Cuando Joël Dicker se sienta frente al computador portátil para redactar sus novelas no tiene un plan previo: No hay dibujos de mapas mentales con la estructura de la trama ni manuscritos con las características físicas e historia de los personajes. Solo él, el teclado, la pantalla y una buena idea que, luego de ser digitada, da paso a otra aún más reveladora.
De esa manera, este escritor suizo fue descubriendo el entramado de su novela policiaca La verdad sobre el caso Harry Quebert, la obra que lo lanzó a la fama, lo puso en las bibliotecas de unos tres millones de lectores, fue traducida a 32 idiomas y ganó el Gran Premio de Novela de la Academia Francesa.
El escritor suizo es uno de los invitados de Hay Festival Medellín, cuya programación -que tiene entrada gratuita- culmina este viernes 27 de enero con varios eventos, entre estos un conversatorio en EAFIT con la neuróloga irlandesa Suzanne O´Sullivan, quien hablará con Cristian Vargas Upegui sobre temas como enfermedades psicosomáticas, a las 5:30 p.m. en el auditorio 101 del bloque 38. La Universidad también albergará, a las 7:00 p.m. en la Plazoleta del Estudiante, el concierto de Crew Peligrosos, una agrupación que nació en el barrio Aranjuez y con mucha creatividad ha logrado evidenciar en escenarios nacionales e internacionales como el hip-hop es una ruta de escape a la violencia.
El proceso creativo fue uno de los temas de los que habló Joël Dicker en la entrevista que le hizo, este jueves 26 de enero en el Auditorio Fundadores de EAFIT, la periodista Ana Cristina Restrepo. El europeo reveló que "no hay un proceso previo de recolección de información para saber quién es cada personaje, pues yo mismo no lo sé. Los conozco a través de sus acciones. Si como autor debo tomar notas para saber cómo construirlos no puedo confiar en que los lectores podrán imaginarlos. Si no recuerdas quién es bueno o malo y quién hace esto o aquello no esperes una lectura amena".
Subestimar al lector no es una opción para este autor. Brindarle espacios y dar lugar a la imaginación de esa contraparte, a quien otorga el 50 por ciento del proceso creativo que determina el éxito de una novela, es fundamental a la hora de dar forma al argumento. En ese sentido, considera que entre menos información se ofrece al lector sobre el lugar en donde suceden los hechos, se le dan más oportunidades de crear su propia casa o su propia ciudad.
Al navegar sin mapas ni brújulas mientras va descubriendo sus propias historias hace que el escribir sea un proceso largo y difícil para Dicker, pero no conocer los hechos de antemano lo mantiene despierto e interesado en la creación. Eso facilita, en sus palabras, el despertar el interés en otras personas hacia las historias narradas en sus cuatro obras publicadas: El tigre (2005), Los últimos días de nuestros padres (2012), La verdad sobre el caso Harry Quebert (2012) y El Libro de los Baltimore (2015).
Los bloqueos creativos tampoco son problema para este escritor, en cuyo proceso de aprendizaje se cuentan estudios de Drama en Cours Florent, en París, y Derecho en la Universidad de Ginebra. Y es que su método de trabajo parece garantizarle un puñado de ideas nuevas durante cada sesión de escritura, aunque todo el tiempo se está preguntando acerca de si está haciendo bien las cosas y creando la trama adecuada.
Su reflexión es que "parte de la disciplina es superar los obstáculos y asegurarse de tomar buenas decisiones. Es normal vacilar un poco, pero yo nunca siento miedo. Al principio me daba ansiedad el no saber lidiar con las dudas, pero entendí que sólo era el instinto mostrándome el camino a seguir".
Vida y muerte
La relación con las palabras ha sido muy diferente para Kirsty Lang, periodista cultural y conductora radial para la BBC de Londres, cadena en la que ha desarrollado toda su carrera profesional, cuyos primeros años la llevaron a conocer el odio y la guerra en Berlín, Irlanda, Yugoslavia y Bosnia-Herzegovina.
Lang recuerda que cuando llegó a Bosnia “ya había visto una ciudad dividida por un muro y conocía comunidades que comenzaron a matarse luego de estar unidas por siglos. Por eso ya sabía cómo cubrir esos hechos. En esos días, eran dos años de entrenamiento en la BBC, en radio y televisión. Fueron meses en salones de clase y luego al campo. Mi verdadero entrenamiento fue en el proceso de paz de Irlanda".
Lang y su esposo, Misha Glenny, periodista especializado en crimen organizado, fueron invitados al Hay Festival Medellín, y EAFIT fue el escenario en el que esta comunicadora británica narró, este jueves 26 de enero, sus vivencias en el periodismo.
Tras adquirir experiencia en el cubrimiento de estos conflictos, la periodista pasó a presentar noticias internacionales y comenzó a extrañar el trabajo de campo, la reportería y el contacto con las comunidades, hasta un día en que le hicieron una petición que consideró insólita: Presentar un programa radial dedicado a temas culturales.
Ella no olvida ni su respuesta ni los argumentos usados para convencerla: "Dije que la cultura no era mi campo de experiencia, pero resaltaron mis conocimientos en arte, pues mi madre es pintora, y el hecho de ser tan buena lectora. Luego pensé que era demasiado bueno para ser cierto, pues iban a pagarme por leer, ver obras de teatro y pinturas y no me relacionaría con noticias tristes ni vería a nadie morir. Finalmente acepté".
Al ser preguntada sobre la dificultad al pasar de cubrir conflictos en otros países a hablar sobre el arte local, Lang responde que finalmente se trata de visiones del mundo y situaciones que reflejan la vida desde distintas aristas.
"Si eres periodista eres un contador de historias y debes saber contarlas de cualquier tipo. La responsabilidad del periodismo es mostrar que hay otras maneras y formas de vivir y, en el caso del arte, contar la manera en la que este ha transformado vidas".
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Alejandro Gómez Valencia
Periodista Área de Información y Prensa EAFIT
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