Ver el derecho como una disciplina pensada en función de otras ramas del conocimiento, hacer de los nuevos profesionales mejores personas y promover la ética en los abogados fueron el tema de conversación de la lección inaugural de la Escuela de Derecho de la Institución.
El evento que se lleva a cabo cada año y que ha contado con la presencia de destacados abogados y juristas, fue presidido por Juan Carlos Forero Ramírez, decano de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario, exfiscal general de la Nación y autor de libros como el
Delito de omisión en el Nuevo Código Penal y
Aproximación al estudio del principio de oportunidad.
Durante la actividad, desarrollada el 26 de febrero, Forero dejó a los eafitenses estas 10 reflexiones sobre el deber ser de los abogados y su relación con la justicia, la lectura y la empatía.
"Temerle a un hombre de un solo libro”
Cuando el abogado no interioriza el conocimiento a través de la literatura, puede llegar a ser binario emocionalmente, es decir, no admite matices y se le impide reconocer al otro.
“Combatir el analfabetismo empático”
A los abogados no se les enseña a ser empáticos, sino a ver el mundo a través de una norma. En este sentido, aprender a entender, captar y sentir al otro hace de los profesionales en este campo mejores seres humanos dándoles, además, la posibilidad de juzgar mejor.
“Formar en una cultura jurídica humanista"
A partir de la lectura se construye la figura de abogado literario, un profesional que hace de la empatía parte de una cultura jurídica justa, fortalecida en el derecho y el estudio de las humanidades.
“Estar conectados con la realidad”
El entorno de los abogados no debe limitarse al ámbito normativo, sino que debe trascender a la ética, a la conexión con la realidad y al reconocimiento del otro.
“Ser buenas personas”
Empatía no es ser ingenuo o darle la razón al otro, empatía es ver en el otro algo de sí mismo y ver en sí mismo algo del otro. Esta visión permite hacer de los abogados más que buenos profesionales, mejores personas.
“Leer y leer”
Para rescatar emociones como la empatía en el ejercicio del derecho es importante fortalecer la lectura más allá del código penal. En los clásicos, por ejemplo, están las bases para construir mejores personas, mejores abogados y mejores jueces.
“Contrarrestar la apatía”
Las universidades deben crear espacios para que los estudiantes realicen actividades extrajurídicas como la literatura y el arte. En este sentido, concursos de poesía, cuento, entre otros, les permitirán conocerse, compartir, y alejarse de los prejuicios.
“Ser integrales”
Los medios de comunicación ofrecen información; las universidades entregan conocimiento; y los profesionales en derecho, si se interesan en la literatura, le apuestan a la integralidad y al humanismo, y conocen los principios del derecho, tendrán sabiduría.
“Sustantivar las relaciones”
No es correcto buscar en el otro el adjetivo y olvidarse del sustantivo, es decir, enfocarse en el calificativo y dejar de lado a la persona. Cuando se adjetivan las relaciones se produce un proceso lento e imperceptible, a partir del cual es más fácil hacerle daño al otro.
“La oficina de un abogado, o el despacho de un juez, en el que sólo habite el derecho será un espacio absolutamente desolador. Es posible que por ahí no se asome la justicia”.
Juan Carlos Forero Ramírez
Se ha desempeñado como conjuez de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia y del Consejo Seccional de la Judicatura, es exfiscal general de la Nación y, de 2011 a 2012, fue vicefiscal General de la Nación.
Además es integrante de la Comisión de Seguimiento al Sistema Penal Acusatorio. Fue asesor del Ministerio del Interior y de Justicia para
la reforma e implementación del Sistema Penal Acusatorio y es miembro de la comisión redactora del Código de Procedimiento Penal.
En la actualidad, se desempeña como director del posgrado de Derecho Penal de la Universidad del Rosario y profesor de Derecho Penal General y Procesal Penal en la misma institución, en donde fue reconocido como profesor distinguido en 2006. Además, fue director del Consultorio Jurídico de la Universidad del Rosario, docente de teoría del delito de la Universidad de los Andes y de procesal penal de la Pontificia Universidad Javeriana.
También es autor de los libros como
El delito de omisión en el Nuevo Código Penal y
Aproximación al estudio del principio de oportunidad; así como coautor de varios textos y autor de diversos artículos de derecho penal y procesal penal.