Para redimir un descuento muchas personas recortan el cupón de una revista o guardan el bono que les entregan en algún establecimiento comercial, pero en tiempos de teléfonos inteligentes y dispositivos móviles existe la opción de apoyarse en la tecnología para obtener esos beneficios.
Esa es la idea de Tomás Posada Betancur, egresado de Ingeniería Mecánica de EAFIT, quien ha trabajado por más de diez años en el tema de marketing digital y que en agosto pasado lanzó La Bonoteca, una aplicación digital para obtener beneficios de carácter comercial a través de smartphones y tabletas.
La herramienta funciona tal como lo hacen los bonos de papel, pero en vez del soporte físico, genera un código a través del que se hace efectivo el descuento.
Su creador cuenta que empezó a pensar en el proyecto mientras estaba en una feria de tecnología en San Francisco (Estados Unidos) y tres meses después comenzó con las primeras pruebas. El lanzamiento oficial fue en agosto pasado y hoy cuenta con más de 55.000 descargas.
“Los usuarios entran, se registran y pueden descargar la aplicación de manera gratuita. Allí pueden encontrar diferentes ofertas de establecimientos comerciales y acceder a estas”, explica el emprendedor.
Pero el beneficio es doble, pues además de las ventajas para los usuarios de la aplicación, también existen varios provechos para los establecimientos comerciales, ya que se trata de una estrategia de publicidad que, según el empresario, es efectiva.
También está pensado como herramienta para fidelizar clientes con una reducción en los índices de deserción e incremento en las tasas de adquisición, agrega Mauricio Arcila, director comercial de La Bonoteca.
En la actualidad opera en Bogotá y Medellín, lugares en los que existen acuerdos con establecimientos que ofrecen diversos servicios y productos. Pero el trabajo continúa y el reto es, primero, entrar en ciudades como Barranquilla, Cali, Bucaramanga, Cartagena y Pereira, y después expandirse al resto de América Latina.
El emprendimiento
Desde que era un niño, este eafitense fue un inquieto emprendedor, pero falló en varios intentos antes de lograr una empresa viable y exitosa. Empezó con la idea de vender unas piedras que trajo de un paseo a la finca, y continuó haciéndole competencia a los puestos de mango en las afueras del colegio.
Por eso, asegura que lo más importante es no rendirse tan pronto y continuar trabajando. “Creo que antes mi visión era la de crear cosas y meterme en proyectos nuevos, pero fue en la Universidad con una visión integral en la que no solo aprendí lo técnico de mi carrera, sino que vi cursos de administración, emprendimiento y eso fue muy útil para lo que vino después”, agrega.
Hace ya una década que creó E-Volution, una agencia de marketing digital que opera dentro y fuera del país, y en medio de la que surgió La Bonoteca.
También es un convencido de aprovechar todas las oportunidades que hoy ofrece el ecosistema emprendedor de la ciudad, al que se encuentran vinculados como beneficiarios de uno de los programas de Ruta N, con el que La Bonoteca accedió a una capación con el Founder Institute.
Lo que viene ahora es continuar consolidando la aplicación en el mercado y expandiendo su cubrimiento, pues trabajan en el diseño de una segunda versión de la aplicación, en la que los usuarios tendrán varias ayudas adicionales y una manera más fácil de navegar.
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Tomás Posada Betancur
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