Un nuevo dispositivo biomédico que beneficia y mejora la calidad de vida de pacientes con afectación en la articulación mandibular, creado por ingenieros de EAFIT y médicos cirujanos de la Universidad CES integrantes del Grupo de Investigación en Bioingeniería (GIB), recibió el 25 de noviembre una patente por invención de la Superintendencia de Industria y Comercio de Colombia (SIC).
El Dispositivo implantable de una articulación temporomandibular, título del invento con Resolución 66394, se convierte en el registro de propiedad intelectual número 52 que recibe el ecosistema de investigación de EAFIT, y uno de los nuevos productos de la marca Smartbone, una spin off colombiana dedicada al diseño de dispositivos biomédicos e implantes cráneo-maxilofaciales hechos a la medida de los pacientes, con el uso de materiales biocompatibles y tecnología de impresión tridimensional.
Los creadores de este dispositivo son Santiago Alberto Correa Vélez y Juan Felipe Isaza Saldarriaga, expertos en ingeniería y profesores del Departamento de Ingeniería de Diseño de Producto de EAFIT; y los doctores Pablo Emilio Correa Echeverri y José Serafín Domínguez Mejía, expertos en ciencias biomédicas y cirugía maxilofacial de la Universidad CES.
"El dispositivo es una prótesis total de la articulación temporomandibular. Es decir, de la mandíbula con el cráneo. Se utiliza en pacientes que han sufrido trauma, resección de tumores o que presentan degeneramiento de la articulación. La innovación consiste en un diseño que permite realizar movimientos de lateralidad de la mandíbula, lo que no tienen las prótesis utilizadas en la actualidad. Adicionalmente, permite el cambio de la superficie articular sin afectar el resto de la prótesis, constituyendo una ventaja importante sobre otros dispositivos", explica Pablo Emilio Correa, docente e investigador del CES, quien operó al primer paciente para uso de este dispositivo médico.
Para los científicos pertenecientes a este grupo de investigación, a través del estudio conjunto entre ambas universidades se ha logrado avanzar en el desarrollo de nuevos productos y patentes que dan solución a problemas médicos, como este dispositivo que está basado en tecnología de punta al alcance de la ciencia local.
“Uno de los diferenciadores de nuestro desarrollo es que es hecho a la medida del paciente. Hay un concepto de diseño muy definido, o sea, el ajuste de las diferentes partes de la prótesis se basa en la anatomía que la obtenemos a partir del procesamiento de sus imágenes médicas, por ejemplo, una tomografía computarizada”, dice el eafitense Juan Felipe Isaza, magíster en ingeniería e investigador de GIB desde el año 2002.
Santiago Correa, coordinador de este grupo de investigación, destaca la trayectoria de los expertos en bioingeniería y el área de la salud que comenzaron varios de sus desarrollos tecnológicos hace más de 20 años con la creación de este equipo académico interdisciplinario.
“Simular el movimiento mandibular es desafiante. Entonces el reto era que este diseño pudiera reproducir los movimientos mandibulares de la manera más precisa posible. EAFIT y CES tienen una larga tradición de trabajo interdisciplinario. Tenemos múltiples patentes conjuntas y siempre ha habido una especia de sinergia entre los especialistas del área de la salud y los bioingenieros para lograr dispositivos como este. Es un trabajo de muchos años para poder concebir estos avances”, resalta el ingeniero eafitense.
Desarrollos tecnológicos de vanguardia
El Grupo de Investigación en Bioingeniería, fundado en el año 1997 como una iniciativa entre ambas universidades para el avance científico relacionado al diseño de dispositivos médicos y odontológicos, es una línea de investigación que actualmente cuenta con una larga trayectoria científica.
En esta iniciativa se combinan las fortalezas del CES en el campo de la medicina, y de EAFIT en bioingeniería. Para la Dirección de Innovación y Transferencia de Tecnología de la Universidad, con estos avances que se gestan desde los grupos de investigación se consolida el portafolio de tecnologías y se propician procesos de transferencia del conocimiento al medio local y la sociedad.
Ese objetivo se refleja en el promedio de patentes (52) que tiene la Universidad acorde con la cantidad de grupos de investigación que posee (44), lo que representa una producción de 1,18 patentes por grupo.
"Lo que finalmente se espera es que los resultados de las investigaciones que hacemos en EAFIT logren el impacto transformador en la sociedad, a través de la transferencia tecnológica. Y que hagamos girar el círculo virtuoso del conocimiento donde generamos ingresos a partir de estas tecnologías que permitan apalancar nuevas investigaciones", señala Sara Hernández Hernández, jefa de Transferencia de Tecnología en la Dirección de Innovación.
Parte del trabajo de esta área, precisamente, es la gestión de la propiedad intelectual y acompañar los procesos de alistamiento tecnológico, es decir, las validaciones técnicas, certificaciones y cumplimiento normativo de las invenciones. Además, el alistamiento comercial con la estructuración del modelo de negocio.
“Diría que cada vez estamos diseñando cosas mejores. Y esto es algo que requiere cierta curva de aprendizaje, pues la idea es que se puedan diseñar más dispositivos a futuro, seguir creando procedimientos, técnicas y equipos”, concluye José Domínguez, experto en ciencias biomédicas del CES y uno de los inventores del dispositivo.
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Alejandro Gómez Valencia
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