El impacto de la transformación digital en los procesos productivos y la gestión organizacional en los entornos virtuales, en medio de la actual convergencia tecnológica impulsada por la cuarta revolución industrial, es uno de los principales desafíos que enfrentan las organizaciones empresariales, en particular en tiempos de trabajo remoto. ¿Qué es el liderazgo compartido y por qué puede ser una respuesta a ese reto?
Resolver esa inquietud tiene relevancia en tiempos donde la transformación digital, las industrias 4.0 y el covid-19 han implicado que muchos procesos organizacionales se realicen mediante modelos de trabajo colaborativo y a distancia, convirtiendo en un desafío para las empresas el liderazgo a través de los medios tecnológicos.
Mariano Gentilin, profesor del Departamento de Organización y Gerencia de EAFIT, quien ha adelantado investigaciones acerca del liderazgo en entornos de trabajo virtual y sus factores organizacionales, manifiesta que en el actual contexto de transformación digital y cultural es necesario la creación de modelos de liderazgo que se involucren más con el trabajo colaborativo, pues, como arquitectos organizacionales, este aspecto tiene que ver con la capacidad de influenciar en el nivel individual y grupal para alcanzar las metas trazadas por las organizaciones.
“En entornos de trabajo virtual, de acuerdo con la literatura, entre los liderazgos más propicios se destacan el liderazgo compartido o distribuido. En definitiva lo que se dice es que cuando existe gran interdependencia entre las tareas, cuando tenemos líderes enfocados al desarrollo de los equipos y entendemos que quienes realizan las labores de trabajo son mejores para mejorarlo, eso significa un estilo de liderazgo que se pone muy a nivel del resto del equipo”, dice el profesor Mariano, doctor en Estudios Organizacionales de la Universidad Autónoma Metropolitana (México).
Según este experto, el liderazgo requiere de un nuevo concepto en Latinoamérica que ayude a superar la concepción tradicional que entendía al líder como un todo poderoso e infalible. Por esta razón recomienda trabajar con base en la buena comunicación y la confianza, con el fin de que eso pueda descomprimir las actividades bajo un estilo más humano, vulnerable, solidario e integral que se caracterice por la empatía y el trabajo en equipo.
Este estilo de liderazgo, señala el investigador eafitense, debe estar basado en metas y protocolos de funcionamiento claros, de tal forma que esto no atente contra el desempeño del equipo y la autonomía que se requiere para las labores. Trabajar con vocación de servicios, con flexibilidad y grados de descentralización y empoderamiento, son también parte de los desafíos en términos de liderazgo y comunicación para las organizaciones.
“Cuando una organización está pensando en los entornos virtuales es una buena excusa para repensar la forma, es decir, cómo la organización se está organizando. En ese orden de ideas, llevado al campo del liderazgo, aquí se requieren estilos de liderazgo compartido o distribuido donde no necesariamente el líder sea igual a jefe tomador de decisiones”, comenta Mariano Gentilin.
El liderazgo se desarrolla de acuerdo con el dinamismo del ecosistema interdependiente de las mismas organizaciones y busca estar a tono con el ecosistema social. En este momento particular de la historia que han denominado la revolución 4.0, relacionado con los cambios tecnológicos pero también con la transformación de la cultura en las organizaciones, la formación de líderes que motiven la apropiación de las nuevas tecnologías es parte también de los retos.
El liderazgo compartido
El estilo de liderazgo deseado en el contexto actual de los entornos virtuales, dada la alta complejidad e incertidumbre que se presenta ante la convergencia tecnológica, además, profundizada por la emergencia sanitaria del covid-19, exige una reinvención en los integrantes de las organizaciones.
Este proceso implica un sistema de reconocimiento que estimule el trabajo en equipo, la promoción de la creatividad o innovación, la creación de confianza e intercambio de conocimiento, la autorregulación y evaluación del desempeño, además, hacer una renuncia respecto a políticas y procesos establecidos.
“Los seres humanos por naturaleza somos falibles, por tanto si usted ejerce liderazgo y comprende esto le va a ir mucho mejor. Estamos limitados en espacio y tiempo, no tenemos capacidades absolutas para decir que podemos hacer de todo. Es ahí que el énfasis es la condición humana de quien ejerce el liderazgo en una época que ninguno tenía planeada”, comenta Alexander Garzón Lasso, profesor del Departamento de Organización y Gerencia de la Universidad.
Para alcanzar esta forma de liderazgo, dicen los analistas, hay que tener un nivel de apertura del equipo para asumir los roles dentro de la organización y promover prácticas que estimulen la diversidad de pensamientos. Este proceso debe acompañarse de pilares fundamentales como la comunicación clara y la confianza, dos características importantes para los esquemas virtuales.
“Hablar de las características de la virtualidad en este contexto de la revolución 4.0 con los desafíos que esto supone, de alguna u otra manera nos lleva a hablar de que no solamente estas características de liderazgo se adecuan a contextos virtuales, sino que se hacen propicias en un contexto caracterizado por la volatilidad, la incertidumbre y la complejidad de las organizaciones”, dice Mariano Gentilin.
“El liderazgo es uno de los fenómenos que tiene real importancia en estos sistemas de trabajo virtual, principalmente, porque el estilo de gestión que se debe promover, o sea, la forma en que esos equipos de trabajo se van a dinamizar, debe ser diferente a cómo se organiza un organismo de tipo tradicional”, concluye el experto académico.
Cómo promover una buena comunicación dentro del equipo virtual:
• Uso adecuado de las tecnologías disponibles.
• Encuentros cara a cara.
• Propiciar participación mediante preguntas.
• Rutinas y procedimientos de comunicación.
• Generar sensación de proximidad.
• Lenguaje inclusivo, respetuoso, directo y simple.
• Comunicación en doble vía (validar el entendimiento).
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Alejandro Gómez Valencia
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