Fue un sábado en el que las palabras no querían dejar de pronunciarse. Llámese diálogo o conversación, lo vivido en el Auditorio Fundadores el pasado 4 de septiembre fue un acto en el que un filósofo de los tiempos modernos como lo es el español Fernando Savater se sentó con el público a, simplemente, hablar, a tocar aspectos cotidianos como lo son la lectura, la escuela, la sociedad, las redes sociales y el propio oficio del escribir, algo que compartió con estudiantes, docentes y profesionales que no querían que se terminara.
Por cerca de una hora y 20 minutos, Savater, junto a Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT, y a Alonso Salazar Jaramillo, alcalde de Medellín, evocó y miró hacia el futuro, en una jornada que hizo parte de un regalo hecho por la Administración Municipal a EAFIT con motivo de los 50 años de vida institucional de la Universidad.
Además, al final de la conversación, el filósofo de la ciudad de San Sebastián, en el País Vasco, firmó algunos de los 25.000 libros de Ética para Amador que la Alcaldía reeditó para que circularan en las instituciones educativas de la ciudad.
El encargado de moderar la conversación fue el Rector de EAFIT, quien de entrada le preguntó a Savater por las primeras lecturas de la vida, a lo que el filósofo expresó que su madre le leía cuentos cuando estaba pequeño y que algunos de sus primeros textos los adquirió en Francia, teniendo en cuenta que su ciudad de origen se encuentra muy cerca de la frontera con este país. Mejía Arango recordó que aprender a leer es un acto mágico, mientras que el filósofo asoció ese momento al descubrimiento de la felicidad, tanto que al final de la charla comentó que sería feliz si le pagaran por leer.
“La buena lectura se contagia, se pega”, dijo el escritor español, lo que complementó al afirmar que hay cosas que no se fingen, en alusión al placer que se siente al tener un buen libro. Precisamente, al referirse a este tema, recordó que su madre era asidua lectora de las novelas de Agatha Christie, las que esperaba con mucha avidez cada vez que se publicaban, inclusive, mientras duraba la lectura, la señora se ausentaba del mundo.
De igual manera, Juan Luis Mejía contó una anécdota que vivió cuando era secretario de Educación de Medellín. “Alguna vez llegué a un colegio y vi la biblioteca llena de muchachos, lo que me llenó de orgullo y de esperanza, no obstante, cuando le manifesté mi alegría al rector él se sonrojó y me dijo: a ellos los tenemos castigados, aspecto que me quedó sonando porque no se puede concebir la biblioteca como un lugar de castigo”. Ante lo narrado por el Rector de EAFIT, Savater comentó que a cualquier ser humano “más le vale leer lo que le gusta”.
Y siguiendo con el tema, Savater expresó que la lectura antes tenía pocas competencias, entre estas el cine, de pronto la radio, los tocadiscos y, muy a lo último, la televisión, pero ahora, en especial los videojuegos, se pueden cruzar en el camino.
Sin embargo, expresó que la realidad muestra que las redes sociales y el internet no son obstáculo para la lectura, al contrario, la fácil accesibilidad a tanta información hace que los niños y los jóvenes estimen la lectura, obviamente en otro formato, en este caso el digital.
La escuela vista por el escritor vasco
Según Fernando Savater, la escuela es la preparación para el artificio de la libertad, sin embargo, reconoce que es un espacio poco democrático en el que hay unas jerarquías que deben respetarse, eso sí, no comparte el hecho de que existan maestros autoritarios que le hagan las vidas imposibles a sus estudiantes.
Además, aseveró que los sabios son muy malos profesores porque no saben entender la ignorancia de las otras personas.
En cuanto a sus libros, aseguró de manera abierta que más que un punto de llegada, son un punto de partida para que los lectores accedan a textos más avanzados, de hecho se refirió a este asunto cuando alguien le preguntó por lo complejo que puede ser para un estudiante de niveles primarios leer a un pensador como Aristóteles.
Finalmente, Savater les dijo a los maestros y a los padres de familia presentes en el Auditorio Fundadores que más que elegir por los estudiantes o por los hijos se debe tener la capacidad de formarlos para que cada uno elija lo mejor para sus vidas.