EAFIT aporta su grano de arena contra la erosión costera en Urabá
El Departamento de Ciencias de la Tierra de EAFIT, en asocio con Corpourabá, adelanta obras para mitigar la erosión marina en el golfo de Urabá.
La iniciativa incluye un componente de formación a las comunidades y de proyectos investigativos con niños de la región.

El marya está a punto de comerse la plaza de Zapata, corregimiento de Necoclí, en el Urabá antioqueño, y la playa sigue retrocediendo. De hecho, sus habitantescuentan que el nombre del poblado se debe a que las olas ya habían tumbado en el pasado la casa de la familia Zapata, sitio común de reunión y fiesta nocturna.
Y esa es solo la punta del iceberg: a 91 kilómetros de Zapata, en el municipio de Turbo, el avance de la pleamar hace pensar en la pérdida de la capitanía del puerto y la reubicación del aeropuerto. Frente a tales fenómenos, cuyas consecuencias sociales y económicas le están pasando factura a las comunidades costeras del golfo de Urabá, el Departamento de Ciencias de la Tierra de EAFIT, en asocio con Corpourabá, adelantaron allí investigaciones científicas para fomentar la generación y adquisición de conocimientos acerca del contexto geológico y ambiental del golfo.
Estos sirvieron como punto de partida para el diseño e implementación de celdas experimentales, construidas con material rocoso de alta densidad, apilado de forma paralela a la línea de costa para no interrumpir el paso de la arena y retener los sedimentos que permiten conservar parte de la estabilidad del terreno y fortalecer, de paso, los ecosistemas costeros.
Miguel Ángel Tavera Escobar, investigador de EAFIT en el área de erosión costera, señala que "el Urabá antioqueño es una zona golpeada por problemas sociales que se reflejan en la calidad de vida de las personas y en la forma en la que estas suplen sus necesidades. Eso incide, finalmente, en el hábitat. Por ejemplo, frente a la escasez de recursos para construir, muchas familias sacan arena del mar para hacer sus hogares, lo que desajusta los sedimentos y genera erosión cuando el agua no encuentra material para arrastrar y golpea directamente los acantilados y las casas".
El investigador llama la atención sobre otros fenómenos como la falta de sistemas de acueducto y alcantarillado en muchos municipios de la región, un problema que deriva en una red rudimentaria de tuberías que llevan los desechos directamente al mar. Esto aumenta los niveles de contaminación, genera daños en los acantilados e incrementa la erosión.
Los daños producidos por la erosión marina son, en palabras de Iván Darío Correa Arango, docente del Departamento de Ciencias de la Tierra de EAFIT, incalculables: "Cuando el mar se traga definitivamente las playas y los manglares, y estos pasan a ser terrenos inundados de fondo marino, se ve afectado el potencial económico de las playas como destino turístico y estas se hacen más vulnerables a la energía de los oleajes. Además, en estas viven numerosos tipos de organismos como moluscos, bivalvos y cangrejos, los cuales se ven afectados".
A este proceso de desgaste o retroceso de la línea de costa por acción del mar se suman, en el caso del golfo de Urabá, otros factores como la tectónica, la presencia de volcanes de lodo y las propiedades débiles de las rocas, según explica Alejandra Tovar Gaviria, auxiliar de investigación del Departamento de Ciencias de La Tierra.
En palabras de la académica, "la interacción de estos factores, sumados al balance negativo de arenas en las playas y la influencia o intervención del hombre, como la construcción descontrolada y sin técnica de obras de defensa, afecta los ecosistemas por medio de inundaciones; salinización de suelos y acuíferos; desaparición total o parcial de las playas; y pérdida de infraestructura, entre otros".
Comunidades comprometidas
El trabajo en las costas del golfo de Urabá requirió de un arduo trabajo de educación y sensibilización luego de que los investigadores se dieran cuenta de que las comunidades afectadas, a pesar de haber vivido siempre al lado del mar, no comprendían el fenómeno de la erosión marina ni valoraban los riesgos ni las pérdidas ocasionadas.
Así lo señala Miguel al referir a que "con este proyecto quedó claro que no se puede cuidar lo que no se entiende. No podíamos seguir haciendo obras o proyectos de investigación en los que la comunidad implicada no tuviera idea de lo que estaba haciendo, y nunca nadie se había puesto en la tarea de explicarles lo que está sucediendo y lo que puede pasar".
Por eso, y con el ánimo de generar esa apropiación social, EAFIT realizó una serie de talleres y actividades para contarle a la comunidad lo que se está haciendo en el territorio mediante el convenio Corpourabá-EAFIT; mostrarle la ubicación de las obras experimentales y enseñarle conceptos básicos sobre la geología del terreno.
Pero quizás el mayor aporte se hizo mediante la estrategia de Padrinos Investigadores, un programa de participación en el que se les brindó herramientas y conocimientos básicos de investigación a estudiantes del corregimiento de Zapata, quienes realizaron observaciones de la obra y elaboraron informes descriptivos de la misma.
Según Tavera, "cada semana, después de jugar fútbol, los niños iban a la obra divididos en equipos. Medían el nivel del mar, la amplitud de la playa, el tamaño de grano que llegaba y trataban de responder preguntas que ellos mismos planteaban. Nosotros obteníamos una recolección primaria de datos muy útiles para el quehacer cotidiano de la Universidad".
Alejandra asegura, con orgullo, que muchos de ellos han manifestado su intención de ser geólogos o biólogos y desde ya plantean nuevas propuestas para encontrar soluciones a la pregunta formulada por los expertos de la Universidad y de Corpourabá: ¿Cómo evitar que el mar se lleve sus casas y las de sus vecinos.
De otro lado, y como resultado de este proceso, fue publicada una cartilla, el pasado 20 de junio, con un recuento de la iniciativa, las obras experimentales y las actividades con la comunidad, con el fin de que las personas interesadas en la realización de proyectos relacionados tengan un ejemplo que les facilite la toma de decisiones.
Por lo pronto, y de acuerdo con Miguel Ángel Tavera, ya el proyecto arrojó sus primeros frutos con la transformación lograda en la una comunidad "que apoyó la obra, pues no se quiso hacer una construcción impuesta ni por Corpourabá ni mucho menos por EAFIT. Eso es muy importante, pues este es un experimento que está ubicado en lugares habitados por la gente, y debe contar con su aval".
Mayores informes para periodistas
Alejandro Gómez Valencia
Periodista Área de Información y Prensa EAFIT
Teléfono: 2619500 Ext. 9931
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Última actualización
Diciembre 18, 2024