Asesores del taller ¿Cómo inventamos a partir de la naturaleza?
Alexander Ossa era el coordinador del Laboratorio de Materiales de la Universidad EAFIT cuando recibió la noticia. Casi 5 años atrás se había graduado como ingeniero mecánico de la Universidad Pontificia Bolivariana. En medio del trabajo, ingresó a un grupo de discusión en línea sobre materiales. Este medio, por el que conversaba con otros docentes de varias partes del mundo, resultó ser el canal para conocer la oportunidad.
Corría entonces el año 2001 y ser el elegido para cursar la beca doctoral del Nottingham Asphalt Research Consortium (NARC) para estudiar en Cambridge parecía poco probable. Aún así se presentó, y varios meses después estaba en la Universidad de Cambridge, en Inglaterra, estudiando un doctorado en Materiales Compuestos Particulados.
Un buen ejemplo es el caparazón de una tortuga. Esta protección natural es el resultado de millones de años de evolución, un escudo inteligente: es más duro por fuera porque tiene que resistir muchos esfuerzos, pero poroso por dentro para ser más liviano.
Alexander Ossa lleva varios años trabajando con la biomimética, y de hecho, fue el soporte principal para la propuesta que armó, junto con el Grupo de Investigación en Materiales de Ingeniería (GME) de la Universidad EAFIT, para ganar la convocatoria Por una Antioquia sin MAP –Minas AntiPersona-, de la Gobernación de Antioquia en el año 2011.
La propuesta que plantearon fue el proyecto PANEB (Protección Antiexplosivos Biomimética), y los resultados fueron más que positivos: ganaron la convocatoria. El primer desarrollo de PANEB fue un chaleco bioinspirado en escamas de pescado, capaz de distribuir la fuerza de un impacto entre las múltiples piezas que lo componen, reduciendo así la energía de los proyectiles.
A este primer diseño lo siguió un traje antiexplosivos completo y unas sobrebotas para forrar los zapatos con la intención de minimizar el daño recibido sobre las extremidades al explotar una mina antipersona, o unas plantillas, con el mismo objetivo.
También diseñaron una manta para contener explosiones, inspirada en dos animales: el armadillo, con su caparazón, y el arapaima, mejor conocido como pirarucú, con sus escamas protectoras. Actualmente, estos desarrollos están siendo utilizados, son comercializables y están en proceso de patente.
¿Cómo Alexander pasó de estudiar asfaltos a observar animales? Él explica el aparente cambio en dos puntos. El primero es que estos temas mantienen una estrecha relación por la importancia que tiene, en ambos casos, el estudio del comportamiento de los materiales ante las fuerzas aplicadas sobre ellos.
El segundo, tiene que ver con la motivación de investigar, a fin de cuentas, lo único que se necesita, según el profesor Ossa, es que "le guste el cuento", y citando a Thomas Alva Edison afirma que: "El genio es 1% inspiración y 99% transpiración".