En la última década, uno de los más tradicional símbolos de estatus de las sociedades modernas, el automóvil, ha generado un número interesante de debates ambientalistas, discusión que también se ha extendido a las universidades, espacios donde son muchas las voces que reclaman, con diversas investigaciones de por medio, por una tecnología más limpia.
Con este antecedente de por medio, y con la realización hoy viernes 3 de septiembre del segundo Segundo Simposio Internacional de Ingeniería de Diseño de Producto (organizado por la Universidad EAFIT y que se celebra en el Auditorio Himerio Pérez López de las Empresas Públicas de Medellín entre las 8:00 a.m. y las 6:30 p.m.), se cuenta con un escenario propicio para ahondar en un asunto que se encuentra en la agenda de la mayoría de gobiernos del mundo.
Y para hablar de este tema llegó a Medellín el ingeniero eléctrico Ferdinando Luigi Mapelli, quien junto a un grupo notable de conferencistas internacionales hablará de movilidad eléctrica, su impacto, aspectos técnicos y componentes.
Mapelli ha enfocado su trabajo hacia las investigaciones con automóviles híbridos y eléctricos, y su viabilidad en la vida cotidiana. Este profesor del Politécnico di Milano se refirió a un tema que aunque muchos creen utópico no está lejano.
- ¿Cuáles son las ventajas y desventajas que ofrecen este tipo de vehículos?
El carro eléctrico no contamina, no genera ruido y además es eficiente. Puede recuperar su energía cuando frena o desciende por una pendiente. Su limitado rango de acción puede ser una de las mayores desventajas, ya que después de 120 a 140 kilómetros recorridos, el usuario debe detenerse y cargarlo de una toma de corriente.
Si bien su costo puede superar, e incluso duplicar el valor de un automóvil convencional, al tratarse de un vehículo no contaminante, el Estado es el responsable de generar otros incentivos que motiven a su uso, como la reducción de impuestos de circulación, seguros, peajes y parqueaderos. Estas son algunas de las medidas que se están implementando en Europa.
- ¿Cómo funciona un carro híbrido y sería más fácil su inserción en el mercado?
El carro híbrido cuenta con dos motores, uno eléctrico y otro mecánico, que el conductor puede alternar para ahorrar gasolina y disminuir la contaminación. El nivel de polución no disminuye completamente a cero, pero al menos es una iniciativa comprometida con el medio ambiente.
Al ser un vehículo autónomo, el carro híbrido puede entrar más fácilmente en el mercado, ya que no tiene la limitación de la recarga eléctrica y su costo puede llegar a ser más o menos similar al del auto tradicional. En Europa, cerca de un millón de personas ya hacen uso de este sistema y algunas empresas automotrices como Toyota, Honda y Chevrolet los fabrican desde hace varios años.
- ¿Qué tan lejos se encuentra la sociedad mundial para la masificación total de los carros eléctricos?, ¿seguirán siendo una utopía?
Este tipo de tecnología no es algo nuevo, lo verdaderamente innovador es su aplicación a la movilidad. Lo que se realiza hasta el momento son experimentos y el mercado es el ente que se encargará de dar la última palabra y confirmar si efectivamente está funcionando.
En la actualidad, hay menos del uno por ciento de carros eléctricos en Europa y se cree que en cinco años la cifra podrá aumentar al dos por ciento, mientras que un 12 por ciento de la población hará uso de los vehículos híbridos. Pero esto es simplemente una previsión.
El carácter amigable de estos carros debe ir de la mano con las empresas que los fabrican, porque si se continúa trabajando con energía eléctrica a partir de carbono, estarían contaminando de igual manera que el tradicional. Es necesario, entonces, que cada país cree sus propias iniciativas e incentivos y, hasta ahora, Alemania, Francia, Inglaterra, España y los países escandinavos los están haciendo muy bien.
- ¿Cuál es la situación que se vive en Europa en materia de movilidad eléctrica?
Actualmente la Unión Europea está subsidiando a los Estados para que realicen desarrollos en este tema, y aunque el mercado para los carros híbridos y eléctricos no se puede generar de forma natural, existe mucho interés y compromiso por parte de los gobiernos para apoyar a las empresas que los fabrican y crear la estructura física necesaria para mantenerlos.
Todavía no estoy muy familiarizado sobre cómo se maneja esta situación en Latinoamérica, sin embargo estoy empezando a conocer los casos específicos de Colombia y de EAFIT, a través de este tipo de encuentros.
- ¿Cuál es el compromiso que adquieren las universidades e instituciones de educación con respecto al trabajo de sensibilización?
Definitivamente un carro eléctrico no es tan lujoso como un auto deportivo o de carreras y por eso se debe hacer un gran trabajo de sensibilización a través de las políticas, leyes y medios de comunicación. Por ejemplo, Milán, la ciudad donde vivo, adoptó como medida que los carros convencionales deben pagar peajes para entrar al centro, mientras que los eléctricos no.
Las universidades, por otro lado, son el lugar para la cultura, donde los jóvenes aprenden tecnologías y crean nuevas mentalidades para el futuro. De esta manera estoy seguro de que los estudiantes podrán ayudar a que el carro deje de ser percibido como un símbolo de estatus y sea visto como una herramienta menos contaminante.
- EAFIT es la única universidad de Colombia que cuenta con un pregrado en Ingeniería de Diseño de Producto, ¿ha tenido la oportunidad de acercarse a las iniciativas en movilidad eléctrica que estudiantes y docentes adelantan desde este programa académico?
Por algunos contactos que tengo con profesores de EAFIT, ya conocía las actividades que se adelantaban desde la Universidad, pero ahora puedo acercarme en detalle a algunos de esos proyectos.
Incluso, un día antes de este Simposio, participé de un seminario dirigido a estudiantes de Ingeniería Mecánica e Ingeniería de Diseño de Producto, donde discutimos sobre las ventajas y desventajas de un carro eléctrico, las experiencias del Politécnico de Milán en esta área y la importancia de implementar una cultura para su uso.