Así, mientras las ventas totales al exterior contabilizaron USD 3.071 millones equivalente a una expansión del 1.5% anual en relación con agosto de 2016 (USD 3.027 millones), las exportaciones no tradicionales apenas lo hicieron en USD1.286 millones frente a los USD 1.301 millones registrados un año atrás, tal cual se puede observar en el cuadro 1. Dentro de esta agridulce noticia en materia de exportaciones, importa resaltar el repunte de las exportaciones tradicionales con un 3.4% anual; en esta rama exportadora es igualmente destacable el crecimiento en 10.1% de las exportaciones de petróleo (USD 958.7 millones), luego de varios meses de variaciones negativas. Pero sin duda alguna la mejor noticia del rebrote de este tipo de exportaciones lo registra el ferroníquel (75.1%) seguido por el café (23.3%).
Por su parte en julio de 2017 las
importaciones alcanzaron los USD 3.750,2 millones con un crecimiento del 11.8%
hecho que, desde la perspectiva de la demanda interna, estaría indicando la recuperación de dicha demanda. Otro asunto de
resonancia tiene que ver con que la mayor participación de las importaciones de
julio estuvo a cargo de las importaciones de bienes de capital (13%), seguida
de materias primas (12.2%) con lo que se podría manifestar que la confianza
empresarial se estaría recuperando a pesar de los débiles resultados que ha
presentado la actividad productiva en el transcurso del año. Expectativa
parecida se podría argumentar desde la perspectiva de la confianza del
consumidor, si se tiene en cuenta que las compras de bienes de consumo al resto
del mundo se expandieron en 9.6% como se evidencia en la cuadro 2.
Así las cosas a julio de 2017, la
balanza comercial registró un déficit de USD -4.869,1 millones (USD 20.524
millones por exportaciones frente a USD 25.393 millones por importaciones) con
una notable reducción del -30,8% en relación con el que se tuvo el año
inmediatamente anterior (USD -7.037,4 millones resultado de USD 16.726 millones
por exportaciones frente a USD 23.763 millones por importaciones),
reencontrándose con la tendencia de ajuste que se viene registrando desde unos
meses atrás, cuando la reducción de este déficit se había hecho en un -15.6%
entre los saldos acumulados de la balanza comercial a julio del 2015 y julio
del 2016.
Ahora bien, en relación con los
posibles causales del comportamiento que se observa en los componentes de la
balanza comercial entre los meses de en consideración, habría que entrar a
considerar en primer lugar la
recuperación que viene presentando el precio del petróleo ante el mejor desempeño
de la demanda externa del crudo hecho atribuible a que China no ha registrado
la caída en el ritmo de crecimiento económico que inicialmente se esperaba,
además del impacto en el precio del crudo que ha tenido la restricción en la
oferta del crudo acordada a finales del año anterior por parte de la OPEP,
acuerdo que va en la dirección de reducir su extracción en cerca de 1,8
millones de barriles por día durante el primer semestre del 2017 con
posibilidades de extenderlo para la segunda parte del año y hasta el primer
trimestre de 2018.
Como sería de esperarse en el
caso colombiano, el impacto decreciente sobre la tasa de cambio y con ello la
expectativa del mantenimiento del ritmo importador que se viene observando
desde el mes de mayo, el que también es atribuible a la recuperación en la
demanda interna pues, al parecer, la tendencia desaceleradora de la economía
colombiana pudo haber llegado a su final al promediar el presente año, no se
hizo esperar. Desde luego que el efecto contrario de la tendencia cambiaria que
se viene presentando sobre las exportaciones desde que se visualiza la
recuperación en el precio del petróleo, también era de suponerse. En efecto las
exportaciones no tradicionales registraron una contracción en su crecimiento en
el mes de agosto tal como se mencionó con anterioridad, hecho que da por pensar
su gran sensibilidad a la tasa de cambio sobre todo cuando esta presenta una
tendencia descendente pues cuando la tendencia del precio de la divisa ha sido
depreciativa su repunte no ha sido el anhelado, comportamiento que lleva a
considerar que las exportaciones no tradicionales del país son más sensibles a
factores relacionados con las condiciones de producción.
Resumiendo, la continuidad del
ajuste que se viene presentando en la economía colombiana luego del auge
petrolero que la caracterizó, pareciera tener más fuerza por el lado del sector
externo, particularmente por el lado de la balanza comercial, componente de la
cuenta corriente que había venido reduciendo su déficit y que ha sido uno de
los factores que ha explicado igual tendencia en la cuenta corriente de la
balanza de pagos del país. Lo preocupante ahora, es que el repunte exportador
de los bienes no tradicionales que se observó hace unos dos meses no se ha mantenido
en el nuevo escenario cambiario, hecho que vuelve a colocar en tela de juicio
la baja productividad de las exportaciones no tradicionales del país, diagnóstico
más consecuente con los altos costos en materias de transporte, laboral y de
insumos energéticos, que con la volatilidad propia de un régimen cambiario de
mayor flexibilidad.
Humberto Franco González | Profesor Departamento de Economía
hfranco@eafit.edu.co