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Agencia de Noticias / Agosto 2010 Cultura / Tras un Simón Bolívar más real y humano

Noticias Agosto
11 de agosto de 2010

Tras un Simón Bolívar más real y humano



Los dos protagonistas de la obra: Bolívar y Manuelita, interpretados por Sebastián Ospina y María León Arias.
Foto Andrés Naranjo​

• Sebastián Ospina, actor y dramaturgo, presentará en EAFIT Los Pasos de la Nostalgia, donde interpretará a Bolívar, junto a la actriz María León Arias (Manuelita).

• La obra retoma los últimos días del Libertador luego de su destierro, y el público podrá verla este miércoles a las 7:00 p.m. en el Auditorio Fundadores. La entrada es libre.

Simón Bolívar está sentado en un café de Medellín, en el sector de Prado Centro, mientras la ciudad en versión siglo XXI le pasa por delante de sus ojos.

Pero quien en realidad representa al Libertador es el actor Sebastián Ospina que, en medio del calor sofocante de la ciudad, comparte algunas de las líneas que interpretará en el Auditorio Fundadores de la Universidad EAFIT, cuando este miércoles 11 de agosto, a las 7:00 p.m., protagonice la obra de teatro Los Pasos de La Nostalgia, a la que se podrá ingresar de forma gratuita.

“Si he de morir Manuela… Quiero que sepas que ¡lo íntimo anhelo que la noche inabarcable de la muerte!, sea como tu misteriosa carne delicada. ¡Y quiero suplicarte!, que cuando mueras… Te hagas enterrar desnuda junto a mí para que exangües cada noche y alegres cada aurora, despertemos a mirar este mundo que ahora nos desprecia”.

La producción muestra una faceta más carnal e íntima de la que el país ha tenido de uno de los grandes héroes y gestores de la independencia.

A la par, se conocerán apartes de su apasionante, furtiva e incandescente relación con el eterno amor de su vida, Manuelita Sáenz, un esfuerzo de estos artistas por reflejar las características humanas de aquellos personajes legendarios, opacados por la documentación política y social en que se enfoca la historia.

“Bolívar es un ser descomunal, es quizás un soñador, es quizás la persona que planteó unos ideales que todavía no se cristalizan y por lo tanto sigue siendo una figura vigente, impresionantemente dramática, porque tanto Manuela como Bolívar, en el ocaso de su vida, fueron rechazados por la sociedad”, sostiene Sebastián Ospina.

Así mismo, agrega que ese asunto no se enfatiza en la historia, cuando él sale rechazado por la clase gobernante de Colombia, por Santander, y su fortuna es decomisada por los gobiernos venezolanos. “Sale desacreditado, calumniado, injuriado, enfermo y tuberculoso, su ocaso fue miserable y Manuelita pues ni se diga, al luchar durante 25 años tratando de reivindicar histórica y políticamente la labor de su amante”, comenta el actor y protagonista de la obra.

Lo que trae la obra

Y es que los últimos días del Libertador es el tema que ocupa el montaje de esta obra que, inmersa en un extenso viaje por el Magdalena, devela la voz intrínseca del héroe, quien convierte a Manuela, interpretada por la actriz María León Arias, en confidente de sus aflicciones físicas y del desencanto por la caída de sus sueños políticos.

“La idea de la obra es bajar a estos personajes, a esos héroes y darles carne y hueso, mostrar sus desaciertos, sus pasiones. Es como ya dejar de manosear tanto a las estatuas y a los libros históricos, que nos ofrecen datos tan exactos, pero no se ve el hombre, que es lo que nos interesa en ese momento”, agrega la actriz Arias.

Esto no implica que se desconozcan datos y la cronología propia de la historia, tal como las batallas, los decesos, entre otros, que en este caso acompañan, pero no ocupan el argumento central de la historia.

El amor y la influencia de Manuela

Más allá de los discursos y de las gestas, en desarrollo de la celebración de los 200 años de la independencia, Los pasos de la Nostalgia ofrece otra dimensión de los hechos que dentro del ejercicio antropológico y del humanismo resultan ser interesantes.

Todo esto se debe a que veremos una Manuela Sáenz, apunta Ospina, como una mujer autónoma, pues fue un ser adelantado a su época, en cuanto reivindicó el rol de su género lejos del yugo del hombre y la burguesía.

Su carácter revolucionario y antirrealista, teniendo en cuenta que está sumergida en un periodo agobiado por una España inquisidora, en contraposición con la Revolución Francesa que proponía las nuevas repúblicas y la oposición ante la monarquía, revela a una Manuela que expresa todas estas ideas públicamente.

A esto se suma que se le ve vestida de hombre, montada a caballo y que se develan cualidades de su liberación sexual, que si bien son actitudes muy contemporáneas, para la época, a pesar de ser mal vistas, eran tan sólo el reflejo de una postura de defensa personal sobre ese pensamiento liberal y, como dice Sebastián, “la independencia está llena de duplicidad”.

¿Y qué tal escuchar algo de la época?

Cuando Sebastián Ospina concibió hacer esta obra tomó el texto de Víctor Paz La Agonía Erótica, y posteriormente contrató al experimentado director Sandro Romero Rey, a quien le encomendó la tarea de hacer el montaje original, para incorporar acertadamente música de compositores colombianos del siglo XIX y XX, y las contrastó con composiciones como La Vencedora, junto con otras melodías clásicas como las del maestro Luis Antonio Escobar o Amparo Ángel, con piezas de carácter popular de la época bolivariana.

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Juan Carlos Luján Sáenz
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