En el marco de la Cátedra Medellín-Barcelona estuvo con nosotros Salvador Alsius, profesor de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona(UPF), sociólogo y periodista de profesión, quien nos dejó algunas reflexiones respecto de la ética y la comunicación en las dinámicas actuales.
“El periodista vive sujeto a tres elementos que pueden representar algunos conflictos a la hora de ejercer el oficio, estos son: la guerra de las audiencias, la concentración empresarial y la dependencia a problemas exógenos”, dice Alsius. Por eso para él es importante que la autorregulación –ese mecanismo que va más allá de las leyes y apunta a la propia moral– esté presente en cada uno de los involucrados en actividades comunicacionales, de modo que la información que será expuesta a la ciudadanía pase por filtros morales y éticos, lo que generaría un contenido de calidad.
Dentro de sus observaciones, el doctor en Periodismo resalta que los futuros periodistas deben encontrar un “clima lleno de convicciones positivas dentro de la universidad, que les permita construir una moral frente a los posibles delitos que se presenten en los medios”, además se debe gestar un tejido entre comunicadores con experiencia y los inexpertos de modo que “esa unión genere la fortaleza necesaria para actuar en pro de unos valores".
Para Alsius "hoy día es difícil encontrar egresados en las grandes salas de redacción de los medios más importantes, casi siempre estos están trabajando para medios independientes o menos influyentes, lo que genera soledad y vulnerabilidad que puede verse reflejada en el rompimiento de algunos principios éticos”.
Está claro que los valores periodísticos pueden desprenderse de las propias convicciones y del contexto en que se desarrolló el individuo, sin embargo la universidad y la formación académica debe facilitar a los jóvenes herramientas de carácter integral que ojalá puedan verse reflejadas en la vida laboral.
Del papel a la red
En cuanto a los retos éticos a los que nos enfrentamos con internet, el experto catalán nos dice que actualmente la información no se presenta en un único formato. Internet se ha convertido en la plataforma más usada y demandada para suministrar datos, y esto lleva a aclarar “que los principios básicos del periodismo no han cambiado; aunque cada medio traiga consigo nuevos inconvenientes. La veracidad, la justicia y la responsabilidad deben mantenerse independientemente del medio que se use para comunicar; sin embargo, es válido señalar que el rigor informativo debe potenciarse, se debe justificar la información usando varias fuentes y, por ejemplo, los tuits deben ser corroborados antes de hacerlos girar en la red”. Asimismo la participación de los usuarios “debe tener algo de regulación por parte del medio emisor” ya que no todos los comentarios deben ser expuestos.
Los periodistas deben “hacerse reconocer en las redes sociales. Les corresponde ofrecer averiguaciones confiables y estructurar su credibilidad a partir de eso. Deben regular el flujo de datos e informar con calidad. Cualquier persona puede acceder y ser parte de una red social, por ende en esas oleadas de noticias se encontrarán algunas verdaderas y otras falsas; el trabajo periodístico es resaltar lo verídico”.
En cuanto a prácticas como la del plagio Alsius comenta que se han vuelto el cáncer de las redacciones y por tanto el periodista debe usar su sentido común y analizar la información de modo que seleccione la confiable y haga la cita respectiva. "En periodismo el plagio es doblemente feo, estamos informando a los demás acerca de los temas que a todos nos afectan. El conocimiento es el bastión de la democracia y lo debemos tener claro”.
No sobra decir que el periodismo debe dirigir sus mensajes a todo el mundo, haciendo buen uso del lenguaje y volviendo simple lo complejo, “así las personas defenderán a los medios de comunicación que consideren buenos. Hay ámbitos del periodismo (como el rosa, el deportivo o el sensacionalista), que parecen ampararse a normas distintas, pero nos corresponde incluirlos a una ética general del oficio. Todas las ramas del periodismo deben hacer caso a criterios morales y éticos”.
Por último, como apunte de cierre, el profesor afirma que el buen periodismo no es el que “llena de palabras difíciles y de conceptos abstractos a los ciudadanos, es el que deja conciencia a las personas de que estar bien informado es una herramienta fundamental para la vida democrática. Con esta pedagogía se ayudará a construir individuos críticos y activos”.