson, por ejemplo. Pero sí es necesaria la intensidad. Observar y observarse con intensidad para encontrar verdad en la belleza y belleza en la verdad.
¿Qué tan difícil fue para usted encontrar su voz como creadora? ¿Aún la busca?
Fue muy lento, sobre todo. Sentí que esa voz iba apareciendo cuando mediaban mis 30 años. Unos cinco años antes de comenzar a publicar. Si, todavía la busco en cada libro, porque cada escritura es distinta y única.
¿Qué cambia en el oficio tras encontrarse con el reconocimiento y los premios?
Cambia la cantidad de lectores, las invitaciones, las traducciones. En el oficio me parece que no se cambia, al menos yo he intentado que en mí eso no suceda.
En su opinión, ¿cuánto influyen la infancia y sus vivencias en las ficciones escritas por el adulto?
Mucho. Ahí está Rainer Maria Rilke, aconsejando al joven poeta que vaya a beber a la patria de la infancia.
Reconocimientos
María Teresa Andruetto ha publicado ensayos, el libro de cuentos Cacería, las novelas Tama, La mujer en cuestión, Lengua Madre y Los Manchados, y los poemarios Palabras al rescoldo (Argos, 1993), Pavese y otros poemas (Argos, 1998), Kodak (Argos, 2001), Beatriz (Argos, 2005), Pavese/Kodak (Ediciones del dock, 2008), Sueño Americano (Caballo negro, 2009) y Tendedero (CILC, 2010).
Tradujo del portugués la poesía de Marina Colasanti (Ruta de Colisión, Ediciones del Copista, 2004) y realizó la antología y entrevista a la poeta uruguaya Circe Maia, para La pesadora de perlas (Viento de fondo, 2013). Traducida a varias lenguas, fue finalista del Rómulo Gallegos y obtuvo, entre otros, el Premio Fondo Nacional de las Artes 2002; el Premio Hans Christian Andersen 2012; el Premio de Cultura 400 años, de la Universidad de Córdoba, y el Konex de Platino 2014.
Mayores informes:
Alejandro Gómez Valencia
Periodista Área de Información y Prensa EAFIT
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