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Agencia de Noticias / Julio 2012 Voceros / Europa no necesita más ajustes y más austeridad: Martín Grandes

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Europa no necesita más ajustes y más austeridad: Martín Grandes

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​El profesor Martín Grandes es economista y doctor en Economía.

• La opinión es del docente franco-argentino y director del Centro de Investigaciones Aplicadas de la Escuela de Negocios de la Universidad Católica Argentina.

• De paso por EAFIT, donde dicta hasta este martes el curso de finanzas internacionales de la Escuela de Verano, se refirió a la crisis del Viejo Continente.

Alemania ha impuesto condiciones políticas en Europa, pero las deberá negociar porque el Gobierno en Francia cambió de color y ya es socialista… Pero a todas estas, ¿qué más necesita el continente europeo para salir de su crisis? No requiere, por ejemplo, de más ajustes y de más austeridad, sino de un impulso y una expansión de la demanda. Ahora, ¿cómo se dará esto último? Esa sí es la gran pregunta.

Esto plantea el docente franco-argentino Martín Grandes Kerlleñevich, quien dicta, hasta el martes 24 de julio, el curso de finanzas internacionales de la Escuela de Verano de EAFIT. El experto -que se desempeña como director del Centro de Investigaciones Aplicadas de la Escuela de Negocios de la Universidad Católica Argentina y como integrante de la Comisión Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de este país- se refiere, de la anterior forma, a la crisis económica que vive el Viejo Continente.

Y continúa: “¿De dónde vendrá la expansión de esa demanda? Estados Unidos flaquea y tiene un crecimiento débil y un desempleo alto. China puede ser un motor para Europa, pero no para todos los países, como Grecia o Portugal. Es que el principal socio de Europa es Europa misma y los Estados Unidos, de ahí la preocupación del presidente Barack Obama por esta crisis, porque su nación sería la principal afectada”.

Para Grandes se necesita, entonces, levantar la demanda privada o bajar el desempleo, pues, en su opinión, las políticas de austeridad no funcionan en el largo plazo. A eso se le suma que, como lo dice, ha faltado unión política, un determinante severo de esta crisis.

¿Qué tiene de particular la crisis e​​​uropea con respecto a otras crisis de Occidente?

Tiene de inédito que es la primera crisis de una unión monetaria formada entre países que son bastante heterogéneos y que poseen niveles de ingreso per cápita o niveles distintos de desarrollo. Por ejemplo, Alemania con respecto a Grecia, o Francia frente a naciones pequeñas que han adoptado el euro, o Portugal ante los Países Bajos. Son Estados muy heterogéneos en lo económico, financiero, político, cultural y lingüístico.

Son países que tienen muy poca afinidad, pero que comercian mucho entre sí, con cifras que están entre el 50 y el 70 por ciento. Son, además, naciones muy abiertas, con estructuras industriales y políticas públicas heterogéneas, excepto que todas tienen la misma moneda y, por tanto, la misma política cambiaria.

Lo inédito es que se da en unos países que no tienen una política fiscal y de supervisión bancaria común, y que, de igual manera, se da en el contexto de una crisis anterior de los Estados Unidos que los afectó muchísimo.

Así, no considero que la actual crisis pueda ser tomada como algo aislado de lo que ocurrió en el resto del mundo y, en particular, en los Estados Unidos entre 2008 y 2009. Pienso que el colapso de Lehman Brothers, del sector bancario y de las bancas de inversión afectó muchísimo a este continente.

Esta crisis quedará como un escollo más por superar, eso sí, el más duro y desafiante de la historia de la integración de esta región. La Unión Europea, sin llegar a ser unión monetaria, ha tenido otras crisis, como la de 1992 y 1993, cuando el Sistema Monetario sufrió un embate especulativo muy fuerte que empezó con la libra esterlina. Sin embargo, era una época donde no había problemas de fundamentals. El desempleo no estaba muy alto, salvo en Francia o en algún país en el que las reservas eran altas.

La tasa de crecimiento no era baja ni los déficits fiscales eran elevados e, incluso, había naciones con superávits fiscales. En este escenario se repite eso y considero que las expectativas están alterando los fundamentals. No obstante, la diferencia con la crisis de 1992 y 1993 es que países como Grecia, Irlanda, España o Portugal han tenido problemas de fundamentals que están agravados por la crisis de Estados Unidos.

Esto es desempleos y déficits fiscales crecientes. Y sobre todo en España o en Irlanda, con una burbuja hipotecaria y un apalancamiento excesivo de los bancos. Creo que esos son los rasgos que van a quedar y, también considero que lo hará por un problema de unidad y cohesión en las respuestas de políticas fiscales dada la recesión de 2008 y 2009, y que luego termina con este problema de insostenibilidad fiscal.

El FMI habla de los riesgos de crecimiento para Europa o Estados Unidos en 2013, pero habla también de las economías emergentes. ¿Será muy relevante esto en Brasil?
En Brasil esta semana el Comité de Política Monetaria del Banco Central ha decidido bajar las tasas de interés al nivel histórico más bajo, que es el ocho por ciento. Esto significa que la economía brasileña se está desacelerando y hay expectativas de recesión. Esta está decreciendo al dos por ciento anual y la inflación, digamos, se estaba también acelerando.

Ahora no es problema. Estos vienen después con la recesión y el impacto de la crisis. Brasil es una economía que si bien depende del mercado doméstico también tiene exposiciones a Europa y a Estados Unidos. Su problema no es financiero, pues en el mercado internacional está lleno de liquidez y tiene tasas, en el corto plazo, iguales a cero o a uno.

Su problema se siente por el lado real, por el sector industrial, que se ve afectado por la gran recesión que hay en la mayor cantidad de países de Europa, y también por el riesgo de una recesión en Estados Unidos, donde hay datos que alertan sobre signos de recesión.

La crisis en los mercados emergentes se va a sentir y, la verdad, ya se siente en Argentina y en Brasil, y se va a sentir en Colombia, pero no tanto por el impacto financiero, sino por el lado real, el del comercio, las inversiones, la actividad económica y el empleo.

Es que países como Colombia siguen teniendo tasas de desempleo muy altas, cercanas al 11 por ciento. Argentina y Brasil lo mismo, con el agregado de que hay mucha informalidad, que sigue habiendo pobreza y que los sectores sociales lo van a sentir.

En ese sentido, el tema de la Unión Europea va a tardar en resolverse, pero por otro lado soy optimista porque sé que los europeos no van a deshacer un proceso de integración económica y monetaria de 65 años. Ellos no son ningunos ingenuos y no destruyen instituciones que han construido y que les ha costado una guerra mundial.

Veremos qué ocurre, pero creo que seguirán poniendo fondos y el desafío es, en el mediano plazo, armar una unión fiscal y bancaria con una única supervisión. En el corto plazo se necesita estabilizar a Europa, los mercados y revertir las expectativas.

China es uno de los principales socios comerciales de algunos países de América Latina. ¿Cómo va a afectar la desaceleración de esta economía a la región?
Los más afectados serán Brasil y Argentina. Cada punto menos de crecimiento en China los va a afectar, porque son exportadores. Inclusive más que a Colombia, México o Perú. Y colateralmente, si los precios de los commodities mineros, agropecuarios y energéticos se desinflan le va a pegar más a estos últimos, incluido Chile, pero no por el lado financiero.

Colombia o México son naciones sin ningún riesgo de que se les acabe el refinanciamiento de deuda. Están desapalancados y desendeudados. Ósea, no tienen un riesgo financiero mayúsculo. Pueden tener una zozobra en el mercado financiero local si hay una crisis de mayor amplitud, pero creo que van a sufrir más por el lado real. 

¿Qué medidas tomar entonces desde los ministerios de Economía de estos países?

No hay que preocuparse demasiado. Hay un desempleo que se debe atacar, que es estructural y ligado a las escasas o pocas capacidades de la gente de integrarse al mercado laboral. Esto pasa por políticas educativas, de infraestructura y de salud de largo plazo. No pasa por la respuesta del corto plazo. El gran desafío de América Latina es salir de la informalidad, dar más educación a la gente e integrarla al sistema bancario y financiero.


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Juan Carlos Luján Sáenz
Área de Información y Prensa EAFIT
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Última modificación: 12/11/2015 16:22