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Agencia de Noticias / Junio 2012 Cultura / Juan Gustavo Cobo, una vida dedicada al arte de escribir

Noticias junio 2012
Cultura / 6 de junio de 2012

Juan Gustavo Cobo, ​​​una vida dedicada al arte de escribir


• El poeta y periodista colombiano ofrecerá, este martes 12 de junio a las 6:30 p.m. en el Aula Fabricato de EAFIT, un recital en vivo de su trayectoria literaria y poética.

• El miércoles 13 en el Museo de Antioquia (5:00 p.m.) conversará con Juan Luis Mejía, rector de la Universidad, sobre cómo, con qué y contra qué se formó Fernando Botero.

Parece tan grande la emoción que embarga a Juan Gustavo Cobo Borda, poeta y ensayista colombiano, cada vez que escribe un nuevo libro, que le resulta casi imposible describir ese sentimiento.

Se trata más bien, dice, de una sensación indetenible en el tiempo, de una especie de mundo inagotable. Así como también lo es su pasión por la lectura, esa que lo ha llevado a contar más de 20.000 volúmenes en su haber, entre los que se destacan ejemplares de escritores como Octavio Paz y Jorge Luis Borges.

Pues bien, a EAFIT llegará la próxima semana este personaje de las letras nacionales. Su presentación será el martes 12 de junio a las 6:30 p.m. en el Aula Fabricato de la Institución, donde ofrecerá un recital en vivo de su trayectoria literaria y poética.

A su vez, el miércoles 13 estará en el Salón Concejo del Museo de Antioquia, donde a las 5:00 p.m. conversará con Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT, sobre cómo, con qué y contra qué se formó Fernando Botero, en desarrollo de la exposición Viacrucis: La Pasión de Cristo, de este mismo artista. Para ambos eventos la entrada es sin costo.

“Para la Universidad es muy significativo tener a un crítico de arte y a un gestor cultural tan importante en el país”, subraya Juan Antonio Agudelo Vásquez, coordinador del Área de Extensión Cultural de la Universidad, quien destaca, además, la vasta obra literaria de este bogotano, lo que sin duda ha sido un gran aporte para la poesía colombiana. 

Habla el ​​poet​​a 

Y con el hablar pausado que lo caracteriza, el exsubdirector de la Biblioteca Nacional y exdirector de las revistas Eco y Gaceta no duda en afirmar que aunque ser poeta en Colombia no es fácil: “Siempre hay una especie de absurda e insensata fidelidad a la poesía y un empecinamiento de la voluntad para escribir”.

Por eso, a sus 64 años, sigue escribiendo con dedicación, sin descartar, incluso, la posibilidad de redactar una autobiografía. 

¿Cómo fueron sus inicios como e​​scritor? 

A mediados de 1960 cuando estudiaba en el Liceo Cervantes, de Bogotá, comencé a escribir los primeros poemas a partir de la lectura de muy variados poetas.

Entonces siempre tengo la conciencia de que se escribe a partir de la lectura. Cuando en 1974 edité mi primer libro llamado Consejos para sobrevivir fue como la primera definición y el primer mapa de obsesiones como poeta. 

¿Qué temas intent​a abordar ​en su poe​​​sía? 

Es bien sabido que en sus obras habla, entre otras cosas, del conflicto…
No es que sea una deliberación predeterminada, sino que van surgiendo. En un momento dado, por ejemplo, mis poemas tenían que ver con el caso de la historia de Colombia. En ese sentido, está la selección de escritos que publicó la Editorial Norma llamado La Patria Boba, que aborda lo que significó la Colonia entre nosotros y el siglo XIX.

He sido un viajero impenitente, que ha estado en varias partes del mundo, entonces también he visto una poesía errante por el mundo, que tiene que ver con las lecturas y las figuras que admiro.

¿Cómo define la poesía?
Usted ha manifestado que esta no anuncia el futuro sino que hace que lo que existe sea para siempre…
El gran ensayista José Bergamín dice que la poesía es convertir un momento histórico en un instante eterno.

Yo hago observaciones sobre la poesía latinoamericana, que considero que está basada en Rubén Darío, el nicaragüense y Jorge Luis Borges, el argentino. Son ellos los que con su música, inteligencia y sensibilidad abrieron las puertas para que se diera la poesía moderna en nuestra lengua y, al mismo tiempo, hicieron que tuviera la energía suficiente para reanimar la lánguida y opaca poesía española de finales del siglo XIX.​

¿Cuáles son las cua​lidades fundamentales que debe tener u​n buen poeta?​

En primer lugar, una que parece paradójica. Es no tener personalidad porque el poeta debe ser el que esté abierto a todos elementos del mundo y el que sea capaz de mimetizarse y compenetrarse  con todas las formas de expresión humana.

Debe tener una fidelidad a su voz, a su música, a su perplejidad y a sus dudas interiores, pero al mismo ponerse sus máscaras y sus disfraces e ir cambiando en el sentido que son siempre exploraciones por territorios ignotos.

¿Cuál de sus obras considera más significativa?​

Sería un libro de un paralelo entre Álvaro Mutis y Gabriel García Márquez llamado Lecturas Convergentes. Esas lecturas muestran cómo una generación de escritores nacidos en los años 20 pudo darnos imágenes muy profundas de lo que es Colombia. Están también el Breviario arbitrario de literatura colombiana y El olvidado arte de leer.

Ahí hay gran variedad de ensayos pensando en temas que unen a los escritores y a sus obras entre sí.

Dice usted que los poemas tocan lo esencial de la vida y descubren las mentiras que nos rodean… ¿A qué se refiere exactamente con esto?​

La poesía, en muchos casos, es capaz de ser el aliciente, el aguijón que no deja mentir y ese es uno de los factores más asombrosos que tiene porque, muchas veces, la poesía se escribe incluso en contra del poeta, o sea, el poeta está descubriendo su mundo, sus situaciones personales, pero en muchos casos, el poema lo está escarneciendo y está denunciando, en alguna forma, su entorno.

¿Qué tan fácil o difícil es ser poeta en C​olombia?​

Cuando uno empieza a mirar hacia atrás le da escalofrío y ganas de renegar de cualquier proyecto de ser poeta porque empieza uno a mirar: José Asunción Silva, suicida; Porfirio Barba Jacob, con esa errancia maldita por los países centroamericanos; Raúl Gómez, suicida; María Mercedes Carranza, suicida.

Entonces, en ese sentido, la poesía parece no tener mucho sentido, pero luego  también hay una cosa curiosa y es cómo subsiste a pesar de esas trayectorias trágicas. No creo que sea fácil ser poeta, pero a pesar de eso muchos seguimos intentando prolongar su raíz.  

Háblenos un poco de su más reciente obra de Poesía Reunida​​​

Ha sido un ejercicio un poco extraño, pero a la vez gratificante el de revisar en 250 páginas los poemas que he escrito a lo largo de mi carrera.

Ahora, al revisar la edición de la editorial Tusquets, me he dado cuenta de que hay una serie de recurrentes preocupaciones. Una, es la relación con el país, que se admira pero al mismo tiempo suscita en nosotros la perplejidad, el desconcierto, la fatiga por la reiteración ruinosa de los fracasos.

Por otro lado, está mi admiración por los grandes poetas como José Asunción Silva. Otra secuencia del libro, como suscitador de poesía, es la del cuerpo amado, del cuerpo femenino y de toda aquella especie de magnetismo que da la sensualidad, pero al mismo tiempo la poesía que se alimenta y que crece gracias al deseo.

¿Qué comentario le merece la actividad que se programó en la Universidad este martes?​​

Es continuar promoviendo esos hechos de cultura popular de la música, de la fotografía, la tertulia, el café, la cultura no formalizada y, al mismo tiempo, tratar de crear instituciones y conjuntos que perduren en alguna forma y que den razón de ser a los alumnos futuros y a los nuevos transeúntes para que se topen con la cultura. 


Mayores informes
Juan Antonio Agudelo Vásquez
Coordinador de Extensión Cultural EAFIT
Teléfono: 574 2619500 Ext. 9657
Correo electrónico: jagude41@eafit.edu.co ​​​​