Letras de teatro, poesía y política ​​llovieron sobre la capital

• La Editorial EAFIT presentó, en la Feria del Libro de Bogotá, los títulos de Gilberto Martínez, Elkin Restrepo y Daniel Pécaut.
• Apostillas, Acuarimántima, y Orden y Violencia convocaron en Corferias a un buen número de lectores y amantes de estos temas.

Una Colombia que vio cómo en la década del treinta, del siglo pasado, una crisis cuestionó a la república patriarcal de entonces. Un país que se encontró en los años setenta con un grupo de poetas que le dieron vida a una publicación que puso a hablar a todo un continente. Una nación que también se cuenta en las tablas, en el arte escénico.

Cada país, cada momento y cada escritor encontró eco en letras y en palabras, en este caso de La Editorial EAFIT, que llevó a la Feria del Libro de Bogotá tres títulos relacionados con estos temas: Apostillas, memoria teatral; Acuarimántima; y Orden y violencia, Colombia 1930-1953.

El médico y dramaturgo Gilberto Martínez Arango, el poeta Elkin Restrepo Gallego y el filósofo colombo-francés Daniel Pécaut tienen, así, algo en común, y es que los tres plasmaron con tinta sus conocimientos y pasiones en trabajos que La Editorial suma a sus colecciones.

Presentación de Orden y violencia. Daniel Pécaut, autor, está a la derecha. Lo acompaña Jorge Orlando Melo.

Orden y violencia mira hacia atrás y hacia adelante

El sábado 28 de abril, a las 6:30 p.m. en el Salón Porfirio Barba Jacob de Corferias, se presentó la reedición que La Editorial EAFIT hizo al libro Orden y Violencia, Colombia 1930-1953 y cuyo autor fue el filósofo francés Daniel Pécaut.

En una conversación con el historiador Jorge Orlando Melo, el pensador galo ofreció una visión académica sobre este texto, que apenas en 1987 fue traducido al español y en el que se aborda un periodo fundamental en la historia de Colombia.

“Pécaut hace este libro para hablar de lo que había sucedido unos años antes de su llegada, tiempos en los que entró en crisis la república más patriarcal. Hay una curiosidad y es que aunque él lo publica en los años 80 sus argumentos conceptuales siguen siendo muy pertinentes para lo que sigue después, de hecho se trata casi de una obra que mira para atrás y para adelante”, anota Jorge Orlando Melo.

A su vez, el historiador pondera el aporte de Pécaut al país y explica que nadie desconoce la importancia de su trabajo. “Él lleva 50 años pensando a Colombia”.

Y ante lo dicho por Melo, el filósofo francés destaca el que todavía este libro conserve su vigencia, y comenta que el título, Orden y violencia, ofrece una de las claves de análisis.

“El libro se centra en tres momentos de los años treinta, el de la Revolución en Marcha, la aparición y el auge del gaitanismo, y el de la Violencia”.

Este último periodo, en palabras de Pécaut, contribuyó a consolidar aún más el modelo liberal de desarrollo, pero también su contraparte, la autonomía de la esfera política. “De hecho, la lucha armada, es la expresión de esta autonomía”. Y agrega que los sectores medios nunca pudieron darle forma a un movimiento autónomo, sino que se adhirieron a los que habían sido establecidos por las élites.

Finalmente, acotó que el silencio que hubo alrededor de la Violencia ayudó a que este periodo se convirtiera en el origen de la historia contemporánea.

Presentación de Acuarimántima. Aparecen, a la izquierda, Ana María Cano, jefa de La Editorial EAFIT; y Elkin Restrepo, quien hizo la edición del libro.

La curiosidad, origen de Acuarimántima

La palabra que hizo famosa el poeta antioqueño Miguel Ángel Osorio (Barba Jacob) fue el origen de la revista Acuarimántima, edición que logró realizar Elkin Restrepo Gallego y que La Editorial presentó, el viernes 27 de abril, en el Salón Porfirio Barba Jacob de Corferias.

En un diálogo con la periodista Ana María Cano Posada, jefa de La Editorial, se habló sobre el origen de la publicación y sobre aquellos personajes que participaron de esta revista histórica para las letras, no solo colombianas sino latinoamericanas.

“Había un ambiente, no solo en Colombia, sino en América Latina, que era propicio para estas revistas y este tipo de proyectos”, dice Elkin, quien recuerda que hubo antes algunas publicaciones en México que hacían que la poesía tuviera cierto papel protagonista.

Y añade: “Yo creo que de ese reflejo, y de ese espíritu que se concretó después nació Acuarimántima”. De esta forma, ese ambiente y esa curiosidad por la literatura y la poesía empezó a concretarse en Colombia y le dio vida a este referente de las letras.

Desde ahí, pensaron ellos, se podía hacer una revista, a lo que se sumó el espíritu vanguardista de aquella época. Así, Elkin, quien ya estaba publicando sus poesías en algunos medios locales y nacionales, conoció a José Manuel Arango en la Universidad de Antioquia.

“Era una revista sencilla. Nos ayudaban profesores y amigos cercanos. Miguel Escobar y Jesús Gaviria, por ejemplo. Este último era estudiante de Derecho de la Universidad de Antioquia, pero nunca ejerció el Derecho, se dedicó a la poesía”, evoca Elkin Restrepo.

Elkin reconoce que no sabían hacer revistas, pero fueron encontrando un tono tranquilo, más bien clásico, que los ayudó. Por aquel tiempo, manifiesta el poeta Restrepo, se les unió un muchacho que estudiaba Psicología en la Universidad de Antioquia, de nombre Víctor Gaviria, que comenzó con poemas místicos, de tinte religioso y muy bellos.

“A él lo cambió un regalo que le trajo una hermana de Chicago (Estados Unidos). Ella le obsequió una cámara de 16 milímetros. Con este aparato empezó a grabar escenas en la Universidad de Antioquia y en las estaciones del tren en Copacabana”, asevera Elkin.

Ana María Cano, de igual manera, recuerda que la revista también traía algunas prosas, como las de Jaime Alberto Vélez, que comenzó a escribir sobre poetas. Entra también en esta clasificación Mario Escobar. Allí también figuraron, en su momento, personajes como Gonzalo Arango, Héctor Abad y Fernando González, cuyas Libretas donó a la revista uno de los hijos del filósofo de Envigado.

Presentación de Apostillas. A la izquierda aparece su autor, Gilberto Martínez. A la derecha está Juan Carlos Moyano, prologuista del libro.

Apostillas, diccionario de teatro

La primera de las presentaciones correspondió a Apostillas, memoria teatral, que se realizó el jueves 26 de abril en el Salón Madre Josefa del Castillo, de Corferias. Allí, junto a Juan Carlos Moyano, prologuista del libro, Gilberto Martínez Arango, autor, habló de su larga experiencia como dramaturgo.

“Gilberto es un personaje definitivo en el camino del teatro latinoamericano. Para su generación es un referente y un maestro”, recuerda Juan Carlos. Y agrega: “Su obra dramática, su trabajo como autor y como pedagogo es muy importante para todos”.

El autor del prólogo también destaca que este es un libro saludable, amable, es una herramienta de trabajo para investigadores y para quienes hacen teatro. “Es un orgullo para el teatro antioqueño, colombiano y latinoamericano tener a Gilberto”.

A su vez, el médico Gilberto Martínez dijo que estaba feliz y que se sentía como un niño al ver terminada una obra que calificó como un parto doloroso de cinco años. “Agradezco a Ana María Cano y a Esther Fleisacher (editora del libro) por este gran esfuerzo, pues es como editar una obra de teatro”.

Esta obra, indica Gilberto, cuenta con citas, en su mayoría, de su archivo personal y subraya que es el teatro el único género que permite, en el tiempo, conversar con la gente. El médico, durante la presentación, también trajo a colación a Chaplin, locuras en general, Shakespeare y la tauromaquia.

“Escribir es una necesidad de compartir, es un acto de amor. Por eso me gusta el teatro”, insiste, y recuerda que una obra que está en la actualidad en cartelera, en la Casa del Teatro, es El Hombre del Perrito, una vivencia personal de Gilberto como médico que, tras varias décadas de fraguarse, por fin vio la luz. 

Mayores informes
Ana María Cano Posada
Jefa de La Editorial EAFIT
Teléfono: (574) 2619500 Ext. 9462
Correo electrónico: acanopos@eafit.edu.co ​