Mañana temblará en EAFIT 

• Se espera que cada vez más los constructores se interesen en hacer pruebas sísmicas para avanzar en la calidad de la construcción. Será a partir de las 8:00 a.m. en el bloque 21.

El lugar está lleno de equipos: sistemas hidráulicos, motores, computadores, máquinas y, lo más llamativo, una plataforma de 36 metros cuadrados en el piso, conocida mundialmente como la mesa vibradora, que sostiene una casa prefabricada de dos pisos y que temblará con una intensidad casi igual o mayor al reciente terremoto de Chile.

La prueba se cumplirá mañana miércoles 23 de junio a partir de las 8:00 a.m. en el Laboratorio Sismológico de EAFIT (bloque 21), y la vivienda que será evaluada es una de dos niveles correspondiente a la firma Preconcreto de la ciudad de Manizales. Se espera que la simulación termine al mediodía.

Entonces, los sensores que la abrazan enviarán señales al sistema operativo para finalmente conocer la reacción de la edificación ante el temblor. Si la casa se cae o se agrieta, el constructor tendrá la posibilidad de estudiar qué sucedió, y qué ha fallado para luego seguir intentando hasta que el modelo se mejore y pueda ofrecer una construcción garantizada.

Es natural la existencia de laboratorios en los que se prueban todo tipo de productos, desde elementos de belleza hasta los medicamentos más importantes para combatir graves enfermedades… Pero que existan laboratorios en los que se pruebe la resistencia de una edificación ante un sismo es poco conocido.

¿Qué es la mesa vibradora?

La mesa vibradora existe hace más de medio siglo en países como Japón y Estados Unidos, que se han dedicado a hacer pruebas de simulación sísmicas.

Pero en Colombia solo hay dos de estas mesas de tamaño considerable para hacer pruebas que arrojen resultados concretos: una en la Universidad de los Andes y la más grande está en EAFIT.

La construcción de esta mesa se llevó más de diez años de planeación, tiempo en el que los ingenieros estuvieron inmersos en modelos físicos, pruebas matemáticas, ecuaciones, hasta que la idea se materializó en 2004.

“Era lograr la posibilidad de ensayar. Después de que uno termina todos los estudios en el papel se pregunta: ¿sí será?, ¿si estará bien esto?, ¿toda esta cantidad de ensayos que hicimos en estos papeles?... Entonces la única manera de probar es un laboratorio”, cuenta el profesor Juan Diego Jaramillo Fernández, del Departamento de Ingeniería Civil, y quien ha sido líder de este proyecto desde su inicio y hasta viajó a Nueva Zelanda para conocer los modelos de mesas vibradoras hechos allá. Tras su estadía en este país oceánico, llegó con ideas para lograr la construcción de una mesa propia.

Esta mesa, explica el profesor, es un aparato que permite simular, en una plataforma, el movimiento que generalmente producen los sismos. “En otras palabras, es una mesa muy grande que está movida por un cilindro hidráulico, como un gato, que la hace mover como un temblor de tierra. Y encima de esa mesa construimos edificaciones y entonces las ensayamos para sismos, antes de que sean construidas. En realidad, se utiliza para ensayar nuevos sistemas constructivos, nuevo materiales, antes de que sean aprobados para construcción de edificaciones”.

Es un invento importante y necesario para Colombia que, por sus condiciones geográficas, es vulnerable a temblores de tierra, sobre todo en la zona andina. Armenia, Pereira y Popayán son los casos más recientes que se guardan en la memoria histórica del país.

Así mismo, luego de los catastróficos terremotos de Haití y de Chile, más constructores han tenido interés de hacer pruebas sismográficas de sus obras.

Para Juan Diego Jaramillo esto ha suscitado un afán por encontrar materiales más resistentes. “Todavía no entendemos muy bien cómo reaccionan las edificaciones a los sismos, entonces tenemos que experimentar”.

La mesa, en la que se pueden probar edificaciones de hasta 70 toneladas, que equivale a tres pisos, representa un logro para la Universidad, ya que le posibilita a la academia y al país estar a la vanguardia de investigaciones sísmicas. Los estudios que se han hecho hasta ahora han dado satisfacciones, pues de ellos resultan propuestas para hacer sistemas constructivos más eficientes que los que se tienen ahora. “Uno va construyendo un concepto alrededor de este laboratorio, se ensaya, se mira y, si no funciona, se vuelve a ensayar”, concluye el docente.

Por ahora, la casa se sacudirá mañana miércoles y por ser de tamaño considerable será el ensayo más importante que se haya hecho hasta ahora en el laboratorio.