Su trabajo se orienta por una actitud analítica: escucha y comprensión del discurso a partir de su descomposición en los elementos que lo constituyen, para acceder a su posterior rearticulación y resignificación. Se basa en la concepción de alma como cultura encarnada, en cuanto objeto de la psicología: lo humano, el sujeto propiamente dicho (individual, grupal o colectivo), es efecto del encuentro entre lo biológico y las instituciones sociales mediatizadas por el lenguaje; es expresión de la dialéctica entre lo cultural (espiritual) y lo biológico (carnal).
Se ocupa en sus investigaciones de asuntos epistemológicos, científicos, metodológicos y éticos, mediante una reflexión teórica y una exploración de los diferentes campos de aplicación, especialmente de la psicología (clínico, organizacional, de salud, de educación entre otros), en términos de responsabilidad y despliegue de capacidades humanas.