Ethel Gilmour lleg� en 1970  a Colombia, vino en busca de su amor, Jorge Uribe a quien conoci� tres a�os antes en un viaje en tren de Paris a Mosc�. Ella se form� como  Licenciada en Bellas Artes del Agnes Scott College, en Decatur, Georgia y obtuvo su t�tulo de maestr�a en 1966 en el Instituto Pratt de Nueva York, con la tutor�a del  maestro George McNeil. En 1971 se cas� con Jorge Uribe, Arquitecto de la Universidad Nacional. Se instalaron a vivir en Medell�n y Ethel Gilmour continu� con su producci�n pict�rica  y comenz�  a vincularse con los c�rculos art�sticos  de la ciudad.

Ethel comienza a construir un mundo de colores y tem�ticas influenciado por el entorno tropical   y por las realidades sociales del Pa�s. Poco a poco, deja sus influencias, entre las que figuraba principalmente el expresionismo abstracto, y se dedica a desarrollar un estilo propio, sumamente personal, amplio y complejo, en el cual su vida y obra se entremezclan de manera simbi�tica, tal como lo afirma la profesora Imelda Ram�rez, en su libro Visita, la Obra de Ethel Gilmour: “Luego de visitar varias veces a Ethel, comprend� que era preciso partir de la integridad de su mundo en su belleza, plenitud y riqueza, esto es , en la forma como ella po�ticamente habitaba su mundo, su casa; ese lugar enriquecido en el cual transcurren vida y pintura entrelazadas,…” [1]

Para la cr�tica, los artistas y quienes la rodeaban, Ethel comienza a ser tan colombiana como cualquier otro habitante de la ciudad nacido aqu� y se convierte poco a poco en una artista que narra la realidad amarga de la sociedad que la rodea de una manera descarnada, convirti�ndose en una cronista aviesa, cuyos ojos implacables denuncian y llaman la atenci�n sobre lo que la sociedad quer�a ocultar. Pero,  era tambi�n su mirada un compendio de sensibilidad y dulzura en la  que el color, las flores, la naturaleza, los animales dom�sticos, los p�jaros,  los objetos cotidianos y otras cosas que la rodeaban, aportaban una luz y mirada diferente sobre el mundo, para constituir de esta manera, unos contrastes, que ten�an la virtud de dejar a quien ve�a sus obras con una sensaci�n de paradoja, de vivir en un para�so rodeados de crueldad.

Durante casi cuatro d�cadas su  obra se va consolidando y Ethel llega a ser una de las artistas con m�s reconocimiento en la ciudad y el pa�s. Luego de su muerte en el 2008, y dados algunos antecedentes como exposiciones y publicaciones, realizados en conjunto con la Universidad Eafit (entre ellos el libro mencionado), esta Instituci�n decide emprender la tarea de constituir un legado con el patrimonio que la artista dej� en la casa que comparti� con Jorge Uribe hasta el momento de su muerte. 

En agosto de  2010 la Universidad Eafit y el Museo de Arte Moderno de Medell�n  organizan la exposici�n Flores para Ethel Gilmour (1940-2008), Homenaje. En ella se retrata una obra vital, poderosa tal como lo  expresan  en el catalogo de la exposici�n: “En esta exposici�n, por tanto, se trata de recoger dentro de la obra de Ethel las flores que ella nos fue dejando, como un rastro, como una pista de su mirada, que iba de lo �ntimo  a lo colectivo, de lo autobiogr�fico a la historia como contexto” [2]  

Entregamos este  sitio a toda la comunidad acad�mica y art�stica, en el �mbito nacional e internacional, como un primer paso para la constituci�n del archivo hist�rico sobre la vida y la obra de la artista Ethel Gilmour. Re�ne en esta primera parte, un recorrido virtual por su casa y una recopilaci�n de gran parte de las obras que componen este valioso legado.

La Universidad en su gran compromiso con el arte y la cultura, presenta este Legado a toda la comunidad, con el convencimiento de que coadyuva en la formaci�n de excelentes profesionales, con altos valores human�sticos y sensibilidad social. 
 

(1)  Alocuci�n de Daniel Ortega frente a Juan Pablo II [3]

(2)  Visita del Papa Latinoam�rica, oleo sobre tela, 1983.