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“La universidad es el lugar propicio para la conversación entre ciencia y cultura”

 Hoy, a la Universidad se le entiende conectada con la investigación científica y la divulgación del conocimiento.
Lee esta interesante entrevista a Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT.


Juan Gonzalo Betancur, Editor Revista Universidad EAFIT




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10 de septiembre de 2020 | REVISTA UNIVERSIDAD EAFIT - CREACIÓN, CULTURA Y ARTE

A Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT, le gusta el origen etimológico de la palabra “cultura” por la relación que tiene con el mundo universitario: viene del latín cultus que significa cultivo o cultivado.

“La cultura es el cultivo de la inteligencia y del espíritu humano. Y el espacio donde se hace es, ante todo, la universidad. La sociedad le encargó a ese espacio llamado universidad el cultivo de la inteligencia en todas sus manifestaciones”, explica. Por eso, asegura que hay una conexión inseparable entre cultura y universidad, y que en una institución como  EAFIT  se  materializa  con  un  abanico de actividades tan amplio y numeroso que no pasa un día en que no haya varias de ellas, desde eventos académicos  hasta  presentaciones  artísticas.

En un año como 2020, marcado por la contingencia de la pandemia del COVID-19, el desafío ha sido continuar con esa dinámica de manera remota utilizando las  tecnologías de la información, cosa que se ha venido haciendo con la presentación de conferencias, ciclos de cursos, conciertos de la Orquesta Sinfónica EAFIT e, incluso, lectura de cuentos por parte de los autores que fueron publicados por la Editorial EAFIT.

“Hoy la red nos permite ser no solamente un epicentro local, como nos jactamos de ser, sino que la virtualidad nos da la oportunidad de tener esa presencia mayor. Ya no nos estamos refiriendo a un público local, sino a uno más universal”, precisa el Rector.

Pero el asunto va más allá, tiene que ver con el sentido de lo cultural y su imbricación con todas las ciencias. En la siguiente entrevista, el rector Juan Luis Mejía Arango explica el soporte conceptual que guía la política cultural de la Universidad EAFIT y su enlace con los procesos de descubrimiento y creación.


¿Cuál es la filosofía que ha orientado el trabajo de la Universidad EAFIT en el campo cultural y que la ha convertido en un epicentro cultural?

“Hay que entender la cultura en un sentido muy amplio. Me preocupa que se ha segmentado la palabra ‘cultura’ solo a las expresiones de las bellas artes cuando ella es una representación de todas las manifestaciones del ser humano. En ese sentido, la ciencia, por ejemplo, hace parte de la cultura. Una  escuela teológica que me encanta dice que Dios dejó inconclusa la Creación para que el Hombre la continuara y que por eso le dio el don de crear. Considero que ese es el gran deber del ser humano: complementar la Creación de una manera permanente y positiva.

La universidad, a lo largo de los 800 años que tiene este concepto, ha sido ante todo un epicentro de cultura, el lugar desde donde se irradian la inteligencia, la ciencia y las expresiones del pensamiento. Una educación pensada solo  como  un  engranaje  más  del  sistema  productivo  empobrece la idea de universidad.

Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT. Foto: Róbinson Henao

Por eso insistimos en que la universidad debe ser una experiencia plena de vida en la que, obviamente, brindamos todas las competencias para un ser profesional, pero que no se limita solo a eso: ante todo, damos las oportunidades para despertar las potencialidades del ser humano, tanto como creador como receptor de cultura.

Porque ahí aparece otro error y es que creemos que la cultura es únicamente para los creadores y no es así: ellos son unos pocos elegidos de la sociedad, pero los ciudadanos del común son quienes disfrutan de la cultura y eso también hay que cultivarlo. La institución universitaria no solo debe despertar las potencialidades creativas, también aquellas para disfrutar todo eso que nos engrandece como humanos.

¡Qué triste será terminar la vida sin haber disfrutado de aquello que las más brillantes mentes nos han dado en el campo de la música, la literatura, la filosofía, la poesía...! Esa es una posibilidad que también ofrece la universidad: entrar en contacto con las mentes más validosas de la existencia humana”.


Si conectemos esto con las ideas de descubrimiento y creación que está manejando EAFIT y que implican, por ejemplo, ampliar la presentación de resultados de investigaciones por medio de expresiones ligadas al arte, estamos hablando también de un cambio de paradigma en la generación y en la difusión del conocimiento.

“Eso lo resumo con un ejemplo: Einstein era un gran violinista. Yo no comprendo a un científico que no lea literatura, como tampoco comprendo a un literato que deseche la ciencia. En esto último sigo a Antonio Muñoz Molina, quien cuestiona que la literatura ha dejado a un lado la ciencia.

El ser humano, cuando se siente insatisfecho, decide recrear o reinterpretar la naturaleza y de ahí nacen la ciencia y el arte. Cuando estamos insatisfechos con lo que sabemos a través de la ciencia, buscamos seguir descifrando los misterios del Universo a través de la creación artística.

La universidad es el lugar propicicio para la conversación entre ciencia y cultura, es donde ese diálogo se da de una manera fructífera. Lo que sale de ahí es mucha más humanidad y sentido del ser humano.Y existe otra dimensión importante que es la protección de la memoria. Si lo generado por la Humanidad no logra fundarse en las raíces profundas de la memoria colectiva, la universidad tiene el deber de hacerlo, tiene igualmente una responsabilidad con la memoria.

Si nosotros no le legamos a las futuras generaciones todo lo que hemos construido a través de nuestra historia, ellas crecerán sin comprender lo que han sido como colectivo.

Una de las enfermedades que más me impacta es el Alzheimer porque veo en muchos casos a una persona físicamente bien, pero perdida en el espacio y el tiempo. Y hago ese símil con la sociedad: un grupo humano que deja de tener sus referentes en el tiempo y el espacio se pierde en su historia.Por eso mi obsesión con nuestra Sala Patrimonial; quiero que nuestra universidad sea un epicentro de memoria.

No tenemos los recursos para dedicarnos a todas las áreas del patrimonio, pero sí al patrimonio manuscrito e impreso de nuestra región. Ese es uno de los legados que vamos a dejar en EAFIT”.



“Hay que inundar de contenidos de las Humanidades a las Ciencias, así como de Ciencias a las Humanidades”. Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT.






En momentos como el actual, cuando las Humanidades están siendo cuestionadas por personas e instituciones que pretenden negarlas o restarles peso en la formación profesional, ¿qué valor tiene fortalecer los campos del saber que las Humanidades agrupan?

“Es un deber de todos los universitarios defender la idea de universidad como universalidad. Hoy han aparecido incluso otras ideas igualmente complejas, como que la universidad puede ser reemplazada por cursos que capacitan a las personas en dos meses y por cien dólares.

¿La situación de esta pandemia la va a resolver gente capacitada durante dos meses en un curso virtual? ¿O son los grandes científicos formados en centros de investigación los que van a dar las respuestas? ¿Uno se sometería a una cirugía de corazón abierto con alguien que se capacitó dos meses en internet? ¿Se le entregaría la construcción de un túnel a alguien capacitado en esa clase de cursos? ¿O se estaría tranquilo con una sucesión familiar que adelanta un abogado que se formó de esa manera?

Esas erosiones en la idea de universidad me preocupan muchísimo y es un deber de todos nosotros defender la noción de universidad que ha perdurado. Obviamente esos cursos son un complemento en la formación profesional. Nuestra universidad tendrá que entrar en ese tema, pero como lo que son: un complemento del modelo de universidad, no como un sustituto de ella”.

Cómo luchar contra algo que usted ha cuestionado mucho: que los ránquines y sistemas de clasificación de las universidades no consideren la dimensión cultural para darle puntaje en un proceso de acreditación y otorgar el reconocimiento a lo que se hace en ese campo.

A veces parecería que los enemigos están dentro del propio sistema universitario.

“Esa ha sido una lucha que hemos dado desde hace tiempo porque tanto las acreditaciones como los ránquines han reducido la idea de universidad solo a producción científica.

Hemos logrado que en la última reglamentación del Consejo Nacional de Acreditación se incorporara la producción cultural como parte de la acreditación.

Dimensiones de la cultura en la Universidad EAFIT

  • Preservación de la memoria
  • Fomento a la creatividad
  • Diseminación de actividades artísticas
  • Relacionamiento con otras instituciones
  • Promoción de la cultura ciudadana

Siempre me he quejado de eso: para EAFIT tener un orgullo como su Orquesta Sinfónica, su Editorial o una Sala Patrimonial no le significan ni un solo punto en su acreditación. Por fortuna tenemos un Consejo Superior que entiende todo eso, pero podríamos tener uno que algún día diga que es mejor invertir en aquello por lo que nos miden... Qué pobre sería la sociedad el día que pase eso”.

Un convenio suscrito entre EAFIT y la empresa Terrasos permitirá monitorear el segundo banco de hábitat en Colombia: el bosque seco tropical de 647 hectáreas ubicado en los municipios de Titiribí y Armenia, en Antioquia. Un acto cultural acompañó la presentación de la iniciativa.
Foto: Róbinson Henao

¿Cómo ve el futuro de la relación entre descubrimiento y creación en EAFIT?

“Creo que nos va a potenciar mucho porque estamos en la defensa de este concepto de universidad que he expuesto, juntar esas dos áreas que hacen parte de ese solo corpus de las potencialidades creativas del ser humano, unos hacia la ciencia y otros hacia la cultura o la creatividad en las artes y las letras.

Es deber de la universidad, como gran lugar de la conversación, como gran campus de cultivo de la inteligencia humana, poner a dialogar a ambos. De ahí solo pueden salir cosas buenas”.

Tratar de fusionar con mayor fuerza estas ideas, ¿implicará cambios en los programas curriculares de pregrados, maestrías y doctorados?

“Más que cambios se requiere la integración de áreas. No me gusta mucho la palabra ‘transversalidad’, pero hay que inyectar, inundar de contenidos de las Humanidades a las Ciencias, así como de Ciencias a las Humanidades.

Es el gran reto que tenemos, cómo permear ambos mundos, cómo retroalimentarlos para que los dos germinen. Ese es verdaderamente el sentido de universidad como universalidad”.

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